EL ROMPEHIELOS presenta el ciclo Mitologías fueguinas.

Los días domingos y los miércoles publicaremos las apasionantes leyendas del pueblo selk’nam y del pueblo yámana.

Cultura Selk’nam: Kuanip y las mujeres

Por el tamaño desmesurado de su anatomía viril, Kuanip podía poseer desde lejos a las mujeres desprevenidas que se agachaban a juntar mariscos en las playas. Las inmovilizaba durante el goce y luego las liberaba.

Cuando los ancianos contaban estas historias a los demás varones (ya que se evitaban en presencia de las mujeres), todos expresaban su rechazo ante el carácter voluptuoso y egoísta del héroe.

Kuanip deseaba a casi todas las mujeres que veía, pero se aburría rápidamente.

Un día se interesó en Kokerce, una joven que se negaba a la unión mientras Krenn permaneciera en el cielo. Kuanip, usó sus poderes y logró traer la noche en pleno día. Así fue como consiguió esposa.

Durante un tiempo la pareja fue feliz, hasta que Kuanip puso sus ojos en la hermosa Oklta, la hermana más joven de Kokerce.

Ochrichen, el hermano de ambas mujeres, se enfureció con Kuanip por querer tomar a las dos como esposas.

El héroe, enceguecido por la lujuria y enfurecido porque su cuñado estaba contrariando sus deseos, lo convirtió en una lechuza, condenándolo a vivir en soledad, en la oscuridad de la noche, comiendo insectos y ratones.

Al enterarse Oklta lo que Kuanip había hecho con su hermano, su amor se trocó en odio. Kuanip la maldijo convirtiéndola en un feo murciélago, animal que vive de noche y que todos miran con espanto.

En los tiempos antiguos, el sol permanecía muchas horas en el cielo y la oscuridad era muy breve. El hombre y la mujer podían yacer juntos un corto período, separándose cuando regresaba la claridad. A todos los selk’nam les daba vergüenza ser vistos así por los demás. La gente se quejaba de que no tenía intimidad. Kuanip hizo que la oscuridad durara más, hasta que la equilibró con el día. Todos estuvieron felices con esta hazaña: hombre y mujer podía estar juntos más mucho tiempo sin que nadie pudiera observarlos y reírse de ellos.


Los primeros fueguinos, como hizo siempre toda la humanidad, han narrado el origen de su mundo, han elaborado ideas sobre la vida y la muerte, sobre la moral y las costumbres, han creado historias para contar los poderes de sus dioses y las hazañas de sus héroes, han desarrollado una rica mitología para explicarse a ellos mismos de dónde venían y quiénes eran.

Estas son historias que desde tiempos antiguos han servido para dar apoyo y enriquecer a los hombres y a las mujeres que se enfrentan a la experiencia de estar vivos.

Las leyendas que entretejían los ancianos frente al fuego, hoy llegan recreadas por la sobria pluma de Fede Rodríguez y los mágicos pinceles de Omar Hirsig.

Dejá que las Mitologías fueguinas te atrapen.

Fede Rodríguez
Ilustración: Omar Hirsig

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