Científicos, ambientalistas y expertos vienen expresando su preocupación por el proyecto impulsado por el Gobierno de la Provincia de Tierra del Fuego que pretende instalar criaderos de salmón en las aguas del Canal Beagle.
La cría de salmones es un negocio tentador. La producción y comercialización de este producto resulta muy redituable para un mercado que cada día demanda más de este tipo de pescado para la elaboración de platos que en la actualidad ganan en popularidad como, por ejemplo, el sushi. El Gobierno provincial se encuentra llevando adelante diferentes medidas con la intención de diversificar la matriz productiva en busca de generar ingresos y puestos de trabajo en un contexto económico y político muy complicado a nivel local y nacional. Una de las actividades que se pretende desarrollar en el marco de este proceso es la de la instalación de criaderos marinos para la producción de salmones en el Canal Beagle. Este proyecto ha despertado la preocupación de un amplio arco de la sociedad civil, que viene expresando su preocupación a través de diferentes actores como científicos, educadores, ambientalistas e integrantes de ONGs locales.
“Cuesta entender por qué el Gobierno, en su afán de diversificar la matriz productiva, se embarca en una actividad sin tomar en cuenta los pasivos ambientales”, expresó el Doctor en Biología Adrián Schiavini, entrevistado por el programa radial No Te Entusiasmes Tanto. “Llama la atención cómo el Gobierno insiste en llevar adelante estas actividades, siendo que está ampliamente comprobado -al ver la experiencia chilena-, que han sido muy negativas, no solo para el ambiente, sino también en cuestiones sociales, económicas y laborales”, declaró el científico. Al respecto, el presidente de la Fundación Ushuaia XXI, Julio Lovece, expresó su preocupación acerca del tema en una nota al Diario el Sureño, donde se pregunta si “el Gobierno se ha puesto a pensar cuáles serán las consecuencias en la pesca artesanal, y en productos ya impuestos turísticamente hablando, como la centolla, el róbalo, los mejillones”. Siendo consultada por el mismo medio, Nancy Fernández, presidenta de la Asociación Manekenk, también expresó su preocupación sobre el impacto negativo sobre el ambiente: “Creemos que un emprendimiento como este es desacertado, porque Tierra del Fuego vende naturaleza y la diversificación de la matriz productiva tiene que ir en sintonía con eso. En Chile ha traído innumerables problemas y en otras provincias no lo han querido instalar tampoco. Me parece una especie de delirio de algún funcionario que dijo ‘vamos con esto’; o una bajada de línea del Gobierno nacional a la que la provincia no pudo decirle que no”.
En sus declaraciones, Schiavini explicó que “los lobos marinos ven a la jaula de salmones como un quiosco, de donde van y se sirven. Esto tiene como consecuencia la rotura de redes, escape de salmones y también puede producir mortandad de lobos, ya sea porque quedan atrapados en las redes de protección, como ha sucedido muchas veces en Chile: los operarios matan a los lobos intentando solucionar el problema. Lamentablemente, este es solo uno de los aspectos negativos de las salmoneras”, dijo Schiavini, y agregó que “de cada kilo de alimento que se les da a los salmones para que engorden, las dos terceras partes terminan en el fondo marino. Esto es un aspecto ambiental muy grave que no se ha podido resolver”. El alimento residual que se deposita en el fondo genera una saturación de nutrientes que no pueden ser procesados en su totalidad por los organismos marinos, provocando condiciones muy negativas para la biodiversidad.
Según dijo Schivini en el programa radial, “las regulaciones argentinas son deficientes, ya que la acuicultura es una actividad bastante reciente, por lo que no hay un marco legal que te permita controlar adecuadamente la actividad. Las empresas que están cansadas de que les impongan regulaciones muy serias en sus países de origen, como por ejemplo Noruega, se mueven hacia naciones donde las leyes son más débiles”. Por su parte, Nancy Fernandez explicó que “el convenio de biodiversidad prohíbe la introducción y crianza masiva de peces exóticos. Además, nuestro país junto al Fondo para el Medio Ambiente Mundial, lleva adelante un programa para erradicar cinco especies exóticas, entre ellos el castor, y es contradictorio invertir en la erradicación de una especie exótica para introducir otra”.
Desde el Gobierno Provincial buscan transmitir tranquilidad. En respuesta a los pedidos de informe de la Fundación Ushuaia XXI, el secretario de Agoindustria y Pesca, Kevin Colli, manifestó que “nos encontramos totalmente comprometidos con el correcto uso y conservación de nuestros recursos naturales, pero así también visibilizamos como eje fundamental a su aprovechamiento sostenible con miras al agregado de valor en origen” y dijo que los estudios de factibilidad que se llevarán adelante “no implican la aceptación de ninguna concesión de nuestros recursos naturales, sino por el contrario, sus resultados serán una gran herramienta para futura toma de decisiones”. Con respecto a los estudios mencionados, Schiavini declaró que “aún no está definido en qué sector del canal Beagle serán instaladas las salmoneras. Para esto van a hacer un estudio de dos meses, lo cual es muy llamativo porque lo único que van a poder hacer es medir oxígeno y nutrientes disueltos en el agua, por lo que, a título personal, yo creo que todo esto es simplemente tildar casilleros en un formulario para poder decir ‘hicimos las cosas como las teníamos que hacer’”.
Abel Sberna

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