Este jueves se desarrolló el acto en conmemoración de los dos años de la desaparición, seguida de muerte, del activista Santiago Maldonado.
En Ushuaia diversas agrupaciones políticas, gremiales y sociales se reunieron en Fadul y San Martín desde las 17 horas para unirse al reclamo nacional y pedir que la causa no se cierre sin encontrar culpables.

El encuentro se amenizó con una merienda de mate cocido y torta fritas, mientras sonaban las canciones interpretadas por el grupo WuenaVida, entre otros.
Mas tarde se hizo lectura del documento provincial realizado en conjunto con la Multisectorial de Derechos Humanos de Ushuaia y Río Grande en el que se recalcó que la “muerte de Santiago Maldonado sucedió en el medio de un operativo represivo ilegal orquestado por el Estado”.
Los integrantes hicieron mención que para ocultar el hecho de la desaparición de Maldonado “el gobierno junto a sus cómplices mediáticos montaron una operación difundiendo distintas versiones, catarata de mentiras y teorías descabelladas” que se diluyeron cuando el cuerpo fue encontrado en cercanías del lugar donde se llevó a cabo la represión a los mapuches del Pu Lof de Cushmen quienes reclaman la ocupación ilegal de sus tierras.
Por lo tanto, se reclamó para que se siga investigando teniendo en cuenta: “luego de que en noviembre del año pasado el juez federal de Rawson, Gustavo Lleral, cerrara la causa absolviendo al principal sospechoso, la familia se presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Allí presentaron las pruebas que tiñen de irregularidades y sospechas a los gendarmes y a la justicia amiga de Patricia Bullrich, Benetton y Cía”.
Ademas se sentenció que la investigación fue pasando de irregularidades a irregularidades, como “el informe de la autopsia que no deja dudas de que se trato de una muerte violenta” ya que no fue un accidente o algo espontáneo.
Repudio al Servicio Cívico
En el documento, la Multisectorial de DDHH no pasó por alto “el cinismo y la falta de empatía” de la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich con el anuncio de la vuelta del Servicio Cívico Voluntario para aquellos que no pueden estudiar o trabajar a cargo de Gendarmería porque, según palabras de la propia funcionaria: “es la institución más valorada en nuestro país, la número uno. Mucho más valorada que cualquier otra, que la educación pública, que la Universidad. Maás que la Iglesia y ni que hablar de la política”.
Quién era Santiago Maldonado
Maldonado era un artesano de 28 años oriundo de la provincia de Buenos Aires, que se mudó a la patagónica ciudad de El Bolsón, cerca de Bariloche, en la provincia de Río Negro. Apoyó el reclamo de los pueblos originarios por sus tierras ancestrales.
Por ello había viajado hasta la cercana localidad de Cushamen, en la vecina provincia de Chubut, donde desde 2015 la comunidad mapuche ocupa terrenos comprados por el empresario italiano Luciano Benetton pero que ellos reclaman como propios.
La acción se realizaba para exigir la liberación del líder de la agrupación, Facundo Jones Huala, quien fue detenido y cuya extradición es reclamada por la justicia chilena.
Pero el 1 de agosto del 2017, un día después de la llegada de Santiago, la Gendarmería Nacional desalojó la protesta por orden del juez federal Guido Otranto.
Los testigos del desalojo aseguran que los efectivos de Gendarmería actuaron con violencia. Por lo cual, cuando comenzaron las balas muchos de los manifestantes debieron cruzar a nado el río Chubut. La última vez que se lo vio a Santiago fue aferrado a un árbol mientras un oficial intentaba detenerlo.
Tras meses de búsquedas, las autoridades encontraron un cuerpo en la provincia de Chubut, en el sur del país, lugar donde el artesano y activista fue visto por última vez.
El cuerpo estaba entre las ramas de un meandro del río, en medio de las extensas tierras de la patagonia argentina. Estaba flotando y a 300 metros río a arriba de donde vieron a Maldonado por última vez.
Tras conocerse los informes y pericias, la familia se mostró confundida, consternada y consideró que el cuerpo había sido plantado. Desde hace dos años piden justicia por Santiago.
Silvana Minué