Las unidades de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros volvieron a su asiento habitual en la Base Aeronaval Comandante Espora. El Grupo Aeronaval Embarcado estuvo integrado por 25 personas y operó por más de cuatro meses.

Helicópteros Sea King, pertenecientes a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros (EAH2), arribaron el pasado lunes a la Base Aeronaval Comandante Espora tras más de cuatro meses cumpliendo con su misión a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar” en la Campaña Antártica de Verano (CAV) 2020/21. Habían decolado de su asiento habitual el pasado 19 de noviembre.

Las tareas principales efectuadas por las unidades aeronavales consistieron en el repliegue de residuos antárticos históricos, desde las distintas bases hacia el “Irízar”; se recuperaron 439.270kg de residuos que ahora serán descargados en el continente para su posterior tratamiento y disposición final.

Además, cumplieron con el reabastecimiento de las bases antárticas conjuntas permanentes (dado que este año las temporarias no se abrieron). En esta tarea, los helicópteros aeronavales movilizaron cargamentos por 1.721.115kg entre víveres, materiales científicos, materiales de construcción y combustibles. También trasladaron 948 pasajeros destinados allí.

El Comandante de la EAH2, Capitán de Corbeta Miguel Augusto Martínez Widmer, destacó que “la Escuadrilla tiene muchas misiones y capacidades. Una de ellas es prestar apoyo al sostén logístico en la Antártida. Hemos tenido durante todo este año, teniendo en cuenta las restricciones de la pandemia por COVID-19, desafíos muy grandes y diferentes. Hicimos camino al andar porque había muchas cosas que desconocíamos, teniendo que aplicar la creatividad al máximo nivel y adaptarnos a lo que cada uno podía hacer en estas circunstancias”.

El Grupo Aeronaval Embarcado estuvo integrado por 25 personas entre pilotos, tripulaciones de vuelo y mecánicos y cumplimentaron 250 horas de vuelo. “La interacción con la tripulación del rompehielos ha sido excelente. Todos venimos de la misma escuela, por ende, el léxico y las costumbres son iguales. Luego de tantos años de realizar estas tareas conjuntas, el mismo buque nos ha aceptado como parte de la unidad. El binomio que se ha creado entre buque y helicóptero es parte constitutiva de la nave y la gente se integra muy bien. Incluso hay actividades a bordo del rompehielos de la que nuestro personal se suma voluntariamente y participa, por lo que lo único que nos diferencia es el tipo de uniforme”, dijo el Comandante de EAH2.

Para finalizar resaltó que “habiendo finalizado la Campaña con los resultados obtenidos, el balance es sumamente positivo. El esfuerzo que se ha puesto de manifiesto por parte del personal para sostener e incrementar las capacidades de la Escuadrilla, vaticina un futuro venturoso”.

Adiestramiento previo

Antes de su participación en la CAV 2020/21, la Escuadrilla realizó una serie de ejercitaciones para alcanzar el adiestramiento óptimo. El ejercicio final se denominó Nevada y se llevó a cabo en un escenario con nieve ubicado en cercanías de la ciudad de San Carlos de Bariloche. Allí, se efectuaron operaciones de vuelos en montaña y anevizajes, que emularon las condiciones climáticas y exigencias básicas para enfrentar los desafíos que plantea operar en la Antártida.

Además, doce pilotos de la EAH2 realizaron un adiestramiento en simulador de vuelo para helicópteros Sea King, en instalaciones de la Base Aeronaval Nordhölz de la Marina de la República Federal de Alemania.

EL ROMPEHIELOS

Otra de las tareas previas se desarrolló con dos helicótperos en el medio del mar sobre el patrullero oceánico ARA “Bouchard”, asignado al operativo de control y vigilancia marítima en la Zona Económica Exclusiva Argentina, a los efectos de preservar los recursos del mar ante posible pesca ilegal extranjera.

“Durante todo este año -mencionó el Capitán Martínez Widmer- estuvimos adiestrándonos dentro del Plan de Adiestramiento Anual que no solo incumbe la CAV sino también a la misión de la Escuadrilla, que incluye además habilidades en guerra antisubmarina y antisuperficie. Sumado a esto se trabajó también en apoyo a unidades de la Flota de Mar e Infantería de Marina donde realizamos diferentes actividades acotadas por la situación de pandemia, pero que permitieron mantener los niveles de adiestramiento requerido”.

Campaña Antártica en pandemia

Considerando la situación nacional afectada por la pandemia de COVID-19, el personal desplegado mantuvo un estricto protocolo de aislamiento social adecuándose estrictamente a las medidas de prevención atinentes a minimizar potenciales contagios.

“Fue algo novedoso y desafiante, porque es un enemigo que no se ve. El aviador naval está acostumbrado a los procedimientos y este fue un procedimiento nuevo que tuvimos imponer en todas las actividades planificadas. Fue difícil porque durante el año he tenido varias personas que no pudieron trabajar de manera normal en la unidad, por lo que ha sido una prueba muy buena para mostrar la calidad y el profesionalismo de la gente de la Escuadrilla”, concluyó el Comandante Martínez Widmer.

Fuente: Gaceta Marinera

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