La actividad productiva se paralizó. La naturaleza asoma en lugares donde antes estaba resguardada. Esto durará sólo un tiempo. ¿Qué vendrá después de este shock para el planeta?
La máquina productiva puso un freno en gran parte del planeta. El avance del Coronavirus hoy nos exige quedarnos en casa, y en este marco el ecosistema da signos de una posible ¿’recomposición’?
Algunos vestigios de este “shock” se ven por ejemplo en el avance de la naturaleza en las ciudades, las aguas que se cristalizan en varios lugares del mundo, el aire que comienza a limpiarse en las grandes urbes y la vida animal salvaje que empieza a asomar en el momento que nos corrimos un poco.

No quedan dudas, este caos lo provocamos nosotros mismos con la manipulación que ejercemos sobre la naturaleza, y derivó en esta bola de nieve que se torna imparable.
Pero ¿Qué pasará cuando la máquina productiva vuelva a encenderse? ¿Qué sucederá con la vida natural la cual veníamos sometiendo a una enorme ‘presión humana’ que se detuvo intempestivamente, y que sin dudas retornará con toda su fuerza? ¿Afecta en algo este shock-contra shock a los ecosistemas?
Para reflexionar acerca de toda esta situación, EL ROMPEHIELOS dialogó con el Director del CADIC, Gustavo Ferreyra, a quien le preguntamos cómo analiza esta situación.

En primer lugar, adelanta que “no creo que hoy haya una `recomposición´ del ecosistema, sino más bien algunas señales de ocupar espacios vacíos dejados por los humanos, de organismos que retornan a las ciudades, y es porque los espacios momentáneamente no los ocupamos nosotros. Esto no tiene nada que ver con el efecto en sí de una modificación en el cambio climático”.
“Si bien el parate industrial de este momento tiene incidencia en decisiones como el uso del carbono y otros gases que producirán algún efecto, lo cierto es que si esto no es sostenido no tendrá impacto sobre el ecosistema” advierte.
En este punto el especialista explica que si se detuvieran todas las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta “la temperatura seguirá aumentando durante cierto tiempo y luego se va a mantener durante un tiempo largo constante, dado que la respuesta del planeta no es inmediata, pero lo que no va a ocurrir es que el planeta se enfríe”.
Ferreyra recuerda que los principales sumideros que tiene el dióxido de carbono, son los mares y los bosques, donde “su transformación en carbono orgánico por las plantas, el que se deposita en la tierra o el fondo del océano, se lleva a cabo por medio de procesos de muy larga duración y complejidad. En condiciones normales, esos procesos tienen un balance positivo, porque es un sumidero permanente, pero cuando hay exceso de dióxido de carbono, el sistema se satura”.
Asimismo, agrega que en el océano, al aumentar la temperatura se producen dos efectos: “uno vinculado con la estratificación en el agua, que provoca la disminución de nutrientes en la superficie, lo que a su vez resulta en una menor fotosíntesis de parte de los vegetales”.
“Por otro lado, ese proceso asociado a la saturación del dióxido de carbono en el agua acidifica el océano, que es otro efecto colateral” relata.
Sin embargo insiste en que “un parate en las emisiones de gases de efecto invernadero de este tipo y en tan corto plazo, pongamos de ejemplo y exageradamente que esto dure unos 5 años; ni siquiera allí se logra parar la tendencia actual. La realidad es que con todo esto se demuestra que, si se detiene la actividad, la naturaleza vuelve a conquistar el espacio humano, lo cual es algo normal. Pero la recuperación de los ecosistemas de los impactos provocados por el cambio climático y otras actividades humanas es algo mucho más complejo y requiere más tiempo”.
ER: ¿Este tipo de crisis replantea algunas cuestiones en términos científicos o investigativos?
GF: Sin dudas. Hay todo un debate acerca de cómo enfrentar las pandemias. Los microbios son los únicos organismos de nuestro planeta que no han podido ser dominados todavía por nuestra especie. Este es un tema que amerita un análisis muy profundo, sobre todo ahora que los humanos estamos trabajando activamente para ir a otros planetas. Esto también va a ayudar a que estos planteos se popularicen más y que no sólo queden en la comunidad científica, donde es bastante común la discusión.
La gente que trabaja en estos temas está buscando en nuestro planeta lo que se denomina organismos extremófilos, es decir, que viven en ambientes extremos, así como el estudio de cómo otros organismos se adaptaron a esos ambientes, de manera de comprender cómo sería la eventual presencia de vida en otros planetas. Todo esto parece un delirio, pero en verdad no lo es tanto.

ER: ¿Cómo cree que nos llegó esta pandemia?
GF: En términos de conocimiento, creo que bien. Tenemos un know-how (conocimiento práctico) bien desarrollado, no es un país que esté atrás del resto del mundo en términos de investigación. Si a la Argentina le dan los medios para que resuelva el problema, lo va a resolver, estoy seguro de eso. Pero hay que tener en cuenta que todo esto también se dio en el marco de una emergencia global y se desarrolló muy rápido. Lo que veo de positivo es que hay un buen liderazgo para enfrentar y resolver el problema.
“Esta pandemia sin dudas tendrá un costo enorme, pero creo que la victoria se va a lograr, lograr gracias a la ciencia y también a través de la inmunización, como sucedió en la época de la peste negra en Europa” finaliza.
Sin dudas este tiempo tiene que servir para repensar nuestras prácticas. Es necesario darle un respiro al planeta. Entender que los recursos se agotan y que si seguimos imprimiéndole este ritmo a nuestro entorno, volveremos a desatar nuevas pandemia que seguirán cobrándose la vida de miles de personas en todo el mundo. Es necesario no volver a incurrir en los mismos errores.
Agostina Giorgio
Foto de portada: @naturalflash
Nota modificada el 06/04 a las 21:20 hs.