Nació en Italia, se educó en Escocia, vivió en Inglaterra y eligió la Argentina como salvavidas.
No pudo cumplir ese plan último, pero aquí concretó su gran obra.
El 22 de diciembre se cumplen treinta años de la muerte de Luca Prodan, artista de los márgenes, donde eligió ubicarse respecto de la música y de la vida, en Europa y en nuestro país.
Con Sumo, su obra más intensa y urgente, marcó para siempre la historia del rock argentino.
Caras y Caretas lo homenajea en su próximo número, que estará mañana en los kioscos opcional con PáginaI12. “Luca era de ningún lugar. Por eso se fugó del colegio, yiró por el mundo, y lo buscó Interpol; por eso se fugó de Londres, donde se enteró del suicidio de su hermana. Por eso, tal vez, su único territorio certero fue el consumo de heroína. De repente aparecieron en su vida las sierras de Córdoba, esa conexión telúrica con la postal de un amigo para que Luca se salvara y la cambiara por el consumo bestial de ginebra”, cuenta María Seoane en su editorial.
Felipe Pigna escribe sobre el contexto social y cultural en el que surgieron las bandas que marcaron la década del 80: “Una sociedad devastada por la censura, la persecución y la muerte de diversos representantes del mundo cultural y la promoción de valores fundados en el orden y el patriarcado demandaba la creación de un espacio de libertad y de representación de nuevas formas y símbolos sociales”.