Con la misión de conservar a las ballenas y su medio ambiente a través de la investigación y la educación, el Instituto de Conservación de Ballenas trabaja hace más de 20 años en el estudio y la conservación de estos animales. Dentro de sus acciones invitan a adoptar una ballena para colaborar con los trabajos de investigación

El ambiente marino alberga maravillas incontables, pero una de las más deslumbrantes es sin duda la ballena franca austral. Este cetáceo es un coloso acuático que llega a medir hasta 15 metros y pesa entre 30 y 40 toneladas. Cada año visitan nuestro país, en la zona de Península Valdés, en lo que es un verdadero despliegue de vida: hembras que dan a luz a sus crías, hembras y machos adultos que vienen a aparearse,  juveniles que vienen a hacer sociales y otras hembras adultas traen consigo a las crías para su destete.

Se estima que la población mundial de ballenas francas australes era de entre 55.000 y 70.000 individuos antes de la cacería comercial. Históricamente, las poblaciones de ballenas en todo el mundo fueron intensamente cazadas para aprovechar su grasa y carne. Esto provocó que la cantidad de individuos menguara rápidamente, en especial la ballena franca austral, que resultaba ser la especie ideal para la caza, ya que flotaba al morir, tenía hábitos costeros y nadaba lentamente, lo que la convierte en una presa fácil.  Si bien en 1937 recibió protección internacional, su cacería continuó en algunos lugares del mundo hasta la década del 70. Actualmente, se estima que hay aproximadamente entre 12.000 y 17.000 ballenas francas australes en todo el Hemisferio Sur. La población que utiliza el área de cría de Península Valdés es de alrededor de 4000 ejemplares.

Foto: Brian J. Skerry

En 1996 se creó el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) dando continuidad a los estudios del Dr. Roger Payne y su programa de Conservación de la Ballena Franca Austral. Más de cuatro décadas de investigación ininterrumpida convierten al Programa Ballena Franca Austral en el estudio más largo del mundo basado en la foto identificación de ballenas. Trabajando conjuntamente con educadores profesionales, el ICB vuelca información científica en innovadores programas educativos que benefician a miles de estudiantes en Argentina. Las acciones de difusión y concientización ambiental llevadas adelante por el Instituto han acercado el conocimiento científico a una audiencia estimada en millones de personas de muchos países.

A través de sus estudios en la década del 70 el Dr. Payne descubrió que las ballenas pueden identificarse gracias a sus patrones únicos de las callosidades en sus cabezas, las cuales, de forma similar a una huella digital, no se repiten en dos individuos. Este descubrimiento dio el puntapié inicial para las investigaciones del programa, ya que permite realizar un seguimiento de cada individuo para estudiar sus hábitos y comportamientos. El programa se completa con estudios como la nutrición, las condiciones ambientales del mar y el impacto que tiene el calentamiento global en la disponibilidad de alimento.

Estudiar las historias de vida de individuos conocidos durante las últimas cuatro décadas constituye una herramienta de valor incalculable para su protección y la de su hábitat. Desde 1970 hasta el presente, la información científica generada por este programa es volcada en estrategias locales y regionales de conservación de cetáceos y en programas educativos. Sin embargo, para que toda esta actividad pueda llevarse adelante, el ICB necesita el apoyo y la colaboración de muchísima gente. Es por ello que se ha implementado el programa de adopción de ballenas mediante el cual se invita a sumarse a la protección de las ballenas a través de una donación de dinero para el aporte de fondos que se destinan directamente a la protección de las ballenas y su ambiente.

En su sitio web la ICB declara que “nuestra visión es contar con océanos sanos y un mundo libre de amenazas e impactos humanos negativos para las ballenas“. Nosotros podemos, con una pequeña colaboración, ayudar a que esta visión sea una realidad.

Si queres ayudar adoptando una ballena podes visitar el sitio web de ICB y enterarte cómo.

 

Abel Sberna

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