Se trata de Martina Álvarez, exploradora, periodista y documentalistas, que dedica gran parte de su vida a la protección del océano y sus especies. “Mi propósito es darle voz al mar que no puede defenderse por sí mismo”. En un salón con más de …… personas, se desarrolló una charla abierta, acompañada de imágenes y videos, orientada a despertar conciencia en el cuidado del mar.
“La Marea Azul”, organizada por la Fundación Sin Azul No Hay Verde, tuvo su segunda edición en las instalaciones de la Fundación Uriburu, en Buenos Aires. En esta oportunidad, la propuesta, que busca generar conciencia ambiental a través de distintas expresiones artísticas, contó con la participación de la exploradora, periodista y documentalista Martina Álvarez.
En una serie de diapositivas, fotos y videos, Martina mostró todo el trabajo que viene realizando, con el objetivo puesto en cuidar el océano y toda la fauna marina que lo habita. Cubiertos por una tenue luz azulada que ambientó la sala, los presentes debatieron sobre las principales problemáticas que actualmente ponen en peligro al ecosistema marino.
Desde su perspectiva, Martina Álvarez expuso su punto de vista, su objetivo como ambientalista y transmitió, de forma muy cálida, su hondo amor por el océano.
“Mi propósito es darle voz al mar que no puede defenderse por sí mismo”, de esta manera Martina resumió su designio. Actuar como puente entre sus experiencias y la comunidad, con el objetivo de poner el mar de cara a la sociedad, fomentando un sentido de pertenencia que derive en acciones concretas para protegerlo.
“Creo firmemente en el poder de las historias para cambiar el mundo. Una buena historia puede que te ponga en los “zapatos” de otra persona, casi sin darte cuenta, y que tomes otra perspectiva diferente. Puede cambiar tu visión de ver el mundo y generar conexión con algo nuevo”, sostuvo la documentalista ambiental.
“Se necesita conocer para proteger”, destaca Martina. Y en eso consiste gran parte de su trabajo, mostrar lo que pasa en las profundidades del mar, para interpelar a la comunidad y acortar las distancias que los separa.
“Hoy vivimos muy desconectados del mar y el océano, necesita que contemos sus historias para acercarle el mar a la gente. Así más gente se suma a protegerlo. Contar la historia de los tiburones en Marea Azul, así como también compartir mi historia de amor con el mar, fue algo muy hermoso y muy especial”, resumió Martina.
Y concluyó: “Espero que todos se hayan llevado una nueva perspectiva de los tiburones, el animal que, en mi opinión, a través de los medios y las películas se le ha creado la reputación más injusta del planeta, cuando en realidad lo necesitamos para tener un mar sano y para sobrevivir como especies”.
Espacios de intercambio de ideas y debate como la Marea Azul son claves para contar con información de calidad. Así como el tiburón tuvo mala prensa y, al igual que la orca, se lo llama “asesino”, existen más casos donde, por falta de información, se demoniza una especie.
Algo similar sucede en Chubut con la matanza de gaviotas que atacan ballenas para alimentarse. O la cacería sistemática de pumas en la meseta patagónica.
Estigmatizar a un animal puede derivar en acciones sociales irresponsables y tener consecuencias tróficas graves en los ecosistemas. Por esta razón, es importante que la comunidad se acerque a estos espacios donde se puede tener información de calidad y generar enriquecedores debates.
Fuente: Sin Azul No Hay Verde