“Córdoba atraviesa los mejores años fiscales”, elogió el gobernador Juan Schiaretti en la inauguración de los almuerzos de trabajo 2018 de la Fundación Mediterránea, el lunes pasado.
Por lo bajo, en las mesas, muchos se preguntaban por qué no fue más agresivo entonces este año con la rebaja de impuestos.
O por qué no adelanta lo que prometió hacer en los próximos años. Lo que la mayoría no sabe es el enorme costo fiscal que representa cumplir con lo que Córdoba prometió: el 13 por ciento de la recaudación propia.
En plata: 6.647 millones de pesos, el equivalente al cierre de la Circunvalación, por ejemplo.
En la apertura de sesiones del Concejo Deliberante, el intendente Ramón Mestre hincó en esa inquietud: “Es más caro invertir en Córdoba que en Buenos Aires o en Santa Fe. Nunca los cordobeses pagamos tantos impuestos”. Y agregó un condicionamiento casi insólito a la rebaja de sus propias tasas municipales: lo hará si recibe más coparticipación.
Rebajas impositivas.
El Consenso Fiscal que firmaron todos los gobernadores (excepto San Luis) exige un cronograma de reducción impositiva para provincias y municipios de acá hasta 2022. Córdoba arrancó en 2018 con algunas rebajas menores en Ingresos Brutos y una sí que es sustancial: eliminó la sobretasa de Ingresos Brutos que pagaban las industrias de extraña jurisdicción.
Relacionadas Los municipios, obligados también a bajar las tasas “Tanto la Provincia como los municipios deberían aprovechar el buen momento fiscal por la recuperación del 15 de coparticipación y bajar impuestos. En el caso de la Provincia, cumpliendo con el cronograma de reducción de impuestos firmado con Nación”, aporta Marcelo Capello, del Ieral. “No hay manera de acelerar el cronograma, es bastante agresiva la rebaja propuesta, con una reducción importante el año que viene con Ingresos Brutos al sector financiero”, consideró Osvaldo Giordano, ministro de Finanzas.