Avanza la 8° temporada de seguimiento satelital de ballenas francas en el Atlántico sur. Este año se colocaron transmisores satelitales a 16 ballenas francas australes. 

Desde 2014, este proyecto permite monitorear los viajes de estos grandes mamíferos por el océano para obtener datos para la conservación de la especie y su hábitat. Sus recorridos se pueden seguir día a día en el sitio www.siguiendoballenas.org.

La ballena franca austral es una especie migratoria que en sus viajes anuales cubre largas distancias, a veces de miles de kilómetros, entre las zonas donde se alimenta y las zonas donde cría. Con tecnología de vanguardia, el proyecto colaborativo “Siguiendo Ballenas” busca obtener información clave sobre esta especie y sus ciclos de vida para promover medidas para su conservación. El proyecto, iniciado en el 2014, se realiza a partir de la articulación de esfuerzos de un equipo integrado por organizaciones de la sociedad civil, instituciones académicas y gubernamentales.

Durante su octava temporada de estudios se equiparon, durante el mes de octubre, 16 ballenas francas australes con transmisores satelitales de última generación en el Golfo Nuevo, Península Valdés, Chubut. Transcurrido un tiempo -que puede variar entre días y meses-, los dispositivos se desprenderán sin haber afectado su salud ni su comportamiento y los resultados del monitoreo serán clave para la conservación de esta especie emblemática. a escala global. 

Durante esta temporada, cuatro de los transmisores utilizados fueron producidos con una nueva generación de componentes electrónicos. Se espera que estos transmisores reemplacen, en los próximos años, los utilizados actualmente.

 Las ballenas monitoreadas

Este año las ballenas monitoreadas fueron identificadas con nombres de dioses y diosas griegas. Fueron instrumentadas 15 hembras adultas acompañadas con sus crías, como es el caso de Atenea, Perséfone, Iris y Calliope, y solo un individuo solitario juvenil, quien fue nombrado Zeus.

El seguimiento informará sobre conocer su localización con una frecuencia de varias posiciones al día. Luego, el análisis de estos datos permitirá saber el modo en que utilizan los diversos ambientes marinos, sus movimientos en las áreas de reproducción, si se trasladan o se están alimentando. Los recorridos se pueden seguir diariamente en el sitio www.siguiendoballenas.org.

Una década de estudios, más de 100 ballenas

Cuando finalice la temporada actual de seguimiento, el proyecto, desde su primera temporada en 2014, habrá logrado monitorear satelitalmente las travesías de 102 ballenas francas australes.

En Península Valdés, esta población de ballenas es estudiada desde 1971. El seguimiento satelital de individuos permite conocer más específicamente cómo utilizan el Atlántico Sudoccidental y los mares subantárticos durante sus migraciones en búsqueda de alimento y así localizar ambientes clave para su ciclo de vida, sustentar la importancia de las Áreas Marinas Protegidas y elaborar recomendaciones para regular actividades humanas -como las pesqueras, petroleras y de transporte naviero- que podrían impactarlas.  

En estos casi 10 años de estudios se realizaron grandes hallazgos. Por ejemplo, se identificaron las áreas y distancias recorridas en un viaje migratorio completo de una ballena solitaria llamada Papillón en 2014 y de otra madre con cría llamada Electra en 2022. También se logró conocer las diferencias del viaje migratorio de Antares/Atrevida, una misma ballena en dos momentos diferentes de su ciclo de vida (2015 y 2021) -una vez siendo madre y otra sin cría.

Este proyecto, además, permitió descubrir que muchos individuos utilizan distintas áreas de alimentación a lo largo de los años, subrayando la importancia de coordinar estrategias regionales para proteger las ballenas en todo su rango migratorio.

Toda esta información, adicionalmente, se enriquece al poder conocer las historias de vida de muchas de las ballenas que han sido parte de este proyecto. De las 102 ballenas monitoreadas satelitalmente desde el 2014, 31 son individuos previamente identificados y forman parte del catálogo de más de 4.200 ballenas conocidas que llevan adelante el Instituto de Conservación de Ballenas en forma conjunta con el Ocean Alliance.

Acerca del Proyecto

 “Siguiendo Ballenas” es el resultado del trabajo colaborativo entre varias instituciones de Argentina, Brasil, Dinamarca y Estados Unidos: Laboratorio de Mamíferos Marinos del Centro para el Estudio de Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (CIMAS-CONICET), Escuela de Ciencias Marinas (ESCiMar) de la Universidad Nacional del Comahue, Fundación Patagonia Natural (FPN)Instituto AqualieInstituto de Conservación de Ballenas (ICB), Marine Ecology and Telemetry Research y National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos (NOAA), Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, Universidad de California Davis – Wildlife Health Center,  Wildlife Conservation Society Argentina (WCS), investigadores del Greenland Institute of Natural Resources de Dinamarca, el fabricante de transmisores Wildlife Computers, y el experimentado capitán Federico Arribere.,

El proyecto cuenta con el financiamiento de organizaciones de Argentina, Brasil y Estados Unidos, sobre todo para el desarrollo de la tecnología utilizada en los dispositivos. Los aprendizajes de este proyecto podrán ser aplicados en diversas poblaciones de ballenas críticamente amenazadas alrededor del mundo. 

Cuenta además con el aval de la Comisión Ballenera Internacional a través del Plan de Manejo y Conservación de la Ballena Franca del Atlantico Sudocidental, del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argentina, de las provincias de Chubut y Río Negro y de la Prefectura Naval Argentina. Recibe aportes de información y fotos de integrantes de la Asociación de Guías Balleneros y la comunidad de Puerto Pirámides, y de la Asociación de Prestadores de Servicios Náuticos del Municipio de San Antonio Oeste. 

A lo largo de sus travesías entre las áreas de reproducción y las de alimentación, las ballenas de Valdés recorren zonas económicas exclusivas de diferentes países y las aguas internacionales adyacentes. Esta red de colaboración global demuestra el valor de la cooperación para coordinar esfuerzos a nivel regional para su conservación.

Los resultados del seguimiento satelital del presente estudio, los obtenidos en años anteriores y los que resulten de relevamientos futuros, son insumos de enorme relevancia para el manejo y la conservación de esta especie emblemática. 

Fuente: Siguiendoballenas.org

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