Los gurkhas son mercenarios nepaleses, mundialmente conocidos por servir con ferocidad en unidades especiales de las fuerzas armadas del Reino Unido. En 1982, un batallón de 800 hombres fue enviado por los británicos para reconquistar las Malvinas. Hábiles en el combate y terriblemente entrenados, los gurkhas pelean con fusil y bayoneta, sumando en la lucha cuerpo a cuerpo los temidos kukris, sus característicos cuchillos curvos creados para degollar a los enemigos.
En algunos testimonios de ex combatientes se los describe como los perros de la guerra: un oficial inglés los dirigía con un silbato y ellos respondían instantáneamente a las órdenes y a los gritos de su amo. Otros relatos que destacan su lado descontrolado, espantan de horror: hablan de seres primitivos y sanguinarios que combatían drogados hasta la médula, escuchando música, todo el tiempo gritando como locos, corriendo entre las explosiones de los campos minados, cortando la cabeza y las orejas de los muchachos argentinos que se rendían temblando, tirando ráfagas de ametralladoras y matándose entre sí y a los ingleses, sin ninguna intención de protegerse, negando cualquier instinto básico de supervivencia. Afirman que estas bestias inhumanas eran capaces de decapitar un soldado argentino cada siete segundos; que recorrían las trincheras degollando a los soldados que se quedaban dormidos; que tenían sexo entre ellos a diario y que disfrutaban de mutilar y violar a los prisioneros.

“Gurkhas” de Omar Hirsig
También hubo soldados argentinos que dijeron que estos seres dopados de escasa estatura, ojos rasgados y sonrisas de zorros, eran puro cuento, que se movían como zombis y que, ante el fuego argento, caían como moscas. Pero reconocieron que eran difíciles de vencer porque eran muchos y que por más que los mataran, aparecían más y más.
Por otro lado, los ingleses afirman que los gurkhas se fueron de las islas muy frustrados porque nunca entraron en combate y que jamás tuvieron contacto con ningún soldado argentino.
En Malvinas se les habría tomado fotos para fomentar la leyenda negra de estos temidos asiáticos. En los días del conflicto armado, el Daily Express titulaba así sus notas: “Los cuchillos de los gurkhas están sueltos“ y “Grupos mortales de gurkhas están sembrando el terror entre los argentinos”. Aseguran que el papel que le dieron en la guerra a los gurkhas fue psicológico, con el fin de desmoralizar a las tropas enemigas.
Aunque han pasado los años, en ciertas noches de especial bruma de mar, los gurkhas, cubiertos de sangre, mueren y vuelven a matar en las pesadillas de los argentinos.
Fede Rodríguez

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