Una ruta que enamora a los viajeros y una localidad que busca conservar este ambiente único con el desafío de potenciar su desarrollo. Los Antiguos, su gente y un nuevo paradigma con el espíritu de aquellos pioneros.

Desde siempre, Los Antiguos ha sido un oasis en el noroeste santacruceño, privilegiada por dos ríos que le proveen de abundante agua en estado puro. En el monte Zeballos y su glaciar asociado, abrevan los ríos “Los Antiguos” y “Jeinimeni”, fuentes prístinas que fertilizan a un ecosistema único; da de beber a sus pobladores y brinda nutrientes para una producción agropecuaria que se diversifica.

¿Por qué estas condiciones ideales deberían ser conservadas? Hablamos con Andrea Navedo, secretaria de Desarrollo de la municipalidad de Los Antiguos, ella nos cuenta que su comunidad posee reconocidas potencialidades, con una producción frutihortícola de proyección regional e internacional, y el crecimiento de la oferta para los amantes del turismo de naturaleza: un desafío al momento de pensar estrategias de productividad, de una forma sustentable. 

Los Antiguos es la “Capital Nacional de la Cereza” y la definición hace justicia. Es la producción más austral del mundo y es reconocida por su especial sabor. De hecho, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), trabaja en generar una marca de origen. “Es un sabor distinto a la de otros lugares de la Patagonia y esto tiene mucho que ver con el agua. No solo es un atractivo turístico, sino que dependemos de todo ese recurso natural”, destaca.

La diversificación de producción crece: desde peras, duraznos, manzanas, membrillos, las huertas que logran el autoabastecimiento hortícola, hasta una buena producción de forrajes, por lo que Andrea no duda al decir que “de alguna manera, podríamos ser los proveedores de toda la provincia, y ahorrar grandes sumas de dinero en fletes, que traen frutas y verduras del norte de nuestro país”.

La RP 41, conocida como “La Ruta Escénica”, con sus casi 170 kilómetros de vistas panorámicas y con paisajes y ambientes únicos, viene creciendo como atractivo turístico que se puede disfrutar durante todo el año. Cada curva les permitirá a los viajeros encontrarse con el encanto de esa Patagonia casi inhóspita. En invierno aún es posible llegar con camionetas 4×4 y con gente que conozca el lugar, por ejemplo, “Chelenco Tour”, un emprendimiento turístico que trabaja hace más de diez años en la zona.

“Últimamente, han ido vecinos que gustan de los deportes invernales y han probado esquiar en la zona. Hacen patinaje sobre hielo en las lagunas congeladas. Tiene muchísimo potencial para incrementar nuestra temporada turística, que va desde octubre hasta Semana Santa. Con planificación, buscamos tener una temporada invernal y que la gente pueda conocer este lugar maravilloso”, explicó Navedo.

Los vecinos y vecinas de Los Antiguos, históricamente han ido al Monte Zeballos a pasar el día, sobre todo en verano. Pero ahora, gracias a la autoguía y uso de imágenes satelitales, han podido acceder a sitios a los que no habían llegado antes. Incluso han creado grupos de vecinos que salen a hacer trekking, a caminar y conocer y descubrir estos puntos fantásticos que están a la vera de la ruta 41.

Desde la Secretaría de Desarrollo vienen impulsando y sosteniendo dos iniciativas, como lo son el Turismo Social y la ‘Escuelita de la vida en la Naturaleza’, que trabajan con jóvenes, adultos mayores y con las infancias, buscando que conozcan, generando conciencia turística para que puedan valorar el lugar a donde viven no solo por su patrimonio natural, sino también como una posibilidad de generar ingresos a través de la profesionalización y capacitación.

Andrea explica que con todo este trabajo, la intención es lograr “que se conserve todo de ese gran reservorio de agua y todos esos recursos naturales” y es aquí donde remarca que necesariamente es algo que tiene que nacer ‘desde las bases’, desde los mismos vecinos, con el sentido de pertenencia y el amor que van ganando, porque, como bien recuerda la funcionaria, “nadie puede amar lo que no conoce”. En este punto destaca el incremento de los grupos de trekking que van, conocen y vuelven “con una conciencia totalmente distinta, viendo que esta es una joya que es necesario proteger”.

A ambos lados de la ruta, los dueños de los campos que históricamente se han dedicado a la ganadería, suman prestaciones turísticas, recibiendo visitas, brindando el servicio de casa de comidas y de recorridos que permiten conocer estas unidades productivas desde adentro. “Los privados son gente que tiene sus campos hace muchos años y aman esos lugares. Ahora los dan a conocer e invitan al turismo con una gran conciencia de protección”, agrega Navedo.

Año tras año, Los Antiguos y la “La ruta escénica” se van posicionando cada vez más, aumentando la circulación junto con los visitantes, ávidos de conocer la Patagonia profunda. Es necesario profundizar su conservación. Y, cuanto más la conozcan sus habitantes, más real será que ellos mismos sean los protagonistas y creadores de un sistema de protección que lo haga posible.

Daniella Mancilla Provoste

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