Estamos en el noroeste santacruceño, donde en esta época del año, la estepa patagónica se transforma en un lienzo de contrastes hipnóticos. El blanco de la nieve cubriendo el suelo se entremezcla con los tonos ocres y dorados de la vegetación que emerge, resistente, entre los mantos blancos.

El invierno en Patagonia no solo trae consigo un manto de nieve, sino también una oportunidad única para los amantes del avistaje de fauna y de la aventura. Y es que, en medio de este escenario de ensueño, los guanacos, choiques, pumas son los protagonistas indiscutibles, desafiando la serenidad del invierno con su vitalidad y gracia.

Facundo Epul Marzo 2024 Foto de Franco Bucci

Facundo Epul, guía de naturaleza oriundo de Perito Moreno, invita a recorrer la región de Parque Patagonia en esta época: “El avistaje de fauna es muy interesante, las condiciones son totalmente diferentes al verano, porque cuando nieva, el paisaje hace que la fauna resalte muchísimo más”.

En invierno, los cañadones ofrecen refugio seguro frente a las inclemencias del tiempo y son el hogar de muchas especies, destacándose las migraciones de guanacos, que se reúnen en grandes manadas (que pueden llegar a tener varias decenas de individuos) para realizar sus ancestrales éxodos estivales. Cuando descienden por la meseta a refugiarse en los cañadones y en busca de pasturas que no estén tapadas por la nieve, ofrecen una escena extraordinaria para fotografiar.

En esta estación; los pumas, el gran depredador de la región, incrementan el tiempo durante el cual se alimentan de una presa, especialmente de las de gran tamaño. Por el frío, la presa se descompone lentamente, extendiendo las horas durante las cuales puede ser ingerida. Esto, y el contraste de su color con el blanco del paisaje, mejoran la posibilidad de avistarlos y fotografiarlos.

Los cóndores y choiques, las grandes aves de la Patagonia andina, son visibles durante la época invernal. Otras, en lugar de resistir y adaptarse, la evitan desplazándose a zonas con climas más benignos como el Macá tobiano que deja la meseta del lago Buenos Aires a fines del verano y se desplaza hacia los estuarios de varios ríos en las costas santacruceñas.

En los senderos -además- se pueden encontrar huellas de zorros, pumas, choiques, que agregan un toque de misterio y magia al paisaje.

El invierno patagónico es elegido por aquellos que buscan experiencias distintas en la naturaleza. ‘El Choique Guía”, el emprendimiento de Facundo, propone un mínimo de tres días para poder explorar el parque y la región y tener mayores posibilidades de lograr buenos avistajes de fauna. La propuesta incluye recorrido en vehículo 4×4, con caminatas cortas o de intensidad media, para poder llegar a distintos lugares. “Con la nieve algunos trekking resultan más rigurosos, es indispensable venir bien abrigados, con un buen calzado acorde para caminar y muchas ganas de vivir el invierno patagónico”.

El guía destaca la importancia de la flexibilidad en estas expediciones, como considerar un margen de días extras para adaptarnos a las condiciones climáticas impredecibles de la Patagonia.

El avistaje de fauna en esta época presenta desafíos únicos y emocionantes, “porque es cuando realmente podemos ver grupos enormes de guanacos migrando“, comparte Facundo. “Además, el avistaje de pumas en invierno, tiene su propia emoción al ver más cantidad de huellas, transmitiendo la emoción de estar siempre en alerta”.

“La gente que viene tiene ganas de vivir una experiencia afuera, realmente vivir el invierno en la Patagonia. La mayoría son fotógrafos que vienen buscando estas fotos icónicas de la fauna, viviendo otra cosa que no es la primavera abundante. Como todo el ecosistema está concentrado en el Cañadón Pinturas y el Cañadón Caracoles donde los bichos encuentran mucho refugio porque la pastura está destapada y la nieve no es tan alta, están refugiados de los vientos blancos, por ejemplo”, destaca Epul.

Criado en Patagonia, Facundo aprendió lo indispensable para estar atento a los movimientos de la fauna, a seguirlos y rastrearlos. Además, luego realizó el curso de guías idóneos, lo que le permitió completar con conocimientos sobre la geología, arqueología, fauna e historia de la región. Como parte de una generación que propone una relación armónica con la naturaleza, “captura” guanacos, pumas y zorros en una cámara fotográfica. “Mi conocimiento del comportamiento animal me permite estimar dónde puede estar la mayor cantidad de actividad posible dentro del parque”, afirma el guía.

Realizar la excursión de avistaje con un guía experimentado, aumenta radicalmente las chances de éxito. Conocer el terreno, las costumbres de los animales, poder identificar una huella fresca de otra que tiene varios días, permite ahorrar tiempo y optimizar las horas con luz natural. Facundo lo tiene clarísimo, tanto que cada vez más visitantes buscan sus servicios, en especial quienes vienen con intenciones de registrar una vida silvestre que no se detiene.

Cuando salimos al campo observamos sus rastros y esto nos permite interpretar su comportamiento para transmitirle estas impresiones al visitante. Con suerte, hasta podremos avistar un ejemplar, que cada vez huyen menos ante la presencia humana, ya que aquí nadie los caza”, expresa, Facundo.

El invierno en el Parque Patagonia promete una experiencia inolvidable, llena de descubrimientos y emociones, en medio de la majestuosidad de la naturaleza patagónica.

Daniella Mancilla Provoste

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