Rezagada. Infinitamente conflictiva. Foxman Fueguina se erige como la hija fea del polo industrial fueguino que resiste una adversidad tras otra pero que no llega a ponerse de pie. El anuncio reciente del inicio de la producción en la planta de Río Grande obliga a hacer un trabajo en retrospectiva de cómo fue el derrotero de la compañía y la resistencia de sus trabajadores.
“El 28 de mayo de 1994, la represión se instaló en el sur, en Río Grande” recuerda una breve crónica publicada en el diario La Nación. En la madrugada, 200 policías desalojaron con gases, bastones y balas de goma a 60 metalúrgicos que ocupaban la planta de la empresa Foxman Fueguina. “Mi policía no reprime”, afirmó el entonces gobernador de Tierra del Fuego José Estabillo, quien se encontraba en Buenos Aires.
Fue el preludio de lo que sucedería en Ushuaia en abril de 1995. Luego de una nueva represión, esta vez para desalojar una planta de productos electrónicos, la policía fueguina detuvo a varios manifestantes. El 12 de abril, los metalúrgicos hicieron una movilización frente a la jefatura de la policía de la provincia. En la represión murió Víctor Choque, un obrero que recibió un balazo en la cabeza.
No sería la primera vez que los medios nacionales le dedican algunas líneas a Foxman Fueguina. El 12 de abril de 1999 “en Río Grande, la empresa Foxman Fueguina echó este año a 23 de los 40 empleados, y con el personal que quedó en planta sigue produciendo televisores, hornos de microondas y videocassetteras, pero el gremio teme que los rumores de nuevos despidos se hagan efectivos si la empresa decide importar productos en lugar de fabricarlos“, repasa un breve del mismo medio. Un recuerdo que hoy se cita en más de una declaración opositora que recuerda el desguace que sufrieron las fábricas durante el menemismo a costa de la apertura de importaciones.
El despliegue mediático de Foxman estuvo ligado al conflicto en múltiples ocasiones. El 13 de junio de 2011 la empresa había sido tomada por trabajadores en reclamo por sueldos adeudados. Foxman se encontraba paralizada desde octubre del 2010 y por entonces un paliativo que llegó por gestión de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), se planteó la posibilidad de que un porcentaje de los 70 operarios sea absorbido con contratos temporales por alguna otra fábrica.
Foxman tuvo en la última década por lo menos tres concursos preventivos por cesación de pagos: el 13 de septiembre de 2013, el 1 de agosto de 2011 y el 20 de marzo de 2013.
“Nosotros compramos en 2011 con 20 pedidos de quiebra —recuerda uno de los actuales propietarios de la empresa—, en abril de 2013 se entra en concurso preventivo” acierta en coincidencia con las publicaciones en medios nacionales. En esa última etapa con Foxman en sus manos “se produjo aire y teníamos alrededor de 45 empleados efectivos y 30 contratados”, quien recuerda que no se apostó al cierre “porque creímos poder sacarla adelante, siempre”.
En diciembre de 2015 un problema financiero y de poca venta dejó sin posibilidades de hacer frente a los sueldos de ese mes “ni enero ni vacaciones. Tratamos de solucionarlo y luego de planificar en conjunto con los delegados cómo hacerlo y firmar un acuerdo, a nuestras espaldas nos metieron una demanda y embargaron la materia prima que teníamos” sintetiza el hombre que prefiere no identificarse más allá de su cargo.
“Desde ese entonces, mayo de 2016, hasta el mes pasado, 14 meses y no dos años como dicen en otros medios, la fábrica estuvo parada”, aclara. En el interín, se logró conseguir el interés de un grupo que se “interesó por lo industrial con inversiones solo en infraestructura y equipamiento de la planta. Una vez que se salga del Cramdown ellos van a quedarse con la mayoría accionaria de la empresa o quizá su totalidad, depende la oferta q hagan”, adelanta sobre el futuro de propietario de la compañía.
A diferencia de otros establecimientos fabriles que prefirieron cerrar y despedir trabajadores, “nuestra política siempre fue no suspender ni echar a nadie mientras buscábamos una solución y creemos haberla encontrado -dice esperanzador-, por ello la gente conservó su trabajo y antigüedad. De no haber embargado los kits para fabricar los aires hubiéramos salido antes adelante pero nos cercaron los empleados con esa decisión” recrimina con un dejo de reproche. “Tampoco nos opusimos a que pongan las canchas para que puedan tener ingresos”, señala como un gesto poco habitual, lejano de quienes no tienen intereses reales en el lugar.
“Desde que nosotros somos dueños jamás la empresa ganó un centavo dada su difícil situación legal del concurso, pero logramos evitar la quiebra” menciona, aunque en tono de auto crítica también opina que “quizá por falta de recursos cometimos errores, pero cuando quisimos enmendarlos nos embargaron y nos dejaron sin poder tener ingresos para pagar sueldos. Esa es la versión real de esto”.
