Nicolás Camargo Lescano para Agencia CTyS-UNLaM – El panorama en relación al agua es cada vez más crítico. Según cifras de las Naciones Unidas, más de dos millones de personas viven sin agua potable en sus hogares, mientras 700 millones podrían verse forzadas a desplazarse debido a la escasez del agua, de acá al 2030.
Si bien la ONU, en 2010, declaró a este elemento vital como un Derecho Humano – tratado al que Argentina adhirió-, una de las mayores problemáticas radica en el proceso de mercantilización del agua, que, muchas veces, impide el acceso al agua libre, gratuita. Y es, en este escenario, donde aparecen estrategias desde la sociología como el ambientalismo inclusivo y la eco-urbanidad.
“Generalmente, el derecho humano al agua se lo vio como una necesidad puertas adentro de los hogares- explica Aníbal Faccendini, magíster en Ambiente y Desarrollo Sustentable y cofundador de la Cátedra Libre del Agua, de la Universidad Nacional de Rosario- Pero el agua no es solamente una cuestión vivencial en situación del hogar, sino también en espacios urbanos”.
Así, Faccendini y su grupo trabajan desde hace algún tiempo en la instauración del Derecho de Jarras de Agua que, como explica su creador, involucra varios aspectos. “Implica la posibilidad de acceder al agua potable, libre y gratuita, tanto en bares y restaurantes como en plazas y parques, para que cualquier ciudadano tenga acceso al agua sin necesidad de pagar”, detalla Faccendini.
La propuesta incluye que se sirvan gratuitamente jarras de agua en locales de comida, que se instalen bebederos en espacios públicos abiertos y que se brinde agua en entidades públicas y privadas que tengan atención al público. Integra, además, la utilización libre de sanitarios en comercios, sin necesidad de tener que consumir para utilizarlos. “Implica un intento de desmercantilizar un elemento que es un derecho humano y, por lo tanto, no puede comprarse ni venderse, sino ejercerse”, resalta el académico.
Para Faccendini, iniciativas de este estilo –que ya se están implementando en Rosario y que generaron debates en otros puntos del país- “permiten repensar la idea de una ciudad ‘amable’ con sus ciudadanos”.
“Sabemos que el mercado vino para instalarse y que va a seguir existiendo- admite el especialista-, pero debemos decidir si queremos una sociedad con mercados o una sociedad de mercados. Y lograr transformaciones eco-culturales cuesta, pero se lograron importantes avances”.
Más allá de esta propuesta, que surge de un espacio académico-social, Faccendini considera esencial el rol que juegue el Estado en el país, donde, según denuncia, “alrededor de 10 millones de personas no acceden al agua potable y cerca de 18 millones de usuarios no tienen acceso a sistemas de cloacas. El agua, en todos sus usos, es un derecho humano que se concretiza con justicia social y ambiental, pero para que se cumpla es necesario que el Estado se haga responsable y diseñe políticas públicas que fortalezcan los derechos de todos”, concluye.
Fuente: Agencia CTyS-UNLaM
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