La Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito presenta por 8va vez en el Congreso Nacional el proyecto que busca legalizar la interrupción voluntaria del embarazo, acompañada por actividades en más de 100 ciudades de todo el país. La RegionalTDF convoca a sumarse al pañuelazo federal a las 17 hs en el cartel de Ushuaia, y en la Torre de Agua en Río Grande.
Aunque la composición de la Cámara de Senadores es la misma del año pasado, el escenario de esta nueva presentación es diferente. Por un lado, el contexto social está fuertemente atravesado por la coyuntura electoral en donde se definirán las conducciones del Ejecutivo Nacional, Provincial y Municipal, y la composición del Congreso. Composición que puede cambiar la configuración legal del aborto en Argentina en 2020, en caso de que los parlamentarios actuales vuelvan a rechazar o planchar una de las mayores deudas que tiene nuestra democracia con las mujeres.
Además el escenario es distinto, porque la sociedad no es la misma que en 2018. Ya que luego de tres meses de debate, de movilizaciones federales, de exposiciones, de pañuelazos, de concentraciones, de acciones colectivas y organizadas de mujeres de todas las provincias, 2018 dejó la despenalización social del aborto. Y esto no es sólamente una expresión, es un hecho.
En julio del año pasado la Autoridad Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT) autorizó a Laboratorio Domínguez -una empresa nacional- a producir Misoprostol para uso ginecológico. ¿Por qué esto representa un avance? Porque significa más abortos seguros para las mujeres, ya que el misoprostol es el medicamento más sugerido para un “aborto farmacológico”, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define como un método no quirúrgico. Lo lograron las mujeres, que de forma transversal, organizada y horizontal, dejaron todo en el debate del año pasado. Después de estas evidencias, todavía hay algunos que continúan afirmando que esa discusión sólo tapó los temas que al Gobierno Nacional le eran incómodos. Pues no querides, la despenalización social es más derechos concretos.
A partir de la visibilización del aborto como una problemática competente a la salud pública y completamente ajena a jueces y policías, las redes de socorrismo se ampliaron en todo el país. Y nacieron la Red de Profesionales de la Salud, la Red de Docentes, periodistas con perspectiva de género, organizaciones feministas, poco a poco las regionales se fueron conformando en todo el país; como acá en el sur de sures la RegionalTDF. Una gran telaraña, federal, sorora, rosa, verde, violeta y llena de glitter, de mujeres acompañando mujeres. Y las hijas de las brujas tomaron la posta, se volvieron protagonistas. Se organizaron. Nos organizamos. Somos un montón. Lo saben. Lo sabemos. Y vamos a insistir. Por octava vez y hasta que sea ley.
Durante 2018 -en el marco del proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito- las mujeres y personas gestantes, de los más diferentes ámbitos se encontraron en las calles, en las casas, en los trabajos, en los sindicatos, en las instituciones estatales, unidas bajo una misma consigna. Las jóvenes, las viejas. Desde las jujeñas, hasta las fueguinas. Todas. Por ellas mismas. Por las otras. Por las hijas. Por las que no pueden pelearla más. Por las que perdieron en el camino. Por las que perdimos. Y empezaron a hablar entre ellas, porque el cuerpo en la calle motiva al encuentro y el encuentro a la pregunta y la pregunta a la reflexión. Y quedó claro; lo que mata es la clandestinidad. Las mujeres elegimos vivir.
Por eso, por 8va vez se presenta el proyecto de ley por el aborto legal, seguro y gratuito. Y se seguirá presentando hasta que sea ley. Y será ley.
Luz Scarpati