Una nadadora que rompe un récord de apnea, un psicólogo que se atreve a superar sus retos en una maratón en la Antártida, un ex combatiente de Malvinas que intenta suicidarse y encuentra el sentido de la vida a través del deporte son algunos casos que expone Federico Bianchini en su libro Cuerpos al límite (Aguilar), una obra con estilo de crónica narrativa que describe las situaciones de los atletas cuando sufren las adversidades más complejas en la alta competencia. ¿Es posible apagar el cerebro para encender el cuerpo? La pregunta se ampara en la hipótesis que sostiene el autor, quien se involucró con los deportistas para conocer los detalles que les permiten a los protagonistas recorrer distancias que no son humanas.

En la mayoría de los casos lograron sus objetivos engañando al pensamiento consciente, ya sea a través de alucinaciones o con ideas ajenas a la actividad física.

En diálogo con Infobae, Bianchini explicó cómo surgió la idea de popularizar esas historias en las que los personajes dejaron el anonimato gracias al esfuerzo y sacrificio.

En un encuentro casual con Fogwill, el gran escritor argentino, el periodista le consultó antes de arrojarse a una pileta en qué pensaba cuando nadaba, porque él se aburría mucho. “Me derivó con una persona que en plena actividad se generaba alucinaciones de forma consciente para motivarse. Se imaginaba nadando en el Paraná o que la perseguía un barco para llegar a la meta en aguas abiertas a temperaturas muy frías”, dijo con la misma precisión que emplea para sus relatos.

Es curioso cómo el imaginario colectivo desconoce los métodos de concentración de los profesionales. Más allá de realizar distintas disciplinas, en los deportes extremos el recurso es muy similar. Tal vez esa mirada le permitió a Bianchini abordar una temática que no se había trabajado hasta el momento. El sencillo interrogante planteada le permitió al periodista sumergirse en los profundos pensamientos de los atletas. ¿Cómo funciona la cabeza de los deportistas de alto rendimiento?

Esa duda fue el punto de partida de una obra que tiene como eje central la superación individual. “Muchas veces el periodismo deportivo es muy frío porque sólo se basa en resultados y estadísticas. Yo busqué otro enfoque. A mí me interesaba contar sus historias internamente”, confesó el redactor sin descuidar los sentimientos que le permitieron conocer a la perfección el momento que vivió cada entrevistado: “La mayoría de las veces compartí con ellos los días previos y post competencia. Incluso con varios maratonistas estuve durante las paradas que hacían para no perderme ningún detalle. Quería saber cómo sentían el dolor, el sacrificio y sus sensaciones”…

 

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