Yo era chica. Sin ponerme a sacar demasiadas cuentas, tendría unos 10 u 11 años cuando mi papá dijo “cumplo los 40 y no fumo más”, y cumplió los 40 y no fumó más. Un par de décadas después se volcó a los habanos pero jamás lo volví a ver prender un cigarrillo.

Pero no siempre es tan sencillo como parece: la adicción al tabaco es una de las más graves a nivel internacional. La Organización Mundial de la Salud dice en su página oficial que el cigarrillo mata hasta a la mitad de sus consumidores.

El tabaco mata cada año a más de 7 millones de personas, de las que más de 6 millones son consumidores del producto y alrededor de 890.000 son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno.

Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios donde es mayor la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco, ya que es una de las principales causas de defunción, enfermedad y empobrecimiento

Los consumidores de tabaco que mueren prematuramente privan a sus familias de ingresos, aumentan el costo de la atención sanitaria y dificultan el desarrollo económico.

En algunos países, los niños de los hogares pobres trabajan con frecuencia en el cultivo de tabaco para aumentar los ingresos familiares. Esos niños son especialmente vulnerables a la enfermedad del tabaco verde, producida por la nicotina que absorbe la piel cuando se manipulan hojas de tabaco húmedas.

El gobierno de la provincia de Tierra del Fuego promulgó la Ley Provincial Nº 1203 de control de tabaco, que reconoce la adicción al tabaco como una enfermedad “para su diagnóstico, tratamiento y cobertura médica”.

Publicada este jueves 11 de enero de 2018 en Boletín Oficial, la ley regula la “publicidad, promoción, consumo y venta de los productos elaborados con tabaco en el ámbito provincial”, teniendo entre sus objetivos “reducir el consumo de productos elaborados con tabaco y sus derivados”.

La ley propone además “reducir al mínimo la exposición de las personas a los efectos nocivos del humo del tabaco ajeno”, así como “instrumentar campañas educativas a través de todos los medios de comunicación social en colaboración con organizaciones de la sociedad civil, científicas y académicas”.

Asimismo, se declaran “sustancias nocivas” a los productos y subproductos elaborados con tabaco “en cualquiera de sus modos de consumo”.*

No soy un ex fumador, soy un fumador que no fuma, todos los días me contengo. Sueño con fumar, literalmente, me sueño fumando. Dejé hace dos años más o menos. Dejé varias veces por períodos de año y medio, pero esta vez es más mental, es como que es ahora o nunca. Para mí lo que hay que aceptar es que sos fumador y siempre lo vas a hacer, pero que eso no te impide dejar de fumar”, dice Diego V.

El humo del tabaco contiene más de 4000 productos químicos, de los cuales se sabe que al menos 250 son nocivos, y más de 50 causan cáncer. No hay un nivel seguro de exposición al humo de tabaco ajeno.

En los adultos, el humo ajeno causa graves trastornos cardiovasculares y respiratorios, en particular coronariopatías y cáncer de pulmón. Entre los lactantes causa muerte súbita. En las mujeres embarazadas ocasiona bajo peso ponderal del recién nacido.

Casi la mitad de los niños respiran normalmente aire contaminado por humo de tabaco en lugares públicos.

El humo de tabaco ajeno causa alrededor de 890.000 muertes prematuras cada año. En 2004, los niños representaron el 28% de las defunciones atribuibles al humo de tabaco ajeno.

Todas las personas deberían poder respirar aire sin humo. Las leyes contra el humo protegen la salud de los no fumadores, son bien acogidas, no perjudican a los negocios y animan a los fumadores a dejar de fumar.

Más de 1300 millones de personas, o el 18% de la población mundial, están protegidas por leyes nacionales integrales sobre espacios sin humo.

Dejé un día y listo, hace casi 4 años, por ahora no volví y lo extraño mucho. No fumo uno porque sé que es volver, me cuesta todos los días. Tengo 15 kilos de más, pero busqué varios motivos para ayudarme, salud, ejemplo para mi hija, lo desagradable del hábito, etc. Me parece que la forma es encararlo de un día por vez y que pase. Es una filosofía de cualquier grupo de adicción”, cuenta Juanjo.

Diversos estudios revelan que pocas personas comprenden los riesgos específicos para la salud que entraña el consumo de tabaco. Por ejemplo, un estudio realizado en China en 2009 reveló que solo un 38% de los fumadores sabía que el tabaco provocaba cardiopatía coronaria, y solo un 27% sabía que ocasionaba accidentes cerebrovasculares.

