Una ballena Sei muere atrapada en la estructura de una jaula de salmonicultura, en la región de Aysén, Chile.

El lunes 4 mayo el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura de Chile (Sernapesca) recibió fotos que muestran una ballena Sei atrapada entre redes y cadenas pertenecientes a la estructura de una jaula utilizada para salmonicultura del centro de cultivo Matilde 3, de la empresa Australis Mar, en la región de Aysén.

En este momento se están llevando a cabo los peritajes por parte de la Fiscalía a cargo del caso para entender realmente cuáles fueron las causas que ocasionaron la muerte del animal, ya que no se descarta una posible participación humana también.

Las fotos muestran la evidencia de una de las tantas consecuencias que tiene la industria de la salmonicultura para el ambiente. El hacinamiento de salmónidos en las jaulas, la contaminación del lecho marino y de los ecosistemas a donde se instalan, los desechos de estructuras, los escapes masivos y la muerte de animales como aves y lobos marinos que quieren alimentarse de los peces son los efectos siempre presentes en esta industria nociva.

Debido al trabajo que se lleva a cabo en conjunto por las comunidades a ambos lados del Canal Beagle para evitar que se instalen las salmoneras, Estefanía González, Coordinadora Océanos Greenpeace Andino, describió a Sin Azul No Hay Verde lo crítica que es la situación en la región de Aysén, donde hay más de 700 proyectos aprobados para desarrollar la salmonicultura a pesar del pedido de la gente para que no continúe la expansión de la actividad.

“La industria ha devastado de manera completa los ecosistemas de la región de Aysén y toda la Patagonia chilena. Entonces a nosotros no nos impresiona lo ocurrido con esta ballena, porque esto es parte de los impactos que tiene la industria de la salmonicultura.”

“Lo estándares con los cuales trabajan, no solamente Australis Mar, sino que las empresas en general, son estandartes realmente incompatibles con la salud del océano, con el turismo y con las actividades de pesca artesanal. Hoy en día no es posible desarrollar salmonicultura industrial como la que hay en Chile, y como la que se quiere poner en Argentina, sin que los impactos no sean la muerte de ballenas, la muerte de otras especies, la muerte de los propios salmones, el alto uso de antibióticos y pesticidas, y finalmente, el daño y la destrucción de todo el ecosistema marino.”

La experiencia en Chile ejemplifica lo que podría suceder en el Canal Beagle, lugar a donde en el 2018 se proyectó el desarrollo de la salmonicultura por acuerdo entre el Gobierno Nacional, el Gobierno Provincial y Noruega.

Afortunadamente, el Concejo Deliberante de Ushuaia aprobó una ordenanza municipal prohibiendo la instalación de cualquier infraestructura para desarrollar la actividad en el ejido urbano del municipio.

Sin embargo, para prohibirla de manera definitiva se presentó un proyecto de ley en el 2019, que aún no fue aprobado. Por eso, frente a la situación económica en gran medida detenida, la pregunta radica en cómo se van a aprovechar de la mejor manera posible los valores naturales de Tierra del Fuego. Siendo que el Canal Beagle sostiene, no sólo una innumerable cantidad de vida marina, sino además el desarrollo de producción local, gastronomía y turismo anclado en la necesidad de un Canal sano y prístino.

Foto: Joel Reyero

Es en ese sentido que González reflexiona, “la posibilidad que la salmoneras lleguen al Beagle sería devastador para todas las actividades locales. Como lo ha sido en Chile donde este tipo de noticia ocurren todos los meses, todos los meses tenemos un nuevo desastre ecológico a causa de la salmonicultura y es por eso que es tan importante que Tierra del Fuego en Argentina no comenta los mismos errores que se han cometido en Chile que, aún permite que hoy día se estén muriendo no sólo ballenas sino inclusive trabajadores y que se esté contaminando los ecosistemas marinos de esta forma”.

Fuente: Sin Azul No Hay Verde

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