Por Alejandro Druetto, especialista en Ortopedia y Traumatología (MN. 99324). Más del 90 % de las fracturas de cadera son producidas por caídas.

Del 60 % de esas caídas sufridas por los ancianos ocurren en la casa o alrededor de ésta.

Los factores desencadenantes suelen ser la utilización de calzado no apropiado, los resbalones sobre suelos mojados o tropezones con obstáculos en el hogar, entre otros.

La acción preventiva debe comenzar con la detección, por parte del médico de cabecera, de aquellos ancianos con riesgo de caerse y fracturarse, a quienes se les hará una valoración clínico geriátrica integral, actuando sobre factores de riesgo.

Esta acción continuará mediante el diagnóstico y tratamiento de enfermedades que puedan ocasionar las caídas y la consiguiente fractura, como son:
– La hipertensión.
– La diabetes.
– Las enfermedades cardiovasculares.
– Los problemas de visión.
– La adicción al alcohol.
– La depresión.
– Los defectos nutricionales.
– El uso de calzado adecuado a las deformidades del pie.
– El empleo de bastón o de otra ortesis para la marcha.

La mejor forma de prevenir las fracturas es manteniendo una adecuada actividad física, acorde con la edad y características de cada persona.

Se recomiendan en general paseos de 30 minutos al día como mínimo, ya que esto mantiene en buen estado a los músculos y permite a las articulaciones no perder sus rangos de movilidad.

No se puede dejar de mencionar, la buena y equilibrada alimentación, puesto que la desnutrición es otro elemento de riesgo importante para prácticamente todas las enfermedades.

Las mujeres son las que con mayor frecuencia sufren fractura de cadera tras la caída accidental (75% de los casos). Tanto en los hombres como en las mujeres las tasas de fractura de cadera aumenta exponencialmente con la edad.

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