Según un informe presentado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), cerca de dos millones de hectáreas de territorio, un 14% de la superficie provincial, están clasificadas como de alta peligrosidad para la próxima la temporada que va de noviembre de 2019 y marzo de 2020.

Los incendios forestales son una de las problemáticas más importantes de nuestro país. Afectan ecosistemas deteriorando el hábitat natural de muchas especies, algunas en peligro de extinción, y tienen un gran impacto en la vida humana y en las actividades económicas. Los incendios tienen efectos colaterales como el deterioro del suelo y la contaminación el agua y el aire. Provincias como Córdoba y La Pampa suelen verse afectadas anualmente por estos eventos, los cuales en su mayoría tienen orígenes antrópicos. Este año Córdoba sufrió numerosos focos de incendio, algunos de magnitud tal que llegaron a amenazar poblaciones enteras en la zona serrana. En el año 2018 La Pampa fue escenario de una temporada de incendios que afectaron miles de hectáreas de ambientes naturales (como el caso del del Parque Nacional Lihuel Cahlel) y tierras destinadas a la producción agropecuaria. En La Pampa ardieron desde 2016 más de un millón y medio de hectáreas cada año, lo que representa casi 50 veces el promedio histórico de la provincia y aproximadamente un 10 por ciento de la superficie total de La Pampa.

Desde 2016, el INTA de La Pampa realiza un pronóstico con los lugares de mayor riesgo de incendio en la temporada estival, cuando se generan las altas temperaturas y, por este motivo, aumenta el peligro de incendio. Este año, con el regreso de la temporada de verano, el INTA ha presentado un nuevo informe que refleja la situación actual de la provincia de La Pampa en relación al riesgo de incendios forestales en su territorio. Según los datos presentados, un área equivalente a aproximadamente el 14 por ciento de la superficie de la provincia fue clasificada como de alta peligrosidad para la próxima la temporada que va de noviembre de 2019 y marzo de 2020.

Según detalla el informe, esto se debe principalmente a la presencia de una importante región sin fuego por más de 10 años, un proceso de acumulación de forraje muy focalizado en algunos departamentos durante el último ciclo productivo, la presencia de áreas arbustizadas de manera generalizada en la región del Espinal y la identificación de un área muy importante con bajo a nulo aprovechamiento ganadero. El informe también toma en consideración en su evaluación de riesgos, la accesibilidad al lugar, ya que el riesgo de un sitio alejado y con malos caminos será mayor al de uno cercano a dotaciones de bomberos y Defensa Civil, con buenas rutas, la cercanía a sitios urbanizados, reservas naturales, tendido eléctrico de alta tensión y presencia de gasoductos.

Estos informes resultan de gran utilidad para la planificación de medidas de prevención y en la elaboración de estrategias de lucha contra el fuego y mitigación de daños en el caso de producirse. Los informes son entregados al gobierno provincial, Defensa Civil y al Sistema Federal de Manejo del Fuego (Ministerio de Seguridad de la Nación) con seis a ocho meses de anticipación a la temporada de incendios, lo que permite una evaluación pormenorizada de los terrenos propicios a verse afectados por los incendios forestales.

Abel Sberna
Fuente: Agencia CTyS
Imágenes: Marcelo Aguilar – La Nación

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