El 19 de junio de 1982 llegan a la ciudad de Puerto Madryn a bordo del buque inglés Camberra cerca de 4200 soldados. La dictadura cívico-militar teme que el testimonio, el estado físico y psicológico de los soldados exponga el grado improvisación con que fue pensada y ejecutada la guerra como último recurso para perpetuarse en el poder y tapar la grave crisis económica, política y social sumada a las graves denuncias por las violaciones de derechos humanos en plano nacional e internacional.

En este marco, la dictadura, desplegará un plan de ocultamiento de los soldados que volvían de una guerra a la que fueron enviados mal armados, mal preparados y peor alimentados.

El sábado 19 de junio alrededor de las 15 hs cuando el buque inglés Camberra ingresó en las calmas aguas del Golfo Nuevo, a pesar del cerco mediático y el acordonamiento militar del muelle, en el pueblo de Madryn tendrá lugar uno de los más bellos gestos de solidaridad de su historia. A pesar de la prohibición, desinformación y silenciamiento impuesto por el poder de facto, vecinos y vecinas se acercarán a los camiones que trasladan a los soldados desde el muelle Storni a la entonces barraca Lahusen.

Tras desbordar los controles militares la comunidad madrynense armará un cordón humano de fraternidad y calidez, vivando y saludando a los excombatientes.

Algunos vecinos se acercaran a los convoy de camiones que trasladan a los soldados, y pesar de la prohibiciones de no hablar, los combatientes levantarán las lonas y se encontrarán con el pueblo de Madryn que ha desafiado a la dictadura para verlos y alcanzarles pan.

El gesto extraordinario de solidaridad, cariño y ternura con que el pueblo de Madryn pudo romper los dispositivos dictatoriales del aislamiento y silenciamiento para devolver la dignidad y reconocimiento a los excombatientes, quedará grabado en la memoria popular como “el día que Madryn se quedó sin pan”.

El texto pertenece al Centro Cultural por la Memoria de Trelew

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