Ushuaia abraza miles de historias y muchas de las cuales seguramente varios de nosotros desconocemos.
En estos días cuando se dio a conocer el inicio de la obra que ayudará a recuperar la mítica embarcación “Saint Christopher”, aquella que se encuentra varada desde hace más de tres décadas en las Costas del Canal Beagle y que forma parte del paisaje urbano de nuestra ciudad; surgió el nombre de Enrique Chasco. Un hombre que afirma que echó raíces en Ushuaia mucho antes de haber nacido.
Fuimos a visitarlo al Almacén de Ramos Generales, lugar emblemático y que hoy está a su cargo. Allí nos dispusimos a conocerlo y a buscar su vínculo con el remolcador de origen americano.
Enrique nos cuenta la historia de sus abuelos paternos, una pareja de Bragado, provincia de Buenos Aires, que al cumplir sus 25 años de casados en el año 1930, decidieron navegar hacia el fin del mundo junto a su hija de 12 años arriba del buque Monte Cervantes.

Buque Monte Cervantes (del libro “Monte Cervantes. Carta y recuerdos del naufragio” de Adrián De Antueno.)
El barco que pasó por Puerto Madryn y luego por Punta Arenas, llegó el 21 de enero a Ushuaia. Tras permanecer unas 15 horas en la ciudad, inició su retorno al puerto de Buenos Aires el 22 de enero. Sin embargo al dirigirse hacia el Faro Les Éclaireurs chocó contra una roca, produciendo una abertura en su casco.

Buque Monte Cervantes. (Del libro “Monte Cervantes. Carta y recuerdo del naufragio” de Adrián De Antueno.)
Su capitán, Teodoro Dreyer, dio la orden de encallar la nave en el islote más próximo logrando mantener a flote el barco y evacuar a todos sus pasajeros y tripulantes. Luego de varias horas encallado, el barco se dio vuelta dejando a flote su casco invertido, maniobra que se cobró la vida del capitán.
Veinticuatro años más tarde, la empresa “Salvamar” se dispuso a reflotar el Monte Cervantes en un operativo que fracasó de manera rotunda. El mismo contó con la participación de cuatro remolcadores-tres aportados por la Armada- y el Saint Christopher que sufrió daños en su timón y en su planta propulsora. Fue entonces que el remolcador quedó varado en las costas del Canal.
Enrique relata que su abuelo era un comerciante importante de Bragado, y tenía un negocio muy grande donde vendía materiales de librería, objetos de bazar y hasta instrumentos de música. “Hace poco “Pibin” Ivandic vino acá y todo nervioso me mostró una carta que tenía en papel aéreo, como era antiguamente y una fotocopia. Y me dice que a las dos de la mañana había encontrado mirando documentación de Tata Fique que era su tía, una carta que decía “Casa Chasco”. Leí la carta y ahí descubro que debajo de “Casa Chasco” decía venta de pasajes. Es decir que mi abuelo además de vender todo lo que vendía, estaba dedicado al turismo, el sería representante de la empresa naviera en Bragado, porque había mucha gente del oeste de la provincia de Buenos Aires, de la línea 5. O sea que mi abuelo debe haber vendido varios de los pasajes a las personas que vinieron en el Monte Cervantes, porque había varias personas que eran de Bragado”.
Chasco trabajaba en comercio exterior cuando en el año 1981 lo mandaron a Ushuaia, “y vine a conocer esa ciudad que me tenía loco desde niño. Yo escuchaba los relatos de mi abuelo que era español y tenía un verbo hermoso. El empresario insistía en que viniera a conocer Ushuaia. Me tocó la suerte de venir en avión desde Río Gallegos hasta acá y me tocó un cielo limpio y pude ver el Estrecho de Magallanes que siempre lo veía en los libros así que fue muy emocionante. Cuando llegué… ver el Monte Olivia y el cinco hermanos me dejaron paralizado en la pista del avión” dice emocionado y como si estuviera parado allí mismo.

