El eje medular que configura a Tierra del Fuego AIAS como la provincia 23 es el subrégimen industrial establecido a través de la Ley Nacional 19.640. A pesar de que esta normativa es esencial para la existencia de lo que se constituye como la mitad del país, recibe fuertes críticas de forma permanente. Ante estos embates, toda la comunidad fueguina cierra los ojos como toro embravecido y pone una palabra clave sobre la mesa: soberanía. Así y todo, los cuestionamientos no paran.

Ahora, ¿por qué se empecinan estos “vende patria” en atacarnos? ¿Qué designio del mal empuja a algunos actores de la esfera pública nacional a regalarnos a los ingleses cual ositos de peluche? Es muy ingenuo pensar que odien a los fueguinos. El problema acá, como casi todos, tiene que ver con los dólares y esta economía casi bimonetaria.

Uno de las grandes preocupaciones de este gobierno -y de todos- son los dólares. Con su desregulación, la depreciación de la moneda nacional y su impacto en el índice de precios al consumidor, se va poniendo la lupa en qué sectores aportan dólares al sistema.

Según datos del Ministerio de Hacienda de la Nación, la Provincia aportó el 0,2% del total de las exportaciones nacionales realizadas durante 2016. El producto de mayor exportación es la merluza negra congelada, seguida por la carne de pescado, que representan el 71,3% y el 68,1% respectivamente en la participación nacional total.

La industria electrónica no genera un sólo billete verde. Por el contrario, insume una gran cantidad de dólares destinados a la importación de componentes electrónicos. Durante 2016 las 30 empresas fueguinas más importantes realizaron giros al exterior por 2.680 millones de dólares, lo que representó aumento de las importaciones de componentes, partes y piezas por parte de las terminales fueguinas de 12,4% promedio anual. El contraargumento es que la producción local supone una reducción de las importaciones de productos finales de electrónica a nivel nacional. Sin embargo, esa balanza no alcanza a compensar.

El Gobierno nacional eliminó de forma progresiva los impuestos internos a los productos electrónicos que no se fabriquen en la Provincia, a la par que liberó las importaciones y el dólar. Para intentar contener el precio de la moneda externa, subió las tasas de interés, lo que genera un daño colateral en la industria, ya que se encarecen los préstamos -sobre todo los de corto plazo- y desincentiva las inversiones productivas, ya que las financieras resultan más atractivas.

El aporte que hace Tierra del Fuego AIAS para el equilibrio de la balanza comercial tiene que ver con el gas. Desde 2012 en adelante, casi todo lo que se produce en la Provincia es destinado al consumo nacional. Si bien no hay un aporte directo de dólares al mercado, sí se evita la importación y, por lo tanto, la salida de billetes para su compra.

Lo que se desprende de esto son algunos de los argumentos que tienen en la cabeza quienes atacan la industria fueguina. Vale la pena mencionar que entender los motivos no significa justificarlos, sino que aportan estrategias para romperlos.

 

Luz Scarpati

 

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