El 25 de abril de 1952 asumieron 23 diputadas y 6 senadoras. Por primera vez en nuestra historia la mujer podía elegir y ser elegida. Un hito en la lucha por la igualdad de derechos. “A quienes se interpelaba, a quienes se incorporaba a la vida política, son mujeres que nunca se habían sentido representadas”, asegura la historiadora Julia Rosemberg.
Amas de casa, maestras, enfermeras, empleadas de comercio. Mujeres. Veintinueve mujeres que el 25 de abril de 1952 juraron como diputadas y senadoras. Mujeres que por primera vez en la historia argentina habían sido electas para formar parte, en igualdad de condiciones que los varones, del Congreso de la Nación.
Las bancas que ocuparon no estaban vacías ni se hicieron solas. Fueron parte de la lucha que desde principios de siglo encarnaron mujeres y organizaciones sociales y políticas, pero que con la llegada del peronismo al poder adquirió una dimensión inédita, incluso épica.
Habían pasado casi cinco años de la sanción de la ley 13.010, que con el impulso de Eva Perón estableció la igualdad entre varones y mujeres tanto para elegir como para ser elegidos. El voto secreto y obligatorio instaurado en 1912 para todos los hombres mayores de 18 años, se universalizaba. También la representación política.
El acceso de las mujeres a la representación institucional se produjo en un contexto de ampliación de derechos. Así lo observa la historiadora Julia Rosemberg, quien consultada por Télam sostuvo que “Eva Perón, y el peronismo todo, tenían una fuerte convicción sobre la necesidad de equiparar derechos”.
“Hay una ampliación de derechos y una búsqueda de la igualdad no sólo respecto a las mujeres -señala Rosemberg- sino de todos los sectores sociales que hasta ese momento habían sido marginados de la política argentina”.
En las elecciones presidenciales y legislativas de 1951 un total de 133 mujeres resultaron electas en distintas instancias de representación. Se inauguraba una era que, con avances y reprocesos, promovía la igualdad de género y que se exitende hasta nuestros días.
Elegir y ser elegidas
“Los años 40 y 50, cuando Eva Perón impulsa el protagonismo político de las mujeres, es un período previo a la llamada Segunda Ola, anterior a la píldora anticonceptiva, a la minifalda, y donde el rol preponderante de la mujer es estar en el hogar, como madre y ama de casa. Es en ese contexo en que se da la fenomenal experiencia política del año 52”, relata la historiadora y autora de “Eva y las mujeres. Historia de una irreverencia” (2019).
El 11 de noviembre de 1951 Juan Domingo Perón es reelegido con más del 60% de los votos. Ese mismo día las mujeres votan y son elegidas por primera vez.
Es que hasta 1951 las mujeres argentinas solo habían votado en las elecciones provinciales de San Juan, celebradas en 1934, donde además se eligió a la primera legisladora provincial de América Latina: Emar Acosta. Este antecedente fundamental no alcanza para ocultar la resistencia a la participación política de las mujeres.
La propia Eva Perón se puso al frente de la pelea contra propios y extraños para vencer la segregación: “Debimos afrontar la calumnia, la injuria, la infamia. Nuestros eternos enemigos, los enemigos del pueblo y de sus reivindicaciones, pusieron en juego todos los resortes de la oligarquía para impedir el triunfo”.
“Desde un sector de la prensa al servicio de intereses antiargentinos, se ignoró a esta legión que me acompaña; desde un minúsculo sector del Parlamento, se intentó postergar la sansión de esta ley”, repasó el 23 de septiembre de 1947, durante un acto organizado en Plaza de Mayo para darle un marco popular a la promulgación de la ley.
“Lo de Eva Perón es una ruptura muy profunda respecto a lo que en la época se creía que debían ser las mujeres”, dice Julia Rosemberg.
Es que Eva Perón conocía la resistencia que la equiparación derechos generaba. La “ley Evita” había sido aprobada por el Senado el 21 de agosto de 1946, pero Diputados la convalidó recién el 9 de septiembre del año siguiente.
“El otro paso fundamental fue la creación, en 1949, del Partido Peronista Femenino”, asegura Rosemberg, quien participó junto a Isela Mo Amavet de “Parlamentarias. La voz de las primeras legisladoras en el Congreso de la Nación”, un estudio de la Biblioteca del Congreso que intenta recuperar la historia de las 29 pioneras y de su labor legislativa.
Nada nos es ajeno
El 11 de noviembre de 1951 Juan Domingo Perón es reelegido con más del 60% de los votos. Ese mismo día las mujeres votan y son elegidas por primera vez. Eva Perón, ya enferma, disfruta el triunfo por partida doble: todas las candidatas peronistas acceden a sus bancas. Sus lugares en las listas no eran testimoniales, algo que anticipaba su protagonismo.
“Las mujeres se sumaron a muchas comisiones, no sólo a aquellas de temas considerados ‘femeninos’; hubo mujeres discutiendo en igualdad de condiciones con los hombres cosas que hasta ese entonces se consideraba que no podían manejar. Esto habla de cómo fue su incorporación a la vida política”, destaca Rosemberg.
Las flamantes legisladoras se incorporaron a comisiones tan diversas como Presupuesto y Hacienda, Asuntos Exteriores y Culto o Industria y Comercio. Incluso presidieron algunas de ellas. La senadora Hilda Castañeira fue titular de la Comisión de Trabajo, Previsión Social y Peticiones.
A partir de 1953 la diputada Delia Parodi fue nombrada vicepresidenta primera de la Cámara de Diputados, convirtiéndose en una de las primeras mujeres del mundo en ocupar un cargo de ese rango. Al año siguiente, la senadora Ilda Leonor Pineda de Molins ocupó la vicepresidencia segunda de la misma Cámara.
Rosenberg advierte sin embargo que “se sabe poco del trabajo parlamentario en sí, pero lo que se puede observar a través de sus discursos, es que se incorporaron a la labor legislativa al mismo tiempo que debían convivir con la enfermedad y muerte de su conductora política, ya que Eva Perón fallecería el 26 de julio de 1952”.
Y agrega: “A partir de 1953 se observa una suerte de aprendizaje del trabajo parlamentario. Presentan ellas mismas proyectos de ley, discuten con otros diputados y senadores, etc. Se fueron soltando y aprendiendo con el correr de los años”.
Fuente: Agencia Télam