Franco Paz es guía turístico, fotógrafo naturalista y un apasionado de los paisajes que habita. Desde Río Turbio, invita a mirar con otros ojos la cuenca carbonífera, una región que —más allá de su historia minera— guarda especies únicas, paisajes cordilleranos, y experiencias que mezclan caminatas, nieve y cóndores en vuelo.
En diálogo con Radio Provincia, Franco compartió su recorrido como guía especializado en observación de aves y destacó la diversidad de especies que pueden encontrarse en la zona: desde lechuzas batarás y churrines andinos hasta agachonas y gallinetas australes.
El corazón del avistaje —explica— se da en el verano, pero es en el invierno cuando sucede algo inolvidable: los cóndores sobrevuelan los senderos nevados y pasan tan cerca que el impacto en quienes los ven es inmediato. “Es entrar en las ligas mayores”, dice. “Podés hablar del paisaje, de la historia del lugar, pero cuando aparecen los cóndores… cambia todo. La expresión de las personas es otra. Es como si algo se abriera”.

Aves, senderos y tazas de té
Las salidas que coordina Franco combinan caminatas con raquetas, paradas interpretativas y té con nieve derretida, en un gesto simple que resume la identidad del lugar. “Es algo histórico que venimos haciendo desde Kosten”, detalla sobre la empresa con la que trabaja, especializada en turismo de naturaleza.
Los recorridos varían según la época del año y la dificultad, pero siempre se diseñan en grupos reducidos, con guías capacitados y criterios de bajo impacto ambiental. Los destinos incluyen sitios como el Mirador de Cóndores, el Dique San José, el Cerro de la Cruz o el Cañadón de los Loros, entre otros. Todos con ingreso libre o con acceso regulado, y cada uno con una historia que se entreteje con el entorno.
Para quienes quieran experimentar la observación de aves en la cuenca, el contacto con Franco y su equipo es simple: a través de Kosten Adventure en redes sociales, o buscando su nombre completo (Franco Darío Rubén Paz) y la asociación Huellas Patagónicas, donde también se puede acceder a publicaciones gratuitas sobre aves, rutas y lugares de Santa Cruz.

Una actividad que crece
Lo que comenzó como una pasión solitaria, hoy es una práctica en expansión. “Hace unos años era el único guía ornitológico en la provincia. Ahora ya somos varios y estamos empezando a organizarnos en red”, cuenta. El turismo de observación de aves crece en Santa Cruz y se perfila como una actividad que genera identidad, trabajo y conciencia ambiental.
Franco lo resume así: “Casi el 90% de los visitantes que recibimos en invierno son de la provincia. Eso quiere decir que los santacruceños también estamos redescubriendo nuestros paisajes. Y eso es una gran noticia”.