Una semana después de la fecha prevista para la salida del Reino Unido de la Unión Europea, Theresa May, complicada en el frente interno, pide al consejo europeo una prórroga hasta el 30 de junio.
La premier británica no pudo convencer al Parlamento para que respalde el acuerdo alcanzado con Bruselas, a pesar de ofrecer su renuncia a cambio. Las principales críticas vienen del ala dura de su propio partido, el Conservador, por lo que convocó al líder laborista Jeremy Corbyn para buscar un consenso. Europa, por su parte, debate cómo minimizar los daños de una salida sin acuerdo, que parece cada vez más probable.
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