La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza actualizó su lista de especies en peligro de extinción y de las 105 732 especies evaluadas 28 338 se encuentran amenazadas de extinción. En Latinoamérica uno de los principales factores de riesgo para la biodiversidad es la destrucción de los ecosistemas.

Las alteraciones al ambiente provocadas por las acciones humanas, en especial a partir de la revolución industrial, han tenido graves consecuencias para la vida sobre el planeta. La industria ganadera y agrícola, la minería intensiva, la industria maderera, la pesca industrializada, entre otras, son actividades que modifican significativamente los ecosistemas, alterando el hábitat natural de las especies que las habitan y poniendo en peligro su supervivencia. Son numerosas las especies que ya han desaparecido a causa de la caceria indiscriminada y la destrucción del hábitat.
Desde el año 1964 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por su sigla en inglés International Union for Conservation of Nature), organización internacional dedicada a la conservación de la biodiversidad, confecciona la lista roja de especies amenazadas, el inventario más completo del estado de conservación de especies de animales y plantas a nivel mundial. La lista, de cuya elaboración participan importantes organizaciones como BirdLife International y Conservation International, es actualizada anualmente, y la última de las actualizaciones dio como resultado que actualmente 28338 especies se encuentran amenazadas de extinción, cifra que aumenta en 2141 la cantidad de especies en peligro respecto del año pasado. Del total de especies en peligro, 873 ya están extintas, mientras que otras 73 lo están en su estado salvaje y solo sobreviven en cautiverio.
Por otro lado, 6127 especies están en Peligro Crítico, 9754 En Peligro, 12 457 en estado Vulnerable y 6435 como Casi Amenazadas. Los números que evidencia la lista, si bien son parciales pues no se evalúan la totalidad de las especies, permiten tener una idea bastante clara del deterioro de la biodiversidad a nivel mundial.
Los datos que se desprenden de esta actualización indican que el 40% de las especies de anfibios se encuentran amenazadas, el 30% de los tiburones y rayas, 27% de especies de crustáceos, 25% de mamíferos y 14% de las aves, mientras que del reino vegetal se verían amenazadas un 34% de las especies de coníferas. En América Latina, la vaquita marina (Phocoena sinus) encabeza la lista de especies en peligro. En Argentina son numerosas las especies en peligro, siendo algunas de las más emblemáticas el yaguareté, el cóndor andino y el macá tobiano. Sin embargo hay muchas otras no tan famosas como la Rana Patagonia (Atelognathus patagonicus), endémica de la Patagonia argentina, que pasó de estar En peligro de extinción a en Peligro Crítico.

Esta especie sufre de la degradación de su hábitat a causa de la ganadería y se ve amenazada por la acción de una especie exótica, la trucha arcoíris, la cual también amenaza a otra especie que ha pasado a estar en estado crítico. Se trata del characin desnudo (Gymnocharacinus bergii), un pez de agua dulce que tiene un rango de distribución muy restringido en las cabeceras del Arroyo Valcheta en la Patagonia argentina. Pero no solo los animales están en peligro, también lo están las especies vegetales. Más de 5000 árboles de 180 países se han agregado a la Lista Roja de Especies Amenazadas este año.
Esta realidad se repite en todo el mundo. El constante deterioro del ambiente, combinado con factores como el cambio climático, están empujando a muchas especies animales y vegetales a su extinción, por lo cual resulta urgente que los países del mundo tomen acciones para preservar la biodiversidad, minimizar el impacto de las actividades industriales, combatir el tráfico ilegal y la cacería, y recuperar el hábitat natural de las especies actualmente afectadas por la agricultura, la ganadería y la pesca intensiva.
Abel Sberna
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