La mayoría de los fumadores que conocen los peligros del tabaco desean dejarlo. El asesoramiento y la medicación pueden duplicar con creces la probabilidad de que un fumador que desea abandonar el tabaco lo consiga.

Solo 24 países, que representan el 15% de la población mundial, disponen de servicios nacionales integrales para ayudar a los consumidores a dejar de fumar. No hay ningún tipo de asistencia para dejar de fumar en una cuarta parte de los países de bajos ingresos.

Fumé 10 años y se cumplieron 10 desde que dejé, en mi caso lo hice porque me operaba de la columna, pero aproveché y no volví nunca más. Siento que no puedo volver a prender uno porque el riesgo es muy grande”, reconoce Florencia.

Las advertencias textuales y gráficas impactantes (en especial las que incluyen imágenes) permiten reducir el número de niños que empiezan a fumar y aumentar el número de fumadores que dejan el tabaco.

Las advertencias gráficas pueden persuadir a los fumadores de que protejan la salud de los no fumadores fumando menos en el interior de las viviendas y evitando fumar cerca de los niños. Los estudios llevados a cabo tras implantarse las advertencias gráficas en el Brasil, Canadá, Singapur y Tailandia muestran sistemáticamente que esas advertencias promueven considerablemente la sensibilización de las personas respecto de los peligros del consumo de tabaco.

Solo 42 países, que representan el 19% de la población mundial, aplican las prácticas óptimas relativas a las advertencias gráficas, que comprenden la inclusión de advertencias en el idioma local y la exigencia de que ocupen, en promedio, al menos la mitad del anverso y el reverso de los paquetes de cigarrillos. La mayoría de ellos son países de ingresos bajos o medios.

Las campañas en los medios de información también pueden reducir el consumo de tabaco alentando a la gente para que proteja a los no fumadores y convenciendo a los jóvenes para que abandonen el tabaco.

Más de la mitad de la población mundial vive en los 39 países que en los dos últimos años han realizado al menos una campaña intensiva contra el tabaco en los medios de comunicación.

“Dejé un día y listo, ya pasaron dos años y medio. Aproveché una gripe en la que me daba asco el pucho y a eso le sumé que no daba ser un papá fumador, el resto es pura fuerza de voluntad”, señala Diego D.

La prohibición general de todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco permitiría reducir el consumo de tabaco en un 7%, aproximadamente, como media, si bien en algunos países se podría lograr una disminución de hasta el 16%.

Solo 29 países, que representan el 12% de la población mundial, han prohibido completamente todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.

Aproximadamente uno de cada tres países carece de restricciones, o solo tiene restricciones mínimas, de todas las formas de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.

Me costó dejar. La primera vez dejé y volví a fumar, ya la segunda no fumé más, hasta ahora no fumé más, aunque a veces me agarran ganas, es como que me falta algo, pero ya llevo 3 años”, detalla Daniel.

Los impuestos al tabaco son el medio más eficaz para reducir el consumo, especialmente entre los jóvenes y los pobres. Un 10% de aumento de esos impuestos reduce el consumo de tabaco aproximadamente un 4% en los países de ingresos altos y un 5% en los países de ingresos bajos o medios.

A pesar de ello, establecer impuestos altos al tabaco es una medida poco frecuente. Solo 33 países, que representan el 10% de la población mundial, tienen impuestos sobre el tabaco que superan el 75% del precio al por menor.

A tenor de los datos disponibles, los ingresos fiscales son, en promedio, 269 veces mayores que los gastos en actividades de control del tabaco.

Hoy cumplo 15 días sin fumar y lo llevo bastante bien. Anoche por ejemplo soñé que fumaba y me desperté con culpa. No era un ‘gran’ fumador, como mucho medio atado por día, pero me di cuenta que hacía 15 años que fumaba, es decir, casi la mitad de mi vida”, apunta Lautaro.

Los testimonios y las experiencias son absolutamente individuales, ningún exfumador ha pasado por la etapa de dejar el tabaco de la misma forma que otro, hay una cosa que los une y es tener ganas de salir de las garras de un vicio que se sabe traicionero. No por nada muchos testimonios señalan “el peligro” de volver a encender un solo cigarrillo.

Hay que contar los días de a uno y pensar en todo lo que se gana para uno, para su entorno y para el ambiente con cada pucho que no se prende. Y hay que asumir que uno nunca está totalmente libre de la tentación. Nos convertimos todos en fumadores en pausa.

 

*Crítica Sur

 

María Fernanda Rossi

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