Originalmente importado de Europa hacia Chile para ser usado como polinizador, el abejorro Bombus terrestris ingresó a la Patagonia argentina y se ha expandido rápidamente, convirtiéndose en una plaga que atenta contra el equilibrio natural de la región.

Las especies exóticas invasoras no son una novedad en la Patagonia argentina. Chaquetas amarillas, castores, conejos, salmones y un largo etcétera conforman la lista de especies que han sido introducidas o han arribado accidentalmente a nuestra región para expandirse y radicarse definitivamente. Uno de los casos más emblemáticos es el del castor canadiense en la isla de Tierra del Fuego, pero también han tomado notoriedad otras especies como la avispa chaqueta amarilla, que ha proliferado al punto de haberse convertido en una peligrosa plaga que aún no se ha logrado controlar.

Pero hay otro animalito que cada vez se ve con más frecuencia en bosques, praderas y jardines urbanos. Se trata de un bichito de gran porte. algo intimidante: el Bombus terrestris, un abejorro originario de Europa que fue importado por Chile para ser utilizado como polinizador. Lamentablemente, la naturaleza no puede ser contenida y no pasó mucho tiempo hasta que la especie se expandió más allá de las fronteras del país vecino para “conquistar” la Patagonia argentina. Hoy su población se extiende por más de 4000 kilómetros hasta los límites australes de Tierra del Fuego.

Foto: Diego Delso

El Bombus terrestris es uno de los abejorros más comunes de Europa. Tiene el cuerpo negro con bandas amarillas. Se diferencia de otras especies de abejorros por el color blanquecino del extremo del abdomen. Es un insecto de gran porte, la reina mide de 2 a 2,7 cm de longitud y las obreras de 1,5 a 2 cm. Son importantes polinizadores en la mayoría de las regiones templadas. Desde 1980, su venta crece para satisfacer la demanda en aumento. Se usan en el campo y en cultivos de invernadero.

Los efectos en el ambiente de las especies exóticas son impredecibles. En la mayoría de los casos es imperceptible y las consecuencias son nulas, pero en algunos el impacto puede ser devastador, principalmente en las islas o los ambientes con ensambles de pocas especies. En el caso de la Patagonia, la proliferación de esta especie está provocando un importante impacto negativo sobre la especie autóctona de abejorro. “Una de las especies de abejorros que declina es la única especie del género nativa de la Patagonia, que es de gran tamaño y es conocida como mangangá (Bombus dahlbomii). En este caso, la declinación se produjo por la introducción de dos especies de origen europeo a través de Chile, Bombus ruderatus y Bombus terrestris. Esta última se está criando a escala mundial e importando para polinización de cultivos en invernadero. Trabajos previos que realizamos demuestran que particularmente el Bombus terrestris introdujo enfermedades que no estaban antes, además de que compite con los recursos de este abejorro nativo”, explica Marcelo Aizen, investigador del CONICET.

Foto: Ivar Leidus

La situación preocupa a los investigadores, quienes observan la falta de reacción del Gobierno para revertir la expansión de este insecto en el territorio nacional. “El comercio de abejorros está catalogado como uno de los 15 daños ambientales de origen humano con mayor impacto. Esta es una invasión ‘subsidiada’, porque es sostenida en el tiempo gracias a que se continúan importando colonias. Y lo que más me preocupa es que el tema es prácticamente ignorado por las autoridades de medio ambiente y Cancillería. El Bombus terrestris ni siquiera está catalogado como especie invasora” concluye Aizen.

 

Abel Sberna
Foto de portada: Holger Casselmann

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