“Bitácora de Viaje” es una serie de artículos que cuentan en primera persona las crónicas de navegación del proyecto CAOBA – RUMBO SUR que une Buenos Aires y Ushuaia. Se trata de un proyecto que articula navegación, ecología, socialización y educación, en una experiencia integral a vela.

Sigfrido Nielsen @caobarumbosur @sigfridonielsen

17 al 20/12/2020

Partimos de Puerto Deseado el 17 de diciembre apoyados con el motor auxiliar y con vientos leves del Este. Dejamos la punta Azopardo y la Isla Pingüino a nuestro estribor a las 7 de la tarde y nuevamente los delfines overos se hacen presentes para alegrarnos la tarde. El mar de fondo del sur dificulta nuestro avance, que se produce mayormente gracias a la corriente. En el litoral patagónico la marea de bajante implica corrientes hacia el Sur, mientras que la marea creciente genera corrientes hacia el Norte, usualmente paralelas a la costa.

Llegamos al puerto San Julián el viernes 18 a las 11 de la mañana en la estoa de la pleamar. De ese modo nos aseguramos buenas profundidades para pasar los bancos de la entrada de la ría y no tener corrientes fuertes. La gran amplitud de marea (9 metros) genera fuertes corrientes en ambos sentidos a lo largo de la misma.

Llegando al puerto escuchamos por la radio modular un pesquero que nos ofrece lugar en el muelle. Al pesquero “Cristo Redentor” lo habíamos escuchado un rato antes modular por radio informando a la Prefectura el arribo al puerto con 2250 kg de centolla en sus bodegas, lo cual había despertado inmediatamente nuestro interés. Viendo su amabilidad, le preguntamos si no tenía algunas centollas para nosotros, a lo cual inmediatamente respondió que había una caja esperándonos. Nos la entregaron ni bien atracamos en el muelle y retribuimos con un excelente vino de nuestra bodega: ¡¡¡La cantidad de centolla es tan grande que alcanza para 3 ó 4 comidas de 7 personas!!!

Cuando el pesquero parte nuevamente de pesca unas horas después, muy agradecido, lo despido con repetidos toques de la potente bocina del Caoba, mientras la tripulación seguía dando cuenta en la dinette de un abundantísimo almuerzo solo con centolla… y rompiendo la queratina con cualquier herramienta a mano… pinzas, destornilladores, limas, tenazas y manos. Después de eso, solo restaba una siesta reparadora para terminar el día de la mejor manera.

El puerto, pesquero, se muestra poco amigable para nosotros con una embarcación de recreo, defensas inexistentes… sólo caños de acero de gran diámetro para apoyar el barco y rogar que nuestras defensas realicen su trabajo y protejan las bandas.

Las disposiciones locales no nos permiten desembarcar, pero la disposición de la Prefectura para ayudar no se hace esperar y nos pone en contacto con el “Pata” Cendron, quien nos consigue el combustible y víveres que estábamos necesitando.

Fondeamos aguas arriba en la ría y nos dedicamos a las reparaciones de la bomba de agua, gomón, tambuchos, etc. que nos llevan todo el día sábado 19. Se nos acerca un gomón a preguntar si precisábamos ayuda y termina acercándonos un retén de repuesto que estábamos necesitando urgentemente para reparar la bomba de agua con lo cual Bernardo y Virginia exitosamente la reparan.

Cuando la Prefectura nos acerca los papeles del despacho, también nos hace la gauchada y nos trae las últimas provisiones… La hospitalidad en los puertos del sur es increíble….

Estando listos para partir decidimos hacerlo el día 20 a las 4 AM aprovechando la pleamar. Nuestro próximo destino, la ciudad de Ushuaia, nos espera. Estamos ansiosos por llegar.

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