Luego de concretar su retirada de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), Japón anunció que retomará a mediados de 2019 la explotación comercial de ballenas. Históricamente el país asiático ha sido duramente cuestionado por esta práctica.
Las ballenas han sido objeto de una fuerte explotación a partir del siglo XVII, cuando se las cazaba para la utilización de su carne y grasas. Debido a esta actividad que se sostuvo durante casi 300 años, las poblaciones comenzaron a verse muy disminuidas, empujando a muchas especies de ballenas hacia una posible extinción. Ya en el siglo XX la actividad fue vedada y nació la Comisión Ballenera Internacional (CBI), con el objetivo de preservar a estos animales marinos. A partir de 1986, por decisión de los países que la componen, la CBI prohibió la caza de ballenas, con excepciones de carácter cultural para ciertas comunidades y la cacería con propósitos de investigación científica.
Esta última fue la excusa que permitió a Japón continuar impunemente con la cacería de ballenas, tanto en mares de su jurisdicción como en las remotas aguas antárticas. Esto le ha valido el rechazo prácticamente unánime de la comunidad internacional, aunque no ha sido de utilidad para evitar que el país asiático continúe con la actividad. De hecho, la semana pasada su gobierno anunció la retirada de la CBI y la reanudación de la cacería con fines comerciales. La noticia no se ha demorado en dar la vuelta al mundo, causando repudio e indignación. Yoshihide Suga, portavoz del gobierno japonés, ha sido el encargado de comunicar la decisión. ”En su larga historia, Japón ha usado a las ballenas no sólo como una fuente de proteína, sino también para una variedad de propósitos diversos” manifestó el funcionario. En sus declaraciones Suga aseguró que el gobierno de su país continúa comprometido con el manejo de los recursos marinos de acuerdo a los datos científicos disponibles. Japón argumenta que las poblaciones de ballenas se han recuperado lo suficiente como para poder retomar la actividad de manera sustentable. La decisión de abandonar el CBI se tomó tras varios intentos fallidos por parte de Japón de convencer a otros integrantes con el fin de modificar la moratoria en la caza de ballenas y permitir una pesca regulada por la Comisión.
El gobierno Japonés ha anunciado que la cacería se limitará a ciertas especies y estará acotada a sus aguas jurisdiccionales. Según lo anunciado por Suga “la caza de ballenas se llevará a cabo de acuerdo con el derecho internacional y dentro de los límites de captura calculados de acuerdo con el método adoptado por la CBI para evitar un impacto negativo en los recursos cetáceos”.
Asociaciones ambientalistas de todo el mundo se han manifestado con respecto a esta decisión. La organización animalista Humane Society expresó sus temores de que Japón intente reclutar a otras naciones para abonar la organización, lo que puede derivar en una nueva ola “de detestable matanza comercial de ballenas”.
”Japón se convierte ahora en una nación ballenera pirata que mata a estos leviatanes del océano completamente fuera de los límites del derecho internacional”, afirmó la presidenta de la organización, Kitty Block. En nuestro país, el Instituto de Conservación de Ballenas publicó en sus redes sociales un comunicado al respecto, donde expresa que si Japón abandona la CBI se convertirá “en un paria, por no decir Pirata de los océanos”. En el mismo comunicado, la ICB asegura que “Japón no necesita irse de la CBI para reanudar la caza de ballenas a escala comercial si de hecho es lo que ya hace desde hace tiempo bajo la farsa de la caza científica”.
Abel Sberna

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