Semanas atrás EL ROMPEHIELOS habló con Enrique Chasco, comerciante de nuestra ciudad, nieto de una pareja de Bragado, provincia de Buenos Aires, que viajó a Ushuaia en el año 1930 a bordo del barco Monte Cervantes que finalmente se hundió en el Canal de Beagle.

La historia continuó en 1954 cuando una misión compuesta por cuatro remolcadores -entre ellos el Saint Christopher- intentaron reflotar el Monte Cervantes con resultados negativos. La maniobra provocó que el Saint Christopher sufriera daños en su timón y en su planta propulsora, lo que hizo que quedara encallado en las costas del Canal hasta el día de hoy.

Sin dudas el barco es un emblema de Ushuaia, erigido en el corazón del centro de la ciudad la embarcación ha sufrido un notable deterioro a lo largo de estos más de sesenta años.

Tras varios pedidos de organizaciones sociales, cámaras empresariales y ciudadanos interesados en recuperarlo, el gobierno de la provincia se dispuso a encarar la obra de puesta en valor del remolcador.

La misma, es llevada adelante por la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios, donde su Presidente Guillermo Worman nos contó que “el gobierno toma el barco como parte de un sistema que es el conjunto que se forma entre Bahía Encerrada y la Bahía de Ushuaia. Como el barco está en esa transición, entiende que el saneamiento del sector no es sólo dejar de volcar cloacas sino mucho más que eso. En ese marco toma la decisión de intervenir, por una cuestión de recuperación ambiental integral”.

A ello se le suma que el barco posee un riesgo de colapso que es inminente, lo que según Worman “implicaría un grave daño para la navegación del sector, imaginemos las piezas del barco flotando sin control, y además toda la parte interna esta revestida de hidrocarburo”.

Teniendo como base este diagnóstico, la provincia decidió que el proyecto de puesta en valor “responda al consenso que se construyó entre distintas áreas gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil e incluso vecinos con un intenso compromiso en lo que podría llamarse los valores históricos culturales de la ciudad” afirma el funcionario.

A partir de allí se acuerda una intervención transitoria que es la construcción de un pedraplen, la reparación de la estructura, el reemplazo de las maderas y luego el retiro del pedraplen para que el barco quede con las cualidades pre existentes que tenía.

El presidente de la DPOSS agrega que dentro del proyecto se descartó cualquier otro tipo de acción sobre el barco que no respondiera a lo acordado en ese grupo, que era su puesta en valor. “Entre otras cosas se descartó la posibilidad de subir al barco o la puesta en marcha de un emprendimiento gastronómico que pudiera ser una confitería o una alternativa diferente”.

Worman afirma que el Saint Christopher “es parte del ADN de la ciudad de Ushuaia porque desde que se encalló, el barco vio crecer a la ciudad y es parte de la costa de Ushuaia. Lo que se respeta es una intervención acotada y transitoria que tenga que ver con reparar y fortalecer la estructura del barco para que pueda quedarse tal como estaba durante las próximas décadas, y al final -con el reemplazo de las maderas- que también tenga que ver con tratar de dejar el barco como cuando se encalló en 1954”.

Consultado respecto a si la embarcación ha provocado algún tipo de pasivo ambiental en esa zona, el presidente de la DPOSS relata que hace algunos años atrás la Prefectura informó al gobierno y al municipio sobre la presencia de manchas de hidrocarburo. En ese momento y bajo la gestión del ex intendente Jorge Garramuño, la Prefectura llevó adelante una intervención mediante un sistema de cordón que retuvo el hidrocarburo y con un sistema de bombeo se extrajo el combustible líquido que había dentro de la embarcación.

“Luego lo que se ha detectado es que hay una parte importante de hidrocarburo impregnado en la parte interna del barco y que tiene una consistencia gelatinosa negra que es fuel oil que tenían en su interior los tanques del barco y que dio como consecuencia la aparición de manchas de hidrocarburos. Actualmente no se han detectado presencia de hidrocarburos en el agua” afirma Worman. Sin embargo, agrega que hace dos años la Prefectura realizó una advertencia de riesgo inminente “ya que la parte trasera del barco presenta una apertura en la estructura de madera que es cada vez más importante y que con el paso del tiempo y con la tensión que genera el ambiente y las mareas se va profundizando. El barco se va abriendo progresivamente y si no se intervenía podría haber colapsado.”

Respecto a los trabajos que se están llevando adelante detalla que se está terminando todo el pedraplen que permite acceder y rodear la embarcación para que luego se pueda trabajar en toda su periferia.

“El barco en su parte delantera está en mejores condiciones que su parte trasera tanto en cubierta como en casco, así que el trabajo tiene cuatro etapas: la primera que está casi terminada que es el pedraplen de acceso, la segunda es el refuerzo de estructura y el descomprimirle peso y presión para liberar de la carga a la estructura interna; la tercera es fortalecer la columna interna del barco de estructura metálica y de madera; y por último el reemplazo de piezas para dejar el barco en las mejores condiciones donde esta última etapa implica un tipo de pintura apta para embarcaciones que están en la intemperie”.

ER: ¿Adónde irán las piezas que se retiren del barco?

GW: Del barco se piensa sacar lo menos posible y lo que se va a retirar responde básicamente a quitarle presión a la estructura. Lo que si se va a reemplazar es prácticamente toda la cubierta trasera, algunas piezas de madera de la cubierta que están desde la zona media hacia la zona delantera, y muy probablemente la mayoría de las piezas de madera que conforman el casco. En principio los elementos mecánicos probablemente vayan a alguno de los museos de la ciudad y las piezas de madera se va evaluar cuál es su destino. Obviamente no se va a tirar nada que se saque de este barco. Seguramente en los meses finales de este año acordemos con algún sector de la comunidad, que seguro sea con quienes fuimos trabajando, cuál va a ser el destino de estas piezas de madera que tienen una enorme carga histórica y simbólica para la ciudad de Ushuaia. Este barco creció junto con la ciudad y es un actor muy importante de la costa céntrica de Ushuaia.

Respecto a si la DPOSS tiene previsto concretar un proyecto con una finalidad similar a la recuperación del Saint Christopher como parte del patrimonio cultural de la ciudad, Worman expresó que “la DPOSS interviene con la puesta en valor de este barco como órgano de saneamiento. No tenemos previsto una acción similar a esta porque es una acción de saneamiento de gran impacto y no es común de hecho, nunca se tomó en la historia de Ushuaia una acción similar en las costas de la ciudad”.

“Para nosotros es una gran satisfacción, lo hemos hablado con la gobernadora Bertone sobre el enorme valor que tiene y sobre todo la gran connotación que genera para un sector de la sociedad. Sin dudas esta decisión está motivada por un grupo de personas de la ciudad de Ushuaia que han venido trabajando por la puesta en valor y hay que reconocer el trabajo de décadas de gente como Lito Fank, Enrique Chasco, Julio Lovece, Marcelo Lietti entre otros actores” finaliza.

Agostina Gorgio
Imagen de portada: Emanuel Langlais

También te puede interesar: Voces del Saint Christopher

Deja tu comentario