El 11 de agosto de 480 a.C., hace 2500 años, se desarrolló la batalla de las Termópilas.

Durante las Guerras Médicas, el ejército persa de Xerxes I derrotó a las tropas espartanas de Leónidas I en la batalla de las Termópilas.

Un puñado de combatientes helenos al mando del rey espartano Leónidas detuvieron durante tres días el avance del poderoso ejército persa contribuyendo a la salvación de Grecia.

El oráculo de Delfos le había hecho saber al rey Leónidas que si iba a la guerra no regresaría con vida. Él, valeroso, aceptó su destino y cuando se despidió de su mujer, ésta le dijo que volviera con su escudo o sobre él, sabedora del peligro que corría.

Tras una dura pelea, finalmente los espartanos sucumbieron al ejército persa. Para lograr tan difícil tarea, los invasores tuvieron que recurrir a la utilización del arco y lanzar flechas desde diferentes frentes a los indefensos espartanos, provocándoles la muerte.

Sin embargo, y gracias a la contención del ejército persa, Grecia pudo armar sus tropas para enfrentarse con ciertas garantías en las batallas de Salamina y Platea, donde los griegos derrotaron definitivamente a los persas.

Las Termópilas, una de las grandes batallas de la antigüedad que enfrentó a griegos y persas durante la Segunda Guerra Médica. El guionista y dibujante Frank Miller recreó dicho suceso con algo de imaginación en su exitosa novela gráfica: 300, y más tarde en la película del mismo nombre.

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