El cambio climático afecta a todo el planeta y Tierra del Fuego no es la excepción. Con la intención de conocer el estado de los glaciares fueguinos, EL ROMPEHIELOS accedió a una entrevista con el Ingeniero Rodolfo Iturraspe, quien lleva años estudiando los cuerpos de hielo presentes en nuestra isla
Los efectos el cambio climático se hacen sentir cada vez más. El ártico ha perdido gran parte de su masa de hielos. Los glaciares del todo el mundo se contraen y la Antártida ha desprendido enorme fragmentos de hielo de dimensiones descomunales. En nuestra provincia contamos con numerosos glaciares que cumplen funciones ecosistémicas y representan un capital importantísimo como recurso turístico y cultural. ¿Qué sucede con estos glaciares? ¿Están desapareciendo? Una de las postales clásicas de la ciudad de Ushuaia es el Glaciar Martial, que corona el paisaje de la capital fueguina. Al observar y compararlo con fotos de diferentes épocas es fácil notar los cambios ¿Cuánto tiempo le queda? El Ingeniero en Recursos Hídricos Rodolfo Iturraspe ha estudiado por años los glaciares de Tierra del Fuego y con él dialogamos para entender un poco más a estas majestuosas formaciones heladas que pueblan nuestros Andes isleños.
¿Cuál es el origen de los glaciares fueguinos?
Estos glaciares corresponden a una etapa más fría, que terminó a fines del siglo XIX y duró unos 400 años, conocida como la Pequeña Edad del Hielo, por lo cual su origen es muy reciente. Se estima que en ese periodo la temperatura promedio anual fue de un grado y medio más baja que la actual, lo que es mucho, aunque no lo parezca. Ese periodo terminó y ahora nos encontramos en una etapa más cálida.
¿Qué relevancia tienen los glaciares en el sistema hidrológico de nuestra provincia?
La relevancia más notoria es la que tiene como recarga de los sistemas fluviales y de agua subterránea. Si bien su influencia en estos sistemas es indudable, los glaciares de la región son pequeños en relación a los que se encuentran en la zona occidental de la isla, en el sector Chileno. El aporte que los glaciares hacen a las cuencas hidrológicas están directamente relacionados con su tamaño y ese tamaño o proporción es muy reducido en éste ambiente. De hecho, hay cuencas que no tienen glaciares. Las que tienen presencia de glaciares, como la del Valle de Andorra, del Arroyo Grande, del Olivia o el Martial, estamos hablando de un dos o tres por ciento de cobertura glaciar, por lo que su relevancia es poco perceptible. Entonces uno se pregunta, ¿qué pasaría si los glaciares no estuvieran? ¿Saldría toda el agua que sale? Pues, también saldría agua, ya que la lluvia y la nieve son frecuentes y significan la mayoría del aporte del agua a las cuencas. El volumen de agua que aportan los Glaciares está en el orden del 2 o 3 por ciento del agua total. Entonces, ¿cuál es la importancia de los glaciares? En el caso de veranos secos y cálidos, en los cuales las precipitaciones son menores y hay poca agua en el suelo, el glaciar cumple la función de aportar un mayor porcentaje de agua a las cuencas. El valor del glaciar es el de reservorio en el caso de sequías o temporadas de temperaturas elevadas.
¿En qué estado se encuentran los glaciares en la región?
Bueno, el estado es realmente deplorable. Los glaciares corresponden a otro momento climático. Se han desarrollado respondiendo a otras condiciones que no son las actuales. Entonces lo que está sucediendo con todos los glaciares es que se están retrayendo a una condición en la que puedan mantenerse en equilibrio. Debido a que las temperaturas continúan elevándose, el equilibrio lo encuentran cada vez más arriba, en cotas superiores de las montañas. Dentro de los glaciares locales, el Martial, que si bien ya se ha retraído no se encuentra en una situación tan crítica como por ejemplo el Vinciguerra o el Alvear, que son glaciares que actualmente tienen sus frentes en cotas de 700 u 800 metros, por lo que no pueden mantener su masa de hielo a esas alturas; esto implica que toda esa zona se está derritiendo muy rápidamente provocando que el glaciar retroceda y su frente se desplace a cotas más elevadas, apareciendo así grandes rocas que antes estaban cubiertas o generándose nuevas lagunas. Este es el caso de la famosa Laguna de los Témpanos, la cual, según consta en registros fotográficos, no existía en la década del 70. Toda la laguna estaba ocupada por hielo.
¿Cómo has sido la dinámica de los glaciares durante los últimos años?
Un proceso muy fuerte disminución de los glaciares se vivió entre mediados de los 70 y principios del 2000. Esa etapa ha sido una de las más fuertes de retracción de nuestros glaciares. De hecho muchos campos de hielo que estaban a baja altura han desaparecido. Nosotros tenemos mediciones mediante las cuales podemos determinar, a través de los balances de masa, cuánta agua pierde el glaciar anualmente. En el caso del Martial, vemos que desde el año ’86 aproximadamente hasta el 2006 venía perdiendo medio metro de hielo de espesor por año, lo cual es mucho, debido a que estos glaciares no tienen mucho espesor. A partir de 2006 hasta el 2014 hubo cierta estabilidad, por varias rachas de veranos muy lluviosos, donde arriba nieva, lo que funcionó como un sistema de protección del glaciar en los veranos. Esta etapa de veranos frescos y lluviosos, beneficiosos para el glaciar aunque desagradables para nosotros (risas), que queremos veranos calurosos, significaron cierta estabilidad para el Martial, lo que no sucedió con los otros glaciares que se encuentran en cotas más bajas.
Hablando específicamente del Martial y teniendo en cuenta la información disponible, ¿qué proyección podemos hacer sobre su evolución?
Lo primero que tenemos que saber es que, inevitablemente, el glaciar va a cambiar. Tal vez no desaparezca totalmente en lo inmediato, pero probablemente sus cuerpos de hielo, en especial la parte central e izquierda, van a quedar disminuidos y en zonas más altas. De hecho en la zona izquierda hay un pequeño cuerpo de hielo, que en las fotos de las décadas del 50 se puede ver como un glaciar casi tan grande como los otros que están ahora, pero que actualmente está prácticamente extinto, lo que nos da un ejemplo que la desaparición es totalmente factible. Uno de los problemas que enfrentan los cuerpos del Martial es su poco espesor. En sus áreas más profundas las mediciones habla de unos 30 metros, lo que es muy poco. El panorama para el Martial no es muy prometedor y su tiempo de vida depende de cómo se den las condiciones climáticas en el futuro, pero la tendencia general es de pérdida debido a que estos glaciares, como decíamos, no corresponden a esta época climática y todas las proyecciones indican que las temperaturas continuarán aumentando.
Abel Sberna