EL ROMPEHIELOS conversó con Federico Marcel, representante de la Editora Cultural, dependiente de la Secretaría de Cultura de Tierra del Fuego, y nos contó cuál es la función de este organismo provincial.

La Editora Cultural Tierra del Fuego nació en el 2008 y edita libros desde el 2010. Pertenece a la gestión anterior, la de Fabiana Ríos. La actual, la de Rosana Bertone, amplió el presupuesto y la puso en un lugar más central. Vieron la potencialidad de lo que teníamos. La gestión anterior publicó un montón de libros durante mucho tiempo y nosotros estamos continuando ese trabajo. Apostamos también a producir obras de calidad y, en la medida que tengamos más presupuesto, de mayor faz gráfica. Llevamos publicados hasta la fecha más de 80 libros.

El catálogo es muy variado: hay poesía, narrativa, cuentos, historia, teatro, fotografía, también hay algo de música (la ley permite la edición de CD´s). En las convocatorias vamos viendo qué es lo que se necesita, qué es lo que falta, qué es lo que nos gustaría tener en la Editora. En el 2017 notamos que no había nada de infantiles. Salimos a pedir infantiles en la convocatoria y nos presentaron trabajos hermosos. En la última convocatoria solicitamos que presenten algo de comics, porque es un género que está muy en boga y sabemos que en la isla hay artistas gráficos muy capaces que trabajan este formato. Y nos presentaron trabajos muy lindos que esperamos poder editar este año.

En la Editora somos un equipo pequeño que trabaja mucho y a mucho pulmón. Trabajamos con un comité ejecutivo. Ni yo como director ni Gonzalo Zamora como Secretario de Cultura tenemos la potestad de elegir qué libros se editan o no se editan. Eso se hace con un comité que trabaja ad honorem, compuesto por representante de cada una de las áreas artísticas de la provincia: alguien por escritores, alguien por fotografía, alguien por pintura, alguien por música y alguien por artesanías. Ellos toman las decisiones ejecutivas juntos con nosotros. Yo soy representante de la Editora y el Presidente es el Secretario de Cultura. En un trabajo en conjunto con este comité establecemos, según el presupuesto que tenemos y las obras que los jurados devuelven y recomiendan publicar, el orden de publicación a lo largo del año.

La Editora funciona por lo general con un financiamientos del 70% de la obra, y el artista pone el 30% restante. Las tiradas son de mil ejemplares y esos porcentajes se invierten: para los artistas quedan 700 libros y a la Editora le quedan 300. De esos 300 se reparten de manera gratuita en todos los establecimientos educativos de la provincia y todas las bibliotecas populares, con lo cual nos queda un remanente pequeño de libros. Ahora, después de una modificación y una petición de la Gobernadora, porque la Editora estaba configurada para que no pudiera vender el material, hicimos una modificación de la ley y ahora podemos vender. A veces se acercaba algún turista buscando algún libro agotado y nosotros lo teníamos pero no podíamos comercializarlo. También pasaba en las ferias. Ya tenemos habilitación, punto de venta y estamos avanzando en acuerdos comerciales con diferentes actores privados de la ciudad (gift-shop, librerías y demás) para que tengan a la venta nuestro catálogo.

No son muchas las provincias que tienen editoras, hay cuatro o cinco en el país, nada más, y tenemos una red donde nos mandamos material de manera protocolar. Otras tiene leyes de fomento pero funcionan de distinta manera, no con el trabajo que estamos haciendo nosotros, que es un trabajo de edición concreto, sino que ellos tercerizan todo el trabajo: concursan editoriales y financian el total de la obra. Nosotros funcionamos de otra manera, somos los editores. Contratamos el servicio de diagramación e impresión, y trabajamos junto con los autores en darle forma física al libro que ellos quieren ver.

Pese a ser una población pequeña, no quiero dejar de mencionar la enorme calidad de nuestros escritores, artistas, fotógrafos, músicos; gente que trabaja mucho generando obras de altísima calidad literaria. Hoy al circuito editorial es prácticamente imposible acceder para un particular porque es increíblemente caro. El Estado tiene las herramientas, y es una política de Estado, una política cultural interesante y necesaria que estamos llevando a cabo y la hacemos con muchísima pasión, muchísima responsabilidad y gustosos de poder brindar este servicio para ayudar a los artistas a que vean sus obras en físico.

Nosotros cumplimos un rol, que no queremos perder como área, que es el rol pedagógico. Vos participás con nosotros, tu obra no queda seleccionada y nosotros te contamos por qué, sin hacer una devolución que te mate, sino mostrando dónde están las fortalezas y las debilidades del texto para que el autor tenga la posibilidad de seguir trabajándolo y lo puedo volver a presentar en otra convocatoria. Eso tiene que estar, sino trabajaríamos como un privado donde tu obra es aceptada o rechazada y no pasa nada. Nosotros tenemos que cumplir otro rol, un rol de acompañamiento, sobre todo con los escritores nóveles, aquellos que recién arrancan y no tienen demasiadas certezas a la hora de construir su cuerpo de relatos. Con este fin tenemos planeado traer este año capacitadores y volver con las charlas debate.

La figura del editor se centra en ver la potencialidad del libro. No tanto lo que el libro es sino lo que el libro promete ser. Con compromiso, con ayuda, con propuestas, con brindarles a los autores las herramientas necesarias para poder exprimir todo lo que el libro tiene para ofrecer. Que no quede solamente en la idea que tiene el autor sino que haya una contrapropuesta por parte de la Editora para mejorar ese producto. Que se estatal no quiere decir que tenga menor valor ni menor calidad; queremos productos que puedan competir en el mercado. No tenemos ningún motivo para no tener calidad en los libros: tenemos los escritores, los artistas y las herramientas para hacerlo.

Siempre es una cuestión el presupuesto, siempre es una cuestión la inmediatez de la gestión, somos pocos en el área, son muchas las obras y siempre estamos corriendo atrás del próximo libro para editar.

 

 

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