Avanza la novena temporada del proyecto colaborativo que sigue satelitalmente los recorridos de estos grandes mamíferos por el Atlántico sudoccidental. El registro de sus movimientos dentro de los golfos norpatagónicos y de sus viajes oceánicos aporta información para localizar ambientes clave para el ciclo de vida de la especie y promover medidas para su conservación. Sus recorridos se pueden seguir en el sitio www.siguiendoballenas.org.
Grandes Viajeras
La ballena franca austral es una especie migratoria que en sus viajes anuales cubre largas distancias, a veces de miles de kilómetros, entre las zonas donde se alimenta y las zonas donde se reproduce. Con tecnología de vanguardia, el proyecto colaborativo “Siguiendo Ballenas” busca obtener información clave sobre esta especie y sus movimientos en los ambientes marinos. Esta investigación se realiza a partir de la articulación de esfuerzos de organizaciones gubernamentales, de la sociedad civil e instituciones académicas, y acaba de iniciar su novena temporada en Península Valdés, Chubut.
Las ballenas monitoreadas
Durante el pasado mes de septiembre, en aguas del Golfo Nuevo, se colocaron transmisores satelitales de última generación a 10 ballenas francas australes, de las cuales 7 son hembras con cría, 2 juveniles y 1 un individuo adulto.
Para optimizar su identificación, se designó un nombre a cada ballena que en esta temporada se asociaron a los elementos de la tabla periódica. Actualmente, de las 10 ballenas monitoreadas, 7 ya comenzaron su viaje hacia áreas de alimentación, mientras que el resto permanece aún en los golfos de Península Valdés. Los recorridos de estas ballenas pueden visualizarse en el sitio
El seguimiento satelital de estas ballenas permite conocer cómo utilizan el Atlántico sudoccidental y los mares subantárticos durante sus viajes en búsqueda de alimento, y así localizar ambientes clave para su ciclo de vida, sustentar la importancia de las áreas marinas protegidas y elaborar recomendaciones para regular actividades humanas -como las pesqueras, petroleras y de transporte naviero- que podrían impactarlas.
Importantes hallazgos en la temporada anterior
Durante la temporada 2023-2024, el monitoreo satelital de Atenea permitió tener el primer registro de una ballena franca identificada en Península Valdés cruzando del océano Atlántico al Pacífico. Esto constituye un hallazgo de una nueva ruta migratoria para esta población.
A su vez, el equipo de fotoidentificación del ICB pudo determinar que 4 de las 16 ballenas monitoreadas durante la octava temporada habían sido previamente identificadas. Este es el caso de Eos, identificada por primera vez en 1979, y que en 2023, cuando fue equipada con el dispositivo satelital, se encontraba con cría. Este nuevo registro nos permitió saber que aún continúa en edad reproductiva, lo cual aporta información de gran valor sobre la biología de esta especie. Además, ella se trasladó hacia el Agujero Azul, el área productiva más importante del hemisferio sur, que cumple el rol de “supermercado” para muchas especies marinas; y que podría ser declarada como Área Marina Protegida Bentónica por parte del Senado de la Nación en 2024.
Una década siguiendo ballenas
Desde sus inicios, este proyecto ha monitoreado las travesías de 116 ballenas francas australes. El seguimiento satelital aporta cada año nueva información sobre los movimientos y viajes de los individuos de esta población, permitiendo profundizar el conocimiento sobre las áreas de reproducción y alimentación.
Acerca del Proyecto
“Siguiendo Ballenas” es el resultado del trabajo colaborativo entre varias instituciones de Argentina, Brasil, Dinamarca y Estados Unidos: el Laboratorio de Mamíferos Marinos del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CENPAT-CONICET), el Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS-CONICET), la Escuela de Ciencias Marinas (ESCiMar) de la Universidad Nacional del Comahue, la Fundación Patagonia Natural, el Instituto Aqualie, el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), Cooperative Institute for Climate, Ocean and Ecosystem Studies (CICOES) de la Universidad de Washington, Marine Ecology and Telemetry Research y National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos, el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, University of California Davis – Wildlife Health Center y Wildlife Conservation Society Argentina (WCS), Greenland Institute of Natural Resources de Dinamarca, Wildlife Computers.
Este estudio es financiado por organizaciones de Argentina, Brasil y Estados Unidos. Y cuenta además con el aval de la Comisión Ballenera Internacional a través del Plan de Manejo y Conservación de la Ballena Franca del Atlantico Sudocidental, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina, de las provincias de Chubut y Río Negro y de la Prefectura Naval Argentina. Recibe aportes de información y fotos de integrantes de la Asociación de Guías Balleneros y la comunidad de Puerto Pirámides, y de la Asociación de Prestadores de Servicios Náuticos del Municipio de San Antonio Oeste.
Fuente: ICB