La provincia de Santa Cruz es el hogar de un ave única, el macá tobiano. No existe en ningún otro lugar del mundo y si no se actúa de inmediato, dejará de existir también en aquella provincia del sur argentino. Hay quienes han comprendido ésta realidad y hoy trabajan incansablemente para salvar al macá de su extinción. EL ROMPEHIELOS dialogó con Germán Montero, Director Ejecutivo de Ambiente Sur, para conocer cómo esta declaración puede ayudar al macá.
El macá tobiano sólo habita en la provincia de Santa Cruz. Es un ave única y su población está disminuyendo. La desaparición de esta especie representaría una grave pérdida para la biodiversidad de nuestro país. El macá tobiano fue descubierto por Mauricio Rumboll en la Laguna de los Escarchados, al suroeste de la provincia en el año 1974. El científico estudiaba la migración del cauquén cuando se topó sin saberlo con una nueva especie de ave. “En las dos décadas siguientes a su descubrimiento, se realizó un meticuloso estudio de las mesetas de la provincia de Santa Cruz y la población de macaes fue estimada entre 3.000 y 5.000 ejemplares”, explica Montero. “Sin embargo, hace unos 20 años los estudios fueron indicando que la población había disminuido debido a varios factores que la afectan de forma directa”.
Lamentablemente, el macá se ve afectado por numerosos factores, muchos de ellos relacionados con la actividad humana. El principal problema que debe enfrentar este animal es la presencia de especies exóticas introducidas en su hábitat con fines comerciales. Montero explica que “la presencia de especies perjudiciales para el Macá Tobiano en su zona reproductiva, como el Visón Americano, la Trucha Arcoiris y la Gaviota Cocinera, son un problema para el macá”. Estos animales depredan al macá que se encuentra indefens,o debido a que se trata de especies para las que naturalmente no cuentan con defensa alguna. Los cambios en el ambiente circundante también son un factor de riesgo que influye sobre la disminución de los ejemplares de macá. “La especie también debe enfrentar el cambio climático, que se manifiesta en aumentos en la velocidad del viento y en severas sequías” detalla el representante de Ambiente Sur. “Y es que el macá tobiano construye sus nidos en una especie de plataforma flotante en lagunas y lagos utilizando una planta denominada localmente como Vinagrilla. Los fuertes temporales de vientos, que se han incrementado en las últimas décadas, han destruido muchos de los intentos de nidificación observados en los últimos años”.
Desde hace aproximadamente 20 años la Asociación Ambiente Sur lleva adelante acciones para revertir la situación crítica de ésta especie: “se realizan en terreno en el marco del Proyecto Macá Tobiano, alianza entre Ambiente Sur y Aves Argentinas, junto a otras organizaciones, y que cuenta con el financiamiento a través de Ambiente Sur del International Conservation Fund of Canadá”, especifica Montero.
Una de ellas es la convocatoria lanzada este año que busca declarar a la especie como Monumento Natural Nacional, lo que le brindaría al macá protección absoluta debido a su estado de vulnerabilidad. Argentina cuenta con cuatro especies animales declaradas Monumento Natural: La ballena franca austral, el huemul, la taruca y el yaguareté.
Consultado sobre los efectos de este constante accionar, Montero explica que “la situación ahora ha mejorado, en comparación a años anteriores las acciones preventivas, de censos y sensibilización hacia las comunidades próximas a su hábitat se realizan todo el año”. Sin embargo aclara que “éstos denodados esfuerzos que han llevado años para alcanzar estos esperanzadores resultados, podrían verse totalmente frustrados y el macá tobiano ser una especie más en desaparecer de la Tierra, si se sigue adelante con el proyecto de construcción de las represas sobre el río Santa Cruz”. Dicho proyecto ha generado el repudio de diversas asociaciones ambientalistas, que sostienen que de llevarse adelante la obra, las consecuencias serían catastróficas para los ecosistemas de la región. ”La Asociación Ambiente Sur ha manifestado ya su oposición al proyecto, entre otras razones por la incertidumbre sobre lo que podría pasar con esta especie símbolo de la Patagonia, pero también de nuestro país y sobre la cual el principio precautorio de preservar lo que es único indica que no se debería avanzar, pues las obras acarrearán un impacto sobre el estuario del río donde habita el macá tobiano en invierno y podría significar su extinción en el término de unas pocas temporadas” remarca Montero.
El trabajo de las asociaciones ambientalistas muchas veces resulta indispensable para la preservación de los ambientes naturales y suele ser el último bastión de resistencia antes de la extinción de especies o la destrucción de ecosistemas. “Siempre hablamos de la problemática sobre cómo aportar desde nuestro lugar, qué es lo que podemos hacer como ciudadanos. La junta de firmas es una manera de movilizar a la comunidad para que se ponga en acción. Luego de contribuir con la firma y enviar la petición, la comunidad puede seguir contribuyendo. Ya sea en la difusión de la problemática entre los círculos más cercanos, o donde cada uno se desarrolla; el trabajo, la escuela, la familia, etc.”.
La colaboración de la ciudadanía resulta de vital importancia para sostener el trabajo voluntario de quienes integran estos grupos de personas comprometidas en proteger lo que es de todos.
Para saber más sobre el macá tobiano, visita el sitio web de Asociación Ambiente Sur
Podes firmar la petición de declaración del ave como Monumento Natural Nacional en el siguiente enlace: https://goo.gl/kqjmh4
Abel Sberna