“En el medio de estos 14/16 meses la gente tuvo cobros parciales de alrededor de 2 millones de pesos en total, una parte en abril y otra entre diciembre de 2016 y enero de 2017. Ahora se firmó un acuerdo donde se pagó parte de la deuda con equipos y parte se paga en 2018 cuando haya producción” aclara uno de los dueños de la empresa.
¿Por qué mantenerla en pie? ¿Por qué no cerrar Foxman y buscar negocios mejores y menos conflictivos? “Nadie hubiera tenido la garra nuestra para evitar la quiebra de Foxman”, se enorgullece respondiendo la consulta, “yo personalmente puse todo lo que tenía -remarca-. Siempre digo que nadie se hizo cargo de Foxman, ni los que ganaban fortunas en la isla”. Y casos testigos para estas declaraciones sobran, lamentablemente, en la historia de la provincia.
De fábrica modelo a Salón de Usos Múltiples
La etapa más dolorosa de la historia reciente de Foxman era la imagen de trabajadores metalúrgicos alquilando las instalaciones en una cancha improvisada de fútbol. “Un grupo de compañeros con permiso habilitamos 3 canchas” recuerda Miguel Ameri, delegado de Foxman. Tenían la tenencia del lugar y sin oposición de los dueños pudieron adaptar las instalaciones para extraer algo de rentabilidad.
“Los dueños nos habían abandonado, las familias subsistieron vendiendo empanadas, buffet, cenas y todos los meses se repartían las ganancias”, menciona el delegado, quien recuerda haberlas pasado todas. “Cuando el dueño decía que Foxman iba a fundirse, no invirtieron en nada en 2010” recuerda Ameri, “fue un año de lucha, gente que no se reincorporó” hasta la llegada de los nuevos dueños.
Ameri recuerda que la empresa todavía les adeuda salarios por lo menos hasta febrero de 2016, que sumarían aproximadamente unos 2.400.000 pesos para 27 trabajadores que hicieron juicio. “La deuda es grande, de marzo de 2016 a ahora y vamos a cobrar recién en mayo de 2018 cuando arranque la producción” cuenta Ameri, en coincidencia con el dato que nos hacía llegar uno de los dueños.
“A Foxman la estoy defendiendo como si fuese mi casa”, personaliza Ameri, mientras se bate entre la charla en el teléfono y el cuidado de sus hijos. “El Gremio está con nosotros, está presente en todas las negociaciones” recuerda el delegado, quien además agradeció el trabajo del Ministro de Industria Ramiro Caballero.
“Nosotros cedimos muchísimo para que esté abierta” dice Ameri, remarcando el compromiso personal que han asumido los trabajadores. “Queremos que abra lo antes posible, en diciembre tiene que abrir”.
Ameri reconoce que las instalaciones están hoy obsoletas, “tiene tapones de luz en vez de térmicas”: comenta el detalle tan obvio como desesperante. Hoy hay 30 empleados esperando que empiece a caminar, “Foxman es una de las que más proyectos tiene aprobados” dice el delegado, quien se dedicó a averiguar más en profundidad qué cosas están en juego a la hora de abrir proyectos productivos.
En la búsqueda de razones y responsables del estado catatónico de la compañía, Ameri sintetiza que el destino de la fábrica se marcó cuando “se murió el dueño y quedó un mal manejo de la empresa”.
Foxman en rehabilitación
El relato del dueño coincide con lo que cuenta el delegado, acerca de los acuerdos para llevar a producción una compañía desahuciada. La recuperación de Foxman tiene un responsable detrás: HighTech Solutions. La consultora que conduce Gastón Hervidas tiene nacimiento en la provincia hace aproximadamente diez años y ha sabido posicionarse en el mercado industrial llegando incluso a instalarse en Buenos Aires como proveedores y competir con grandes compañías brasileras.
En exclusiva para EL ROMPEHIELOS, Hervidas nos relató las implicancias en la reactivación de Foxman Fueguina, las expectativas y el trabajo pendiente para poner en pie la empresa.
Cuando la compañía interesada en darle vida a la fábrica se contacta con Hervidas “para un pre análisis de la planta, Foxman entra en la recta final para la quiebra”. Tras por lo menos año y medio de abandono, es esencial no repetir errores del pasado a la hora de reactivar la fábrica.
“Una planta en la que hace 15 años no se invierte, está desfasada tecnológicamente” remarca Hervidas, encargado de señalar la viabilidad de poner en marcha la planta abandonada. “Es una planta muy bien conservada -dice a pesar de todo en referencia a las instalaciones que hasta hace pocos meses atrás hacían las veces de cancha de fútbol y quincho-, el costo del galpón no está y además es la que más proyectos tiene aprobados por la 19.640”.
Esto es quizás el secreto de por qué Foxman, a pesar de todos los problemas que acarrea, sigue siendo potencialmente viable para la fabricación en Tierra del Fuego. Los proyectos aprobados, si bien en muchos quedaron fuera del circuito por el avance de la tecnología, la sustitución de productos abre la posibilidad de una proyección industrial importante.
