Los últimos cinco años han sido los más calurosos registrados desde finales del siglo XIX y las temperaturas globales del 2018 las cuartas más elevadas de la historia, según un informe de la NASA y la Oficina Nacional de Océanos y Atmósfera.
El mundo se está calentando. El cambio climático es una realidad que se puede evidenciar con solo mirar el termómetro. Las temperaturas globales están aumentando y cada año que pasa se registran nuevos récords de calor en diferentes sitios del mundo. Y los pronósticos no hacen más que ratificar esta tendencia. Según un estudio publicado el año pasado en la revista Nature, la temperatura global del periodo 2018-2022 será más elevada de lo habitual, con una mayor probabilidad de alcanzar niveles extremos. Y el pronóstico se está cumpliendo.
Los datos son alarmantes. Según un informe de la NASA y el NOAA (Oficina Nacional de Océanos y Atmósfera) el último lustro ha sido el más caluroso de la historia moderna desde el año 1880. Asimismo, la temperatura mundial en 2018 fue la cuarta más caliente jamás registrada, colocándose solo por detrás de los años 2016 (el más cálido), 2015 y 2017 y fue la segunda más calidad de la historia en el Ártico. Por su parte, la Organización Mundial de Meteorología (organismo de la ONU) anunció que la temperatura media global de la superficie de la Tierra en 2018 superó en alrededor de 1,0°C los niveles de la época preindustrial (1850-1900).
Las emisiones de gases de efecto invernadero no hacen más que acentuar y acelerar estos cambios. A solo dos meses de haber iniciado el 2019, las señales no son alentadoras. En lo que va del año se han registrado temperaturas extremas en distintos lugares del mundo, con olas de calor intenso en sitios como Australia o la Patagonia argentina. Las consecuencias del aumento de las temperaturas se ven reflejadas en un desequilibrio brutal en el clima, provocando tormentas intensas, sequías, inundaciones, proliferación de plagas, etc. Al mismo tiempo se ven afectados los humedales, glaciares y suelos, con una repercusión directa en los ecosistemas que pone en peligro la biodiversidad y la producción de alimentos.
La Antártida y el Ártico, debido a sus características únicas, son las regiones de nuestro planeta donde más se evidencia el calentamiento global y la perdida de hielo en los polos se acentúa cada año. En 2018 la capa de hielo en el Ártico y la Antártida estuvieron en el segundo nivel más bajo jamás observado.
Los pronósticos no son alentadores. Según la Oficina Meteorológica Británica, la temperatura global del planeta puede superar por primera vez los 1,5 grados con respecto a los niveles preindustriales en los próximos cinco años, por una combinación del aumento de las emisiones de gases de invernadero y el fenómeno climatológico de calentamiento del Pacífico conocido como El Niño.
El último informe del Panel de Cambio Climático de la ONU advierte que para mantenerse bajo el límite seguro de 1,5 grados habría que reducir un 45 % las emisiones de gases invernadero en la próxima década. ¿Estaremos en camino de lograr esa meta?
Abel Sberna