Sucedió en las últimas semanas de octubre y el número en lo que va del año es alarmante: ya son 71 los cetáceos que aparecieron sin vida en las costas de la Provincia. Especialistas manejan la hipótesis de la proliferación de algas tóxicas producto, entre otras cosas, del cambio en la temperatura del mar.

Entre el 19 y 29 de octubre, veintiún ballenas aparecieron muertas en las costas de la Península Valdés, una zona caracterizada por la presencia de uno de los cetáceos más grandes del mundo: la ballena franca austral. Estos registros se suman a los 50 ejemplares encontrados muertos entre junio y septiembre. Según las indicaciones oficiales, esta muerte masiva podría tratarse de una intoxicación producto de una microalga, como sucedió en otros años. 

Ballena franca austral se acerca a embarcación en Chubut

Ballena franca austral – foto de El Rompehielos

En un comunicado del día de ayer, el Gobierno de Chubut trató de llevar calma a la comunidad destacando que “lo ocurrido obedece a un fenómeno natural que se da en todos los mares del mundo”. Sin embargo, la magnitud de “lo ocurrido” no pasó desapercibido por los chubutenses. La hipótesis principal, según el informe elaborado por el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, es que las muertes de las ballenas se hayan debido al consumo de algas tóxicas durante una floración algal nociva en el Golfo Nuevo. 

La gran preocupación de localidades como Puerto Pirámides radica en si el agua que llega a todos los hogares está contaminada o no. Con respecto a esto, el intendente Jorge Perversi declaró: “no hay riesgo, por el tratamiento que se hace en el agua, de que se genere algún tipo de intoxicación en la población”. Por otro lado, la presidenta del Concejo Deliberante de Puerto Pirámides, Gabriela Bellazzi declaró en una entrevista radial que “si bien todavía no están los resultados de los análisis, se estuvieron tomando muestras de agua de mar y encontraron una gran presencia de toxina paralizante por lo que se estima que las ballenas comieron zooplancton contaminado con esta toxina y eso les produjo la muerte”. Al mismo tiempo, Belazzi advirtió que “no hay que acercarse y alejar a las mascotas porque las mascotas se revuelcan, lamen y hubo casos de perros que murieron de pancreatitis”.

La ballena Franca Austral puede alcanzar 17 metros de longitud y pesar unas 40 toneladas, por lo que también es una complicación trasladar los mamíferos varados. El Gobierno de Chubut, a través del Ministerio de Turismo y Áreas Protegidas, lleva adelante trabajos junto a otros organismos para la reubicación de los cetáceos.

Marea roja

La presencia de toxinas en el agua responde a un fenómeno conocido como “marea roja” que es una masiva proliferación de algunas especies de algas microscópicas. Según un estudio del Instituto de Conservación de Ballenas, se trata de “un fenómeno natural potenciado por actividades humanas”. Con respecto a esto, el Director Científico del Instituto de Conservación de Ballenas, Mariano Sironi explicó en un informe sobre la Marea Roja: “Las actividades humanas tienen un efecto directo en la ocurrencia de las floraciones algales nocivas costeras. Las algas se ven favorecidas por el aumento de la temperatura del mar por el calentamiento global, sumado al exceso de nutrientes por el vertido de efluentes cloacales e industriales mal tratados, y por los fertilizantes que filtran desde los campos hacia los ríos y el mar, aportando nitrógeno, fósforo y otros elementos que las algas utilizan. Es un fenómeno que se está acentuando a nivel mundial.”

Preocupa la cantidad de ballenas muertas durante esta temporada en Península Valdés


Esta alarmante situación que está viviendo Chubut tuvo un antecedente en 2022, cuando en un margen de días similar aparecieron alrededor de 30 ballenas franca austral muertas. Para aquel entonces, el estudio realizado por el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, el INIDEP y otras instituciones concluyeron que se “sostiene la hipótesis según la cual las ballenas murieron durante una floración algal nociva en el Golfo Nuevo”. 

Por tener características similares a las sucedidas hace algunas semanas, la hipótesis más fuerte de la investigación en curso es, justamente, una intoxicación similar. En el estudio de 2022 se hace fuerte un análisis a la que concluyeron los Dres. Marcela Uhart y Mariano Sironi: “Las ballenas y otras especies se han convertido en centinelas de la salud del mar, ya que pueden dar señales de alerta temprana de cambios en el ecosistema oceánico.

Andrés Cottini

Foto de portada del Instituto de Conservación de Ballenas

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