Marcelo Crovato, el único argentino que era preso político en Venezuela hace casi 4 años y escapó a Colombia en las últimas horas, aún no puede creer estar en libertad.
Cauto al momento de dar detalles sobre cómo logró cruzar la frontera y escapar de su arresto domiciliario, aseguró a LA NACION que tuvo que tomar la decisión de huir porque temía morir preso.
El abogado, de 51 años, llegó a Colombia junto con su mujer y sus dos hijos de 11 y 7 años. Ideó un plan durante meses sin decirle a nadie de su entorno para evitar que pudieran ser descubiertos o acusados por el gobierno de Nicolás Maduro. “Me fui sin despedirme de mi padre y mi madre para evitar que alguien hiciera un comentario o quisiera ayudar y no quería comprometerlos. A nadie le dije. La planificación la hicimos entre mi esposa y yo más familiares fuera de Venezuela que podían verificar algunas informaciones y no corrían riesgo de persecución”, dijo.
Y agregó: “Por eso no di detalles de por dónde crucé, ni a qué hora para que no puedan rastrear ni en qué vehículo fue o cómo lo logré. Si no hay información, no van a saber qué o por dónde buscar y voy a poder proteger a personas que hayan podido ayuda. Pero sobre todo a quienes no sabían pero que en Venezuela son capaces de complicarlos”.
Sus familiares se enteraron de su escape a través de las noticias. “Mis mejores amigos se enteraron cuando salió ayer la noticia, con mi madre aún no pude hablar, ella vive en Venezuela como mi padre. Cuando me dirigía a la frontera pasé cerca de la casa de mi suegro, querría despedirme, pero no fui porque no quería comprometerlo y seguimos de largo. Mi padre se enteró anoche porque le dijo mi hermano que lo vio en la noticia. El plan fue aún más difícil por eso”.