En nuestro país, donde la actividad agrícola tiene una gran relevancia, el uso de agroquímicos es intenso y muchos de los productos utilizados son altamente peligrosos. Algunos de los plaguicidas utilizados en Argentina se encuentran prohibidos en otros lugares del mundo debido a su gran peligrosidad para la salud humana.

“En la Argentina la mayoría de los plaguicidas altamente peligrosos se aplican en actividades como la fruticultura y horticultura. Esto implica una gran exposición no solo de los productores y trabajadores sino también de los consumidores”, señala el ingeniero agrónomo Javier Souza Casadinho, autor del Informe sobre los Plaguicidas Altamente Peligrosos en la Argentina. De los 443 ingredientes activos de plaguicidas registrados en Argentina, el 29 por ciento se encuentra dentro del listado de plaguicidas altamente peligrosos confeccionado por la Red Internacional de Acción en Plaguicidas, conformada por más de 600 ONGs de 90 países.

La alta actividad agrícola de nuestro país hace que esta realidad sea mucho más alarmante, ya que existen regiones de Argentina donde las poblaciones interactuar directamente con las zonas productivas, dejando expuesta a la población a los efectos nocivos de estos químicos. Según el informe de la red, de los productos utilizados en Argentina, 126 contienen estos ingredientes peligrosos con elevados niveles de toxicidad para la salud o el ambiente, según los sistemas de clasificación internacionalmente aceptados. La expansión de la frontera agropecuaria, el incremento de la actividad y la predominancia de los monocultivos ha significado un aumento en el uso de los agroquímicos. “Se ha llegado al extremo de realizarse más de 24 aplicaciones de diferentes tipos de plaguicidas en el tomate bajo invernáculo en el área hortícola de Buenos Aires”,  explica Souza Casadinho.

La disminución en el uso de los agroquímicos y la erradicación de los productos más peligrosos presenta una fuerte resistencia desde el sector productivo argentino, y esto se debe a que los modelos actuales de producción dependen prioritariamente del uso de plaguicidas y herbicidas para sostener los rendimientos. En términos de producción, los monocultivos transgénicos y las aplicaciones de químicos de alto impacto significan una gran ventaja que representa para los productores una reducción de mano de obra, un rinde superior por sobre otros métodos productivos, reducción de costos e incremento de las ganancias. Sin embargo el costo ambiental y en materia de salud es altísimo. Numerosos estudios han demostrado la incidencia de los agroquímicos sobre la proliferación de enfermedades mortales, malformaciones y otro tipo de afecciones en poblaciones cercanas a zonas productivas.

La investigación de la Red Internacional de Acción en Plaguicidas analizó también experiencias de diferentes regiones del país centradas en un modo de producción sustentable, con prácticas agroecológicas que toman en consideración la nutrición integral de los suelos y la recreación de la biodiversidad. Contrario a los argumentos de quienes defienden el modelo actual productivo aplicado en nuestro país, el estudio sostiene que mediante estos otros métodos es posible producir alimentos minimizando la aplicación de insumos, con adecuados rendimientos productivos y económicos. Romina Pessagno, docente de Química Orgánica de Biomoléculas en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, sostiene que “si bien la agroecología demuestra ser sustentable, hasta que se haga extensivo su uso, ciertos sectores seguirán empleando plaguicidas para abastecer a la población mundial. Para mitigar dicho impacto, nuestro grupo de trabajo desarrolla formulaciones con tensioactivos de origen natural u obtenidos a partir de estos recursos, con el doble propósito de bajar la toxicidad de las formulaciones y hacerlas más eficientes para lograr menores dosis de aplicación en campo”.

En un país en el cual la agricultura es una de las actividades más importantes la preocupación por los métodos utilizados y su impacto en la salud debe ser un tema prioritario. Resulta indispensable avanzar en investigaciones que permitan hacer evidente los riesgos que implica el modelo actual y que posibiliten el desarrollo de nuevas técnicas que resulten rentables para los productores y seguras para la población.

 

Abel Sberna
Fuente: www.scidev.net

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