“Creo que a ningún Gobierno le conviene que una planta vaya a la quiebra”, agrega Hervidas a este análisis, menos una que haya accedido a los beneficios de la ley de promoción industrial.
El primer desafío para HighTech Solutions es poner en marcha la planta en 4 meses, tal como lo señalaba Ameri. “Uno de los grandes problemas de Foxman fue querer reactivarla como estaba. Con la falta de materiales y herramientas obsoletas” remarca Hervidas en referencia a un intento similar en 2013.
“Foxman es un paciente en terapia intensiva -aclara Hervidas- no podemos exigirla en el arranque”, advierte en tono médico Hervidas. La empresa en rehabilitación comenzará su leve producción con aires acondicionados, televisores y celulares en una primera etapa que podría extenderse entre 3 y 4 años, en los que la firma de Hervidas estará a cargo.
“El potencial de los proyectos la mantienen viva” sostiene Hervidas, coincidiendo nuevamente con Miguel Ameri. “El desafío es convertirla en una empresa eficiente” agrega con una perspectiva quizás utópica, alejada de una realidad próxima a la empresa, “hay mucho por hacer y no se pueden bajar los brazos. Hoy todas las decisiones son jugadas de ajedrez”.
Las metáforas de Hervidas son correctas. Si bien hablar con él deja una imagen futurista de una compañía de punta capaz de fabricación de alta tecnología, no aleja los pies de la tierra de lo que la foto actual de Foxman evidencia. Para reactivar se necesita más que alguien que ponga plata. Tiene que haber perspectiva de desarrollo y sobre todo paciencia. Paciencia que se pide también a los acreedores, entre ellos los trabajadores, parte de este delicado esquema.
El dato objetivo dice que Gastón Hervidas no nació en Tierra del Fuego, pero como más de uno con crianza fueguina, es un fueguino más. A los 18, como tantos, entró a trabajar en Audivic “y Foxman era una empresa con muy buenas referencias. Bien nombrada” recuerda de la época dorada de la vapuleada compañía que hoy le toca recuperar.
Entonces, mediados y fines de los 90, Foxman tenía un prestigioso desarrollo en los procesos productivos, “desconozco cómo fue llegando a donde llegó” sincera Gastón, quien entonces no hubiese podido quizás analizar la situación que dejó en el piso a esa prestigiosa compañía como lo puede hacer hoy, tras haberse recibido de Ingeniero Industrial en la UTN local y haberse especializado en automatización industrial.
“HighTech Solutions aceptó el desafío de poner en marcha la planta” repasa Hervidas. Su trabajo pasa además por poner al día trámites que están atrasados desde 2014 hasta convertirla en una empresa eficiente en un período de aproximadamente 4 años. “Foxman sigue delicada -insiste- van a ir midiéndose los resultados” donde es necesario el compromiso además de diferentes actores. “Foxman es una de las más antiguas -recuerda hoy el encargado de devolverle de alguna forma el esplendor de antaño- queremos darle a oportunidad que vuelva a tener futuro, pero es una solución en conjunto”.
El caso de Hervidas y de HighTech Solutions es uno de los pocos casos de emprendedores locales que tomaron la identidad industrial de la que muchos reniegan y consiguió posicionarse a nivel nacional e internacional. Con 5 representaciones en las que cuenta con la prestigiosa Panasonic, HTS se ha encargado de la instalación e ingeniería de los procesos productivos en varias plantas locales.
“El tema es que algunos empresarios pretenden hacerte competir con China, cuando ellos ni siquiera compiten con China” reprocha Hervidas, aunque también recuerda de emprendedores cotizan “a precios alemanes, o más caro que en Alemania”. El combo perfecto de desarrollo se da entre quienes abren las posibilidades y la acompañan con un nivel de exigencia que apunte la mejora en la calidad del servicio.
El “estamos mal pero vamos bien” podría aplicarse sin dudas a Foxman Fueguina que hoy tiene una nueva esperanza de recuperar su lugar entre las fábricas fueguinas. Con actores necesarios y comprometidos, la empresa inició una etapa clave en la puesta en marcha de una compañía a la que apuestan todos. Desde los trabajadores que no claudicaron en la permanencia de los puestos de trabajo, hasta empresarios que hicieron lo posible por evitar el quiebre.
El potencial en proyectos que tiene la compañía en combinación con el desafío personal de Gastón Hervidas para hacer de la misma una empresa eficiente, anuncia un futuro prominente solo comparado con las glorias de antaño de las que supo hacerse Foxman Fueguina. Sin embargo existen otros factores trascendentales, y el resultado del éxito dependerá también de decisiones políticas y económicas que acompañen la rehabilitación de la empresa ¿Llegaremos a ver cumplidos los objetivos y sueños de más de un involucrado en la recuperación de Foxman? Paciencia, expectativa alta y los pies en la tierra son necesarios de ahora en más para este esperado remake industrial de la provincia más austral.
Pablo Riffo