Facebook lanzará oficialmente su propia criptomoneda en 2020 para transferencias de dinero vía Whatsapp. Esta semana se conoció el apoyo estratégico y financiero que darán Visa, Uber y PayPal a Facebook. JP Morgan también anunció el lanzamiento de su “JPM Coin” para aumentar la eficiencia de las liquidaciones. Son los primeros pasos de gigante hacia una adopción masiva de la tecnología blockchain? Un nuevo hito de poder acumulado en el todopoderoso Facebook?
A mediados de 2017, Jamie Dimon, el actual CEO de JP Morgan, calificó al Bitcoin de “fraude”. En el Foro Económico Mundial del año pasado, cuando líderes como John Kerry ya comenzaban a reconocer la importancia de Bitcoin y de Blockchain como temas centrales del encuentro, Dimon mostró un cambio de actitud al con respecto a Bitcoin, respecto refutando la opinión que había expresado previamente. Con este novedoso anuncio y, a pesar de que aún no se conozca la verdadera utilidad y eficiencia de la solución propuesta, queda claro que JP Morgan ha decidido ser precursor en el uso del blockchain como uno de las instituciones financieras más importantes a nivel mundial.
Facebook ya venía mostrando indicios acerca de su intención de participar en servicios financieros desde hace algunos años, sobretodo con la contratación del ex presidente de Paypal en 2014 para hacerse cargo de la aplicación Facebook Messenger. Según un reporte de The Information del último 5 de junio, Facebook estaría a punto de revelar su plan de emisión de la “Global Coin” para permitir las remesas y transacciones vía Whatsapp. La Global Coin sería una “stablecoin”, es decir, una criptomoneda con todas las ventajas del blockchain (seguridad, transparencia y rapidez) pero que tiende a la estabilidad de precio por estar respaldada por Dólares Estadounidenses, evitando así la volatilidad de precio que muchos critican de las criptomonedas.
El poder de los FAMGAs: los datos
Facebook es una de las compañías con mayor capitalización de mercado del mundo, con aproximadamente 413 billones de dólares. Forma parte del grupo “FAMGA”, junto a Amazon, Microsoft, Google y Apple, que también ocupan los primeros 6 lugares del ranking. Que tienen en común varios de ellos que los hace tan poderosos? La información sobre los usuarios. Compañías como Facebook y Google tienen su modelo de negocios construidos en base a la información. No nos olvidemos que Facebook, si bien puede haber perdido relevancia como red social en los últimos años, ganó terreno con adquisiciones como las de Whatsapp e Instagram.
Por su parte, Google, quien nos ofrece tantos servicios gratuitos, como el Gmail, Google Photos, Google Drive, Calendar, el buscador, etc., en realidad se está nutriendo de valiosísimos datos que luego monetiza por su modelo publicitario. Una medio digital todopoderoso con dominancia absoluta en el mercado.
Conocen nuestros perfiles, preferencias, estilo de vida, amistades, hábitos de consumo ubicación en tiempo real, intereses. Incluso nuestras conversaciones. No solamente sobre nosotros como individuos, sino que además cuentan con información sobre las empresas, ya que hoy en día muchas de estas utilizan Instagram, Whatsapp, Facebook y Google para promocionarse y gestionar sus negocios.
La Web 1.0, 2.0: el inicio de la desintermediación y la autorregulación
La Web 1.0 se presentó como un sistema de distribución de datos interconectados y accesibles a nivel mundial. ¿Qué trajo aparejado? Esta interconexión dio lugar a la desintermediación, con una accesibilidad a información desde cualquier lugar del mundo. Pero hasta ahí, toda la información de los sitios web era generada unilateralmente por quien administraba cada sitio. Era meramente informativo.
La Web 2.0 dio lugar al “user generated content” (o “UGC”), es decir, el contenido generado por los propios usuarios. Se generó el espacio para los comentarios, las reseñas, las calificaciones, y las interacciones de todo tipo, lo cual se catapultó con el fenómeno y la masificación de las redes sociales. Así nació el concepto de “crowdsourcing”, es decir, la colaboración abierta de las masas, donde la información y el conocimiento es generado por todos los participantes de manera activa. Ya no hay un monopolio absoluto sobre los contenidos determinados por unos pocos. Ya no nos imponen qué noticias leer, qué productos consumir o qué música escuchar. El usuario tomó relevancia y poder.
Aquí se generó el segundo nivel de profundidad en el fenómeno de la desintermediación. Pero todavía siguen siendo plataformas “centralizadas”, es decir, con una autoridad central que define las reglas y gobierna la plataforma. En general, también apunta a fomentar la participación de los usuarios para poder capitalizarlo de alguna manera.
