Según un informe de la organización ambientalista Greenpeace, la deforestación está afectando seriamente a los bosques protegidos de Argentina. La información indica que en 2018 el 36% de esos desmontes fue en Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Salta; concentran el 80% de la desaparición de estos ecosistemas.

Argentina enfrenta un serio problema. Sus bosques se encuentran gravemente afectados por la deforestación, de la cual ni siquiera las áreas protegidas parecen salvarse. La degradación se concentra principalmente en el norte del país, donde la actividad maderera y el avance de la frontera agrícola reducen la superficie boscosa a pasos agigantados.

Según Greenpeace, Argentina se encuentra en emergencia forestal. En su informe anual, Greenpeace indica que el 80% de la deforestación de nuestro país se concentra en cuatro provincias del norte: Santiago del Estero, Chaco, Formosa y Salta. La organización también denuncia que de esos bosques afectados, el 36,3% fue en bosques nativos que están legalmente protegidos por su alto valor de conservación.

“La fragmentación de los bosques, no solo el desmonte, impide la vida animal y vegetal en un ecosistema continuo. Un yaguareté, por ejemplo, necesitará de 11.000 hectáreas para vivir en un buen estado de conservación”, explicó al diario La Nación Hernán Giardini, coordinador de la Campaña de Bosques de Greenpeace. “Esos ecosistemas con una categoría de protección alta o media tienen que ver con el mantenimiento de las cuencas de agua y si en esas zonas se deforesta en exceso, aumenta el riesgo de inundación”, agregó.

Argentina cuenta desde el año 2007 con la ley de presupuestos mínimos para la protección de ambiental de los bosques nativos. Esta ley establece que cada provincia debe “ordenar” sus bosques en 3 categorías (verde, amarilla y roja) las cuales establecen el tipo de afectación posible, siendo la verde la que permite la deforestación total, la amarilla un uso de bajo impacto, y rojo la protección total. De los diferentes ordenamientos se desprende que alrededor del 80% de los bosques del país se encuentran en categoría roja o amarilla.

Sin embargo, la deforestación avanza. Durante la primera década luego de aprobada la ley, Argentina perdió un 2,6 millones de hectáreas, de las cuales el 32,3% eran de bosques protegidos. Según el informe de Greenpeace, el año pasado “se deforestó ilegalmente el equivalente a dos veces la superficie de la ciudad de Buenos Aires”. Los datos de la organización ambientalista indican que en las provincias de Santiago del Estero, Chaco, Salta y Formosa, la pérdida fue de 40.965 hectáreas de bosques nativos.

Las cifras resultan alarmantes, en especial si se tiene en cuenta la situación ambiental actual a nivel global, donde el cambio climático intensifica sus efectos manifestándose en fuertes tormentas y precipitaciones que, en conjunción con la ausencia de cobertura boscosa en diferentes regiones, provoca graves inundaciones como las que estamos presenciando en nuestro país. La organización ambientalista lleva adelante una campaña para proteger El Impenetrable chaqueño. Durante los últimos tres años, más de la mitad de la deforestación en Chaco se realizó en zonas protegidas por la Ley de Bosques: 55.500 de las 106.508 hectáreas desmontadas.

La semana pasada, el gobernador Peppo firmó el decreto 298/2019 en el que deroga los permisos de desmonte sobre bosques nativos y suspende el procedimiento que reglamenta la actualización del ordenamiento territorial de bosques nativos de la provincia. Greenpeace destacó la medida. Sin embargo, reclamó que aún no fueron cancelados los permisos otorgados y que tampoco se ha dispuesto un plan de reforestación para los desmontes ya ejecutados.

 

Imágenes: Greenpeace

Abel Sberna

 

 

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