El pleito que abrió la etapa competitiva, siempre en el campo aficionado, duró menos de un minuto. A los diez segundos, un derechazo abierto que ejecutó Juan Pablo Castro (del Gimnasio de Boxeo Guantes del Fin del Mundo, de Ushuaia, en la categoría de hasta 60 kilos) llegó en pleno al rostro de Jorge Escobar, de la Escuela Municipal, dando con éste por tierra. Se levantó tras la cuenta de diez, pero sumamente bamboleante, ante un indeciso juez Lionel Knecht, que por poco no le dio el pase, ante el reclamo airado de que parara las acciones. Finalmente, el tercer hombre decretó el final, a los 55” del primer asalto (árbitro suspende combate, o el RSC por su sigla en inglés, traducido como referí suspende combate).

El segundo turno de la noche tampoco llegaría a completarse: por un lado, Tomás Oyarzo, de la EMB; en el rincón azul, el capitalino Jonatan Funes, encuadrados en los 81 kilos. El dueño de casa tomó las riendas de la situación, aportando sus envíos de derecha como mejor recurso ofensivo, ante un rival que no fue eficaz en la defensiva. Cuando promediaba la tercera y última vuelta, el pupilo de Omar Benítez desistió de seguir combatiendo, aduciendo un dolor en el hombro derecho. Una vez comprobada la situación por la médica de turno, se oficializó la victoria de Oyarzo, también por RSC. Funes fue trasladado al hospital, para ser tratado por su dislocación, y la velada recién continuó a la vuelta de la ambulancia al Centro Deportivo Municipal.

Más intensidad: En el primer combate que controló Luis Calisto, en la división de hasta 60 kilos, el dueño de casa Lautaro Gallardo y el ushuaiense Facundo Magallanes hicieron subir la temperatura del recinto, hasta que uno de ellos ganó antes del límite. Gallardo resultó muy superior en los dos primeros minutos, desbordando a su contrincante, y realizando un buen trabajo de cintura para esquivar los escasos ataques del visitante. Tras el descanso, cambió la historia, fue Magallanes quien se lo llevó por delante, y al local se le cayó el protector bucal, sucediéndose luego un incidente entre el árbitro y el técnico del Guantes del Fin del Mundo, que terminó con Benítez obligado a alejarse del rincón. A nuestro entender la supremacía del sur de la provincia se extendió hasta el tercer round, en cuyos segundos finales volvió a caerse el bucal del riograndense. Sabiendo -quizá- que podía estar en desventaja en las tarjetas, Gallardo se recompuso para la cuarta vuelta, tiró a su contrincante a los 15”, y lo volvió a dejar en el piso antes del minuto, decidiendo el juez el nocaut técnico, a los 55” (en un principio se mencionó que era RSC, haciéndose la conveniente rectificación posterior).

Para el final quedó el duelo entre Rodrigo Pereyra (EMB) y el santacruceño Jorge Omar Loi, de Pico Truncado, hasta 64 kilos. Aquel salió con mucha decisión, ante un rival de menor tamaño, que recién se recuperó parcialmente en el segundo asalto. Sin embargo, otra vez fue Pereyra quien tomó las riendas en el tercero, llevándolo contra el encordado que da a la calle Piedra Buena. Loi aprovechó para castigar a la zona alta, mientras que el de esta ciudad elegía la cabeza. Nuestra tarjeta indicaba un empate, con dos round para cada uno; el fallo de los jurados, por su parte, indicó una victoria de Pereyra, por unanimidad.

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