Veamos la típica dinámica de las relaciones 2.0 con sus usuarios y colaboradores:
Blockchain: la descentralización como propuesta de valor
La blockchain se presenta como la web 3.0 que trae parejado un tercer nivel de intensidad en la desintermediación: la descentralización y la apertura de las redes. Las plataformas basadas en blockchain ya no son administradas por una organización centralizada; son entidades autónomas descentralizadas (“DAO”, por sus siglas en inglés), administradas y mantenidas por la propia comunidad de participantes en base a mecanismos de consenso específicos. Tal como funciona una sociedad que define sus propias reglas de funcionamiento mediante un sistema de votación y mayorías definidas por reglamentos preestablecidos. Además, para fomentar el uso y la participación mediante distintos roles claves, se utilizan incentivos económicos para cada uno de los participantes que genera valor con las interacciones.
En las plataformas descentralizadas no hay una entidad que regule y administre. Tampoco hay solamente dos participantes transaccionando (como podría ser, por ejemplo, en el caso de un marketplace). Y, lo más importante, ya no hay un único beneficiario del valor que se genera en la plataforma por la interacción de los usuarios. Ahora el valor es distribuido entre todos los participantes, ya que ellos generan valor mediante el uso y reciben beneficios por ello. Las plataformas utilizando Blockchain ya no nos explotan para extraernos los datos y capitalizarlos; consensuamos entregarlos y nos beneficiamos por ello.
¿Cómo lograr la adopción masiva?
La descentralización total y la apertura de las redes que proponen algunas blockchains como la de Bitcoin son estandartes fundamentales para quienes creen en el poder realmente transformador de esta tecnología. Los “puristas” del blockchain y los fundamentalistas de Bitcoin no conciben una definición de blockchain que no sea descentralizada y abierta.
Sin embargo, ya han empezado a aparecer varios casos de blockchains “privadas” o “cerradas”, administradas por un ente centralizado.
La realidad nos viene mostrando que, si bien la descentralización y la apertura son valores esenciales como propiedades fundamentales del blockchain, desde el punto de vista tecnológico el terreno aún no parece estar fértil para lograr una adopción masiva.
Quizás sea razonable pensar que algunos gigantes del mercado con Facebook, con un público cautivo mayor a 2 billones de personas, con incalculable información e influencia sobre estas, resulten ser los más aptos para comenzar a implementar gradualmente algunas aplicaciones de blockchain. Encontrando los motivos y necesidades adecuadas como pueden ser los servicios financieros, suena lógico que un Facebook sea el que lleve a cabo las primeras pruebas de concepto con una Stablecoin. Acaso Alibaba no empezó solamente como un marketplace, y se dio cuenta que podía explotar su influencia para ofrecer servicios financieros, logísticos y de marketing?
¿Facebook ante un plan maestro?
Facebook cuenta con 2.5 billones de usuarios a nivel mundial y más de 40 billones de dólares en facturación anual. Tiene más usuarios que toda la población de India y China juntas. Es la entidad que más información tiene en el mundo sobre las personas. Además, ese público no está confinado a un espacio geopolítico determinado, sino que tiene alcance global.
Si al poder de información e influencia le sumamos la posibilidad de contar con su propia política monetaria, moneda de cambio y reserva de valor, como podría significar la Global Coin, ya no solo estamos frente a una empresa todopoderosa desde el punto de vista económico y social: ahora estaría sumando el poder de emitir moneda de cambio, una potestad que hasta hace poco tiempo a nivel mundial era reservada a la figura de Estado-Nación. Facebook tiene su propio mercado, la incalculable información sobre sus usuarios, más de un tercio de la población total conectada realizando transacciones comerciales y conversando en sus aplicaciones, y ahora emite su propia moneda de cambio con valor estable. Les genera temor?
Fueron los propios Cypherpunks quienes fomentaron el crecimiento de la comunidad de Bitcoin con la motivación principal de generar una moneda que otorgue al mundo una independencia y libertad financiera, prescindiendo de los monopolios estatales que manejan las políticas monetarias de manera arbitraria y caprichosa? El cometido de Bitcoin ha comenzado a ver la luz en los últimos años. Pero aún parece estar lejos de lograr adopción masiva.
Facebook parece ser uno de los primeros grandes jugadores en ofrecer una solución que podría generar adopción masiva de la tecnología blockchain. Pero no nos sorprendamos si en pocos años nos encontramos con una criptomoneda con la ética de Uber, la anticensura de Paypal y la centralización de Visa. Claro, todo ello bajo el paraguas de la política de privacidad de Facebook…
Quizás nunca imaginamos que el gran propósito de Bitcoin terminaría siendo capitalizado por gigantes que pretenden explotarlo de manera centralizada, sacrificando los valores fundacionales del movimiento libertario. Con una visión pragmática, citando a Voltaire y tal como lo observamos en las dilemáticas decisiones de estrategia política de nuestros días, “lo perfecto es enemigo de lo bueno”.
Nicolás Belgrano
Cofundador de El Rompehielos