El 29 de octubre de 1969, hace 51 años, viviendo en pequeñas carpas, en una zona extremadamente inhóspita y contando sólo con picos y palas, trabajando con esfuerzo, garra y coraje, se abrió un surco de tierra en el Desierto Blanco para permitir operar aviones de gran porte con tren de aterrizaje convencional, es decir, con ruedas.
Así fue como nuestros compatriotas, integrantes de la Patrulla “Soberanía”,
rompieron el aislamiento con el Continente Antártico.
A partir de entonces se abrieron rutas en sentido transpolar.
La Antártida es un pedazo más de nuestra Patria.
Allí viven familias, nacen argentinos y se continúa esa obra con el mismo esfuerzo y sacrificio, que pusieron siempre, nuestros Antárticos.
Fuente: Fundación Marambio
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