Victoria (Sebastian Schipper, 2015)
Si hablamos de thrillers en plano secuencia la referencia es más que obvia: La soga, de Alfred Hitchcock (aunque ya sabemos que había cortes). Pero pocas veces estos esfuerzos por narrar una historia sin cortes tienen la riqueza suficiente como para que su logro técnico quede en segundo plano. Victoria es una excepción. Si bien su puesta en escena es fascinante, a los 15 minutos de película lo que más deseamos es respirar el aire de Berlín, conocer a esos sospechosamente amigables personajes que deambulan por sus calles y saber qué le deparará a la joven madrileña interpretada por Laia Costa. Victoria es una experiencia que no se pueden perder.
Sieranevada (Cristi Puiu, 2016)
El fin de semana en familia puede ser un momento de celebración, pero todos sabemos que también puede haber peleas, discusiones, insultos y personas que preferimos no ver. Cualquier familia numerosa podrá sentirse identificada con lo narrado aquí, en Sieranevada, de Cristi Puiu, uno de los principales exponentes de la nueva ola rumana (generación de cineastas que ya lleva más de una década conquistando los festivales más importantes del mundo, desde su despunte en 2004 con la premiación en Cannes del cortometraje Trafic de Cãtãlin Mitulescu). Su potencial parece inagotable y aquí les traemos una prueba de ello, un drama con muchos toques de humor negro y de un realismo tan frenético que atrapa de inmediato.
Si te gusta Suspiria de Dario Argento o Bahía de Sangre de Mario Bava, Berberian Sound Studio es una película para vos. El film de Peter Strickland es un homenaje al giallo (cine de terror italiano de los años 70), pero lejos de imitar su estética tan particular, el realizador inglés construye un thriller psicológico desde el making of de la banda sonora de una visceral película de terror italiana. Prestá mucha atención al diseño sonoro de la película y dejate llevar. Y si nunca viste nada de Bava o Argento, igual vas a disfrutar Berberian Sound Studio. Y buscá lo que tenemos de estos directores para vos en Qubit: Dario Argento; Mario Bava.
Los secretos de Harry (Woody Allen, 1997)
Olvidada por muchos y resguardada por otros como “una de las mejores de Woody”, Los secretos de Harry es, sin dudas, una excelsa comedia. En ella el director de Annie Hall alcanza su mayor refinamiento y complejidad al cranear una película fragmentada, cuyos capítulos se van solapando como los del libro de su protagonista, interpretado por el mismo Allen, para sorprendernos con una de sus obras más negras y neuróticas. Por ella desfilan un sinfín de situaciones absurdas que van desde el secuestro del hijo de Allen, los dilemas de un actor (Robin Williams) “fuera de foco”, un genial homenaje a El séptimo sello, una visita al mismísimo infierno y hasta una inolvidable escena sexual ante los ojos (ciegos) de una abuela. Pasen y vean la época dorada del autor neoyorquino en su mayor esplendor (y ferocidad).
Cuatro habitaciones (Anders, Rockwell, Rodríguez & Tarantino, 1995)
Dirigida, entre otros, por los amigos Robert Rodríguez y Quentin Tarantino, Cuatro habitaciones es una suerte de cena de cuatro platos con la que uno no puede evitar deleitarse. Una comedia negra coral que comienza con la mismísima Madonna y su séquito de brujas, quienes necesitan del histriónico botones encarnado por Tim Roth (vínculo entre los cuatro relatos) para llevar a cabo un peculiar hechizo. Luego de este tentempié, pasamos a la entrada: una tensionante y divertida “toma de rehenes” con resultados sexuales que nos abre el apetito para la llegada del plato fuerte. Protagonizado por un encantador Antonio Banderas, el corto de Rodríguez se destaca sin esfuerzos ni pretensiones, pero con humor, fluidez y geniales actuaciones. Por último, el postre: un homenaje al serial televisivo Alfred Hitchcock Presenta, plagado de la cinefilia característica del autor de Pulp Fiction, rodado en un plano secuencia e interpretado por el propio director junto a Bruce Willis. Un cierre con moño y mucho Cristal (a no confundir con un champagne convencional) para concluir una velada cinematográfica verdaderamente magistral.