Saint Christopher dec 1980 – Museo del Fin del Mundo
En su estadía en la ciudad, investigó a qué podía dedicarse “y me di cuenta que todo circulaba en la importación o futura exportación de la industria que se radicase. Me di cuenta que lo único que podía hacer era lo que hacía porque no tenía competencia. Entonces volví a Buenos Aires y trate de convencer a mi esposa de volveros a vivir acá; me costó mucho pero bueno al final venia una semana, luego dos semanas, luego un mes y luego dije basta porque tampoco podía estar con mi hija. Así que llegamos acá por tierra el 31 marzo de 1982”.
“Me dediqué al comercio exterior, comencé con las fábricas y ahora hace 10 años me dedico al Almacén de Ramos Generales y a la estación de servicio del indio que son las dos cosas que tengo ahora” afirma.
Aquí aparece un nuevo recuerdo en su memoria. “Hay algo que omití decir que es que cuando vine en el año 81 a Ushuaia fui al Museo y entré al salón y vino un señor y me pregunta si era turista…y yo le conté que mis abuelos naufragaron en el Monte Cervantes y se fue. Al rato aparece de nuevo con un librito y me dice que busque a mi abuelo en la lista de los pasajeros que viajaban en el barco y los encontré. Una emoción terrible, era el director del museo Zanola. Siempre recuerdo ese momento”.

Saint Christopher dec 1980 – Museo del Fin del Mundo
“Acá en el almacén hay un libro de un colega mío que era despachante de aduana que se fue de Ushuaia en el año 80/81 y que me lo regaló un abogado de Ushuaia el Dr. Moreno. Lo curioso es que después de un tiempo lo abrí y lo leí y descubrí que estaba la parte del desguace del Monte Cervantes escrito. Así que descubrí que parte del barco se fue para el continente, entre esas partes los motores eléctricos. Uno de esos motores fue a parar a un pueblo de Santa Fe donde generaba energía, y cada vez que está el aniversario del pueblo lo ponen en marcha. Es un electro motor del Monte Cervantes, eso me lo contó el doctor Adrián De Antueno quien habla en uno de sus libros de eso” asegura.
Enrique dice que es por eso el Saint Christopher lo une a su abuelo “y por eso yo hace 30 años estaba luchando para que se rescate. Lamentablemente se perdió mucho tiempo, he hablado con todo el mundo. Hace 20 años hablé con el ingeniero Garramuño y conseguí a un señor de Buenos Aires Alejandro Ferreyra e hicieron un proyecto y fue iluminado, era una maravilla. Luego hubo mucho canibalismo, fueron robando y sacando lámparas y hoy quedó solo una”.
“Pero hoy estoy feliz después de tanta lucha, donde no solo yo sino tantos más que luchamos por un icono del paisaje urbanístico ushuaiense y donde la gobernación tuvo la fuerza y la decisión de ponerlo en valor junto con la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios (DPOSS), y el apoyo de la cámara de turismo y de ingeniería. Estoy re feliz de haber seguido batallando ese tema, estoy enorme de contento. Soy un poco egoísta porque pensar este tipo de obra me une a mis ancestros”.

Foto de Enrique Chasco, editada por Martín Negri y Gert Bij
“Mucha gente trabajó, la Cámara de Turismo, la Cámara Hotelera Gastronómica, los arquitectos, los ingenieros, mucha gente se movió con este tema, pero todos luchamos” destaca.
Enrique finaliza revelando que “me fascina verlo porque es como tener a mis abuelos presentes”.
Puesta en Valor del Saint Christopher
Hace una semana atrás el Gobierno provincial, a través de la Dirección Provincial de Obras y Servicios Sanitarios (DPOSS), comenzó los trabajos de lo que será la primera etapa de la obra. La misma corresponde a la construcción del pedraplén de protección y acceso a la embarcación.
La recuperación de la embarcación contempla primero tareas en la sección de popa, luego en el sector central y finalmente en la proa, donde el hormigonado de la parte inferior junto al lecho será una de las partes más importantes de los trabajos a realizar. Finalmente, se reparará el sector de cubierta que haya sido afectado por los trabajos y los que están en mal estado. Se hará lo propio con el revestimiento lateral exterior y se realizará el pintado del conjunto.
El reemplazo de las maderas será realizado con árbol de lenga.
Agostina Giorgio
Fuentes: Fundación Ushuaia XXI / Wikipedia / Gobierno de Tierra del Fuego
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