Alumnos de la Escuela N° 7707 de Puerto Madryn vivieron una enriquecedora experiencia de educación ambiental, organizada por la fundación Sin Azul No Hay Verde. Estudiantes de 4to y 6to año se conectaron con la naturaleza de una manera didáctica y significativa.
La jornada comenzó con una caminata por la costa, acompañados por un clima perfecto para disfrutar del entorno natural. Durante el recorrido, los estudiantes no solo aprendieron sobre la biodiversidad marina, sino que también tuvieron la suerte de observar ballenas, saltando cerca de la costa, y flamencos posando en el agua; una postal natural y única de la Patagonia.
La actividad central fue una charla didáctica y participativa, donde el equipo de la Fundación compartió contenido sobre el mar y sus especies, subrayando la importancia de la conservación y el respeto por la biodiversidad.
Valentina Meyer, de Sin Azul No Hay Verde, ponderó la iniciativa, resaltando que las acciones cotidianas pueden marcar una gran diferencia en la salud del ecosistema. “Cuidar nuestro ambiente es esencial, y estamos convencidos de que la educación y la conciencia ambiental son las claves para proteger nuestro futuro”, afirmó, destacando el impacto positivo que estas jornadas tienen en la construcción de un mundo mejor.
Este primer encuentro marca el inicio de una serie de actividades que Sin Azul No Hay Verde planea llevar a cabo con distintas instituciones educativas de la ciudad, con el objetivo de seguir fomentando la educación ambiental y la conexión de los jóvenes con su entorno natural.
Juan Coustet, del equipo de la Fundación, reflexionó sobre el impacto de la jornada: “Cada encuentro es especial, pero este fue particularmente significativo por ser el primero que realizamos en campo, frente al mar. Poder conectar con el océano mientras observamos a las ballenas y flamencos en su hábitat natural es una experiencia incomparable. El clima y la fauna nos regalaron un día perfecto, y los estudiantes demostraron un gran interés y conciencia ambiental, lo que refleja el excelente trabajo de los docentes”.
Responsabilidad y cuidado
La profesora Ludmila Pauluk, quien fue la encargada del grupo de alumnos, destacó la importancia de estas experiencias en el aprendizaje de los jóvenes. “Estamos trabajando con los chicos el concepto de ambiente y la idea de que todos contribuimos a su cuidado. Esta jornada nos permitió observar de primera mano la responsabilidad que tenemos en la conservación del ecosistema. Fue una oportunidad para sensibilizarnos y entender que el ambiente no nos pertenece, sino que somos parte de él”.
El entusiasmo y el compromiso de los estudiantes y docentes alientan este tipo de iniciativas, que no solo buscan educar, sino también inspirar a las nuevas generaciones a entender, proteger y resignificar su entorno.
Fuente: Prensa Sin Azul No Hay Verde