Se trata del Doctor Lucas Garibaldi quien desarrolla estrategias para producir alimentos con menos impacto ambiental. Sus investigaciones en agroecológica le valieron el Premio Estímulo de la fundación Bunge y Born.

Lucas Garibaldi es Doctor en Ciencias Agropecuarias por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es el Director de la Sede Andina del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural, de la Universidad Nacional de Río Negro. El pasado 28 de agosto fue galardonado con el Premio Estímulo de la Fundación Bunge y Born. Se trata de uno de los reconocimientos más importantes a la actividad científica argentina. Las investigaciones de Garibaldi giran en torno a la agroecología, un modelo de producción de alimentos que se presenta como alternativa a la agricultura tradicional. Se basa en la aplicación de los conceptos y principios de la ecología al diseño, desarrollo y gestión de sistemas agrícolas sostenibles.
En una entrevista publicada en el sitio web de CONICET Garibaldi explica desde sus comienzos como investigador su interés “se concentró en uno de los principales problemas del mundo que está afectando la calidad de vida de las personas: cómo producir sin destruir el medioambiente”. Y de eso se trata la agroecología. El trabajo que lleva adelante Garibaldi en el Institutito de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (INRAD) consiste en la aplicación de conceptos de ecología a la agronomía. “Cuando uno piensa en tecnologías y cosas nuevas no es solo aparatos caros y cosas de laboratorio: dentro de la ecología también hay mucha tecnología, que se llama tecnología de procesos y se aplica para aumentar la productividad y promover un cambio en la manera en la que se produce para mejor”, explica. Su trabajo consiste en desarrollar métodos para producir alimentos minimizando el impacto ambiental y fomentando la biodiversidad.
“Hoy, más producción implica más destrucción de la diversidad biológica, pero nosotros encontramos que contrario a lo que se piensa, promoviendo ambientes más saludables se puede producir más al mismo tiempo”, asegura.

En relación al modelo predominante de producción de alimentos, Garibaldi sostiene que estamos frente a un grave problema, el cual consiste en la forma en que se están utilizando los recursos del planeta. “Se producen cereales con siembra directa y agrotóxicos, lo que da una ganancia inmediata, pero se contamina el agua, el suelo lo sufre y la gente pierde los empleos rurales de trabajo intensivo. Luego, la sociedad toda tiene que pagar esos costos sociales, limpiar el agua y el suelo, y atender a las personas que desde el campo pasan a ocupar los cordones urbanos; es decir, todos estamos subsidiando a esos productores que tienen una ganancia inmediata”, asegura.
“Por eso, la solución al problema es la intensificación ecológica, que implica alta productividad y está asociado a más vida, a la diversidad”, enfatiza. “La intensificación ecológica consiste en dejar actuar a los pesticidas silvestres como los insectos, las aves que depredan pestes, los polinizadores naturales como las abejas, mariposas y escarabajos, y promover la fertilidad del suelo”, concluye.
Según Garibaldi aplicar estas tecnologías, que disminuyen considerablemente el impacto en el ambiente, resulta urgente. “Ya no podemos esperar: la tasa de destrucción del medio ambiente y la pérdida de calidad de vida asociada está siendo muy rápida y fuerte” sentencia el investigador.
Al seleccionar a Garibaldi como ganador, el jurado de la fundación Bunge y Born destacó como notable su “interés por difundir y hacer llegar las implicaciones de sus hallazgos científicos a la sociedad”.
Abel Sberna
Fuentes: conicet.gov.ar – fundacionbyb.org
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