Página/12 – Sus contribuciones en el diseño de herramientas láser hechas de luz revolucionaron el campo y habilitaron a nuevas aplicaciones en salud e industrias. En un escenario de bigotes y barbas, Strickland es la tercera mujer reconocida desde 1901.

Luego de anunciar el Nobel de Medicina a la mañana del lunes, llegó el turno de la Física. En este campo, Arthur Ashkin (EEUU, 1922) por un lado y Gérard Mourou (Francia, 1944) y Donna Strickland (Canadá, 1959) por otro, fueron distinguidos por la Real Academia de Ciencias de Suecia por sus “desarrollos innovadores en el campo de la física del láser”. Según reza el comunicado oficial, se trata de los creadores de instrumentos de precisión que habilitaron la observación y la manipulación de “objetos extremadamente pequeños a través de procesos increíblemente rápidos” que, como resultado, estiran el mapa de lo posible hacia una multiplicidad de aplicaciones industriales y médicas. El ritual de ceremonia y la entrega de las nueve millones de coronas suecas –cifra equivalente a un millón de dólares– se realizarán el próximo 10 de diciembre en Estocolmo, la ciudad capital –emblema– y más grande que tiene Suecia.

Desde aquí, Ashkin –Universidad de Cornell– fue reconocido por su invención de pinzas ópticas, que habilita nuevas implementaciones en sistemas biológicos y permite el estudio y la manipulación de partículas, átomos, virus y células vivas mediante luz láser. En 1987, incluso, con precisión quirúrgica, fue capaz de atrapar bacterias vivas sin siquiera dañarlas. “Ashkin comenzó sus investigaciones en los 80’s y consiguió ‘empujar objetos con la luz’, al comprobar que esta era capaz de ejercer fuerzas, un hecho teórico conocido desde el siglo XIX pero nunca chequeado. Así, logró mover unas partículas de látex muy pequeñas –micrométricas– a partir de un haz de luz”, explica Andrea Bragas, Investigadora Principal del Conicet y Directora del Departamento de Física (UBA).

Y luego, la experta local en del campo de la fotofísica, completa: “Lo más impresionante vino después, a partir de las pinzas ópticas, cuando diseñó un mecanismo a través del cual se tornó posible manipular partículas en un espacio 3D, sin la necesidad de tocarlas. Se trata, en este caso, de un haz de luz enfocado que pasa por una lente y permite confinar los objetos que se desee y dejarlos quietos”. Esta herramienta bendijo el campo de la biología celular, en la medida en que sus especialistas, a partir de aquel momento (1993), dispusieron de un instrumento inmejorable para trasladar moléculas, virus y bacterias, a través de las rutas insondables que proponían las células.

Por su parte, Mourou –Universidad de Paris– y Strickland –Universidad de Waterloo–, fueron distinguidos por su método de pulsos ópticos ultra-cortos de alta intensidad, caracterizados por el jurado como “los pulsos de láser más intensos jamás creados por la humanidad”. Desde su desarrollo en 1985, las bondades de la tecnología fueron aplicadas para resolver, por ejemplo, millones de cirugías de precisión. De esta forma, “sus aportes se vinculan, en gran medida, con el incremento exponencial de la intensidad de los láseres pulsados (intermitentes). En el pasado, como eran tan potentes solían despedazar todo lo que tenían en frente, incluso, producían chispas al contactarse con el aire. Por ello, la tecnología desarrollada por ambos permite –a través del estiramiento del pulso y su compresión en un amplificador– agujerear materiales de una forma muy delicada y precisa, sin destruir lo que se tiene alrededor. Como resultado, son aliados perfectos para las cirugías de ojos”, señala Bragas.

El de Física fue el primero de los premios que nombró Alfred Nobel cuando creó las distinciones hacia fines del siglo XIX. Probablemente por un hecho fundamental: todo el mundo ilustrado lo consideraba, casi sin margen para el diseño, como el campo más encumbrado del mundo científico. Las jerarquías entre disciplinas, un hecho que hoy podría ponerse en tela de juicio con justa razón, en aquella época era inobjetable.

Afortunadamente, entre las distinguidas de este año, está Donna Strickland. ¿Por qué constituye un hecho novedoso? Vayamos a la historia. Desde 1901 hasta 2017 se habían entregado 111 premios, por intermedio de los cuales se reconocieron a un total de 207 individuos. Entre los laureados, se distinguían auténticos pesos pesados de la disciplina, artífices de revoluciones científicas como Max Planck (1918, por sus aportes en física cuántica), Albert Einstein (1921, por sus contribuciones a la ley de efecto fotoeléctrico) y Erwin Schrödinger (1933, por sus desarrollos en teoría atómica), entre otros. En este escenario, el dato fundamental es que hasta la fecha solo dos Nobel habían sido entregados a mujeres. Correspondieron a Marie Curie (1903, junto a Pierre Curie y Henri Becquerel, por sus investigaciones en radiactividad) y Maria Goeppert Mayer (1963, con Hans Jensen, por su modelo de capas nuclear). Claro, las mujeres siempre tuteladas por los hombres.

Una muestra tan nefasta como reveladora que sirve para comprender por qué la física es cosa de físicos. Al respecto, continúa Bragas: “Lo de Donna Strickland fue una gran alegría, sin embargo, no deja de evidenciar un hecho tremendo: los premios están esencialmente pensados para hombres”. Y, en esta línea, subraya: “Incluso, en la historia del campo, las mujeres que fueron reconocidas fueron galardonadas junto a científicos que los acompañaban. Es como una especie de tutela, todavía les da miedo el reconocimiento exclusivo”.

En la edición anterior, tres astrofísicos estadounidenses habían obtenido el premio luego de confirmar la existencia de ondas gravitacionales, predichas por Albert Einstein en su famosa Teoría de la Relatividad un siglo antes. Se trató de Rainer Weiss (85 años), Barry Barish (81) y Kip Thorne (77). Este año, el calendario de premiación continúa de la siguiente manera: tras los reconocimientos en Medicina y en Física, el miércoles se distinguirán los aportes en Química y el viernes estará reservado para el de la Paz. El próximo lunes será el turno de Economía, mientras que, como ya fue anunciado, la distinción en Literatura no será entregada por las acusaciones de abuso sexual que pesaron sobre miembros del jurado.

 

Fuente: Diario Página/12

 

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