El 3 de diciembre de 1912, hace 107 años, el Petiso Orejudo mató a su última víctima.
El 3 de diciembre de 1912, en Buenos Aires, el niño Cayetano Santos Godino, alias el Petiso Orejudo, mata a su cuarta y última víctima, un niño de tres años. Será descubierto y arrestado en la madrugada siguiente.
Santos Godino fue un joven asesino en serie, uno de los mayores sociópatas de la historia argentina. A principios del siglo XX fue responsable de la muerte de cuatro niños, siete intentos de asesinato y el incendio de siete edificios.
En 1923, lo trasladan al Penal de Ushuaia para que cumpla su condena. En 1944, después de sobrellevar los largos días de la cárcel, sin amigos, sin visitas y sin cartas, muere a los 48 años, sin confesar remordimientos.
Seguí leyendo El Rompehielos: